EL PAíS › EX MIEMBROS DE LA JP Y MONTONEROS ANTE LA REAPERTURA DE LA INVESTIGACIóN POR EL CRIMEN DE RUCCI
Más allá de sus diferencias políticas, Juan Carlos Dante Gullo y Roberto Perdía advierten que ciertos sectores afines a la represión actúan a partir de los reclamos de Hugo Moyano y de la familia de Rucci, a los que consideran legítimos.
› Por Martín Piqué
A 35 años de la muerte de José Ignacio Rucci, ante la reapertura de la investigación judicial de su asesinato, dos ex miembros de la Juventud Peronista y Montoneros advierten –consultados por PáginaI12– que tras la cruzada por el esclarecimiento del crimen puede haber cierto acompañamiento de sectores afines a los represores. “En la familia (de Rucci) no hay especulación o interés ni tampoco en dirigentes como Hugo Moyano y otros sindicalistas. La familia tiene todo el derecho de reivindicar y esclarecer el crimen de su padre. Sí puede haber otros que quieran hacer un hecho especulativo o político y prestarse al juego de la derecha procesista”, advierte Juan Carlos Dante Gullo.
Diputado nacional por el kirchnerismo, Gullo aclara que entiende la búsqueda de justicia de los familiares del dirigente sindical. “Estamos en democracia y queremos verdad, justicia y memoria. Tenemos que manejarnos con seriedad”, subraya. El otro consultado por este diario es Roberto Perdía, uno de los tres sobrevivientes de la conducción nacional de Montoneros, a los que se responsabiliza por el asesinato: “Si el crimen hubiera sido organizado desde Montoneros, fue un error gravísimo”, dice Perdía, opositor al kirchnerismo, dirigente de una agrupación social (OLP) que participó en varias protestas callejeras.
El regreso del apellido Rucci a los diarios llegó con la publicación de un libro de investigación periodística escrito por Ceferino Reato. Ex asesor de prensa del menemista Esteban Caselli en la embajada argentina en el Vaticano, Reato fue citado a declarar como testigo. Lo hará el jueves a las 10 en el juzgado federal a cargo de Ariel Lijo. El juez ordenó el desarchivo de la causa por el crimen el viernes último. Al mismo tiempo que ordenaba la reapertura de la investigación, convocaba a Reato a declarar en el expediente. En su libro, Reato menciona a un militante montonero proveniente de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), Julio Juan Roqué, como el autor de los disparos que mataron a Rucci. Roqué murió en Haedo tras un enfrentamiento con un grupo de tareas de la ESMA el 29 de mayo de 1977. Se voló con una bomba tras varias horas de tiroteo. Los compañeros de Roqué lo llamaban “Iván” o “Lino”.
Montoneros nunca reconoció públicamente la autoría del crimen de Rucci. Aunque ex militantes de esa organización lo reconocen en privado. Siempre lamentándose por lo que consideran el mayor error de esa organización de la izquierda peronista. Perdía repite ante PáginaI12 que Montoneros nunca asumió como propio el homicidio, pero al mismo tiempo habla de un “error gravísimo”. En 1977, Perdía vivió clandestino en la casa de Haedo que luego sería escenario del enfrentamiento entre Roqué y los represores de la Armada que operaban en la ESMA. “Yo lo dije varias veces. No sé si algún miembro de la organización, que formaba parte de la misma en ese momento o posteriormente, pudo haber intervenido (en el crimen de Rucci). No lo puedo afirmar ni desmentir. Pero la organización nunca lo asumió como tal”, dice Perdía.
–¿La muerte de Rucci fue un error de Montoneros? –pregunta este diario.
–Yo siempre he dicho que desde el punto de vista político los montoneros hemos sido unas de las principales víctimas de ese hecho. La fractura en el movimiento popular y el nivel de confrontación con Perón indican que claramente fue un error. Si hubiera sido organizado desde Montoneros, fue un error gravísimo.
Para Gullo, “en la familia no hay especulación o interés, ni tampoco en dirigentes como Hugo Moyano y otros sindicalistas. La familia tiene todo el derecho de reivindicar y esclarecer el crimen de su padre. Sí puede haber otros que quieran hacer un hecho especulativo o político y prestarse al juego de la derecha procesista”. Perdía va más allá y no descarta que la presión para juzgar a los autores del crimen sea un mensaje al Gobierno y un intento por restaurar la teoría de los dos demonios. “Acá hay quienes quieren establecer discusiones que no son las centrales para omitir las cuestiones de fondo. En la Argentina se ha sancionado con justicia a sectores militares pero no hubo ningún tipo de sanción social ni política ni tampoco legal, de ningún tipo, a los sectores económicos que fueron los impulsores y beneficiarios del golpe de Estado. Son esos mismos sectores que intentan reinstalar la teoría de los dos demonios”, dice Perdía.
Cuando se les pregunta por la interpretación de los hijos de Rucci –para quienes el crimen sería imprescriptible y entraría dentro de la categoría de los delitos de lesa humanidad, argumentando que los miembros de Montoneros actuaron desde cargos estatales a los que accedieron con la asunción de Héctor Cámpora–, los dos ex compañeros coinciden: dicen que Montoneros no ocupó puestos clave ni altas esferas del Estado. “Es una interpretación equivocada. Cuando sucedió lo de Rucci ya no estaba el gobierno de Cámpora, sino el de Lastiri. Y estaba por asumir Perón”, argumenta Gullo. “La situación es un poco forzada. Es público y notorio que los miembros de la organización estaban en niveles no decisorios del Estado. Y en el gobierno de Cámpora no hubo un solo ministro ni un solo secretario de Estado de Montoneros. Tampoco tuvimos gobernadores, eran alianzas que ensayamos –remarca Perdía–. Esa línea de interpretación es demasiado forzada.”
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