En la cúpula del Ejército siguen los reacomodamientos tras el desplazamiento de Roberto Bendini, procesado por peculado, y la asunción de su segundo Luis Alberto Pozzi. PáginaI12 pudo saber que el general de brigada Juan Carlos Schulz a cargo de la estratégica Dirección General de Logística, de quien depende el Comando de Arsenales, pidió su pase a retiro. En el Edificio Libertador optaron por el hermetismo a la hora de dar las razones de ese planteo, cuando apenas faltan tres meses para los ascensos de fin de año y la consiguiente reestructuración de los mandos. “Son todas internas de negocios”, repiten fuentes bien informadas sobre una estructura hipersensibilizada por las denuncias de malversación de fondos presentadas por la ministra de Defensa, Nilda Garré, ante la Justicia.

“No hay ninguna urgencia por nombrar al subjefe del Ejército ni al jefe del III Cuerpo con asiento en Córdoba. Se puede esperar incluso hasta fin de año”, repiten en Defensa. Pozzi era el segundo de Bendini y su ascenso dejó esa vacante. Gustavo Schurlein, en cambio, fue pasado a disponibilidad por orden de Garré al ampliar la denuncia por manejos irregulares de los fondos del Ejército que está investigando el fiscal Eduardo Taiano. Cuarenta y cuatro altos oficiales –entre ellos seis generales– fueron desplazados por esa causa.

Como responsable de los arsenales del Ejército, Schulz había tejido una buena relación con el ex ministro de Interior y actual de Justicia, Aníbal Fernández. El Registro Nacional de Armas (Renar) pasó de la órbita de Defensa a Interior durante su gestión y se había manejado la idea de registrar todas las armas de las Fuerzas Armadas a un precio a convenir. El proyecto no se concretó. El puesto de Schulz no se sabe si seguirá pendiente hasta fin de año.