El jurado que debe dar su veredicto en el juicio de la valija en Miami estuvo deliberando ayer cerca de siete horas y terminó el día sin llegar a ninguna decisión. Esto resulta un fuerte indicio de que sus doce miembros estarían divididos. El tribunal, integrado por ciudadanos comunes, debe decir si el único acusado en el proceso, el empresario Franklin Durán, es culpable o inocente de lo que lo acusa la fiscalía de Tom Mulvihill: haber actuado como agente no registrado del gobierno venezolano en Estados Unidos en una conspiración destinada a presionar a Guido Antonini Wilson para que ocultara el verdadero destino y origen de los 800 mil dólares que le incautaron en Argentina en agosto del año pasado. El defensor, Edward Shohat, sostiene que el valijero, testigo principal en Miami, busca quedarse con empresas de su Durán, su ex socio y amigo. El abogado argumenta que su cliente se reunió con Antonini en Miami para ayudarlo, dada su amistad de veinte años. Si el jurado encuentra culpable a Durán, la jueza a cargo del caso, Joan Lenard, podría sentenciarlo a un máximo de 15 años de prisión. Otros tres acusados en el juicio –Carlos Kauffman, Moisés Maiónica y Rodolfo Wanseele Paciello– se declararon culpables a cambio de colaborar con la fiscalía, aspirar a una pena reducida y quedar protegidos una vez que recuperen la libertad. Aún no recibieron sentencia. Durante las ocho semanas de audiencias, la fiscalía –que representa al gobierno norteamericano en los procesos judiciales– presentó el caso con insistencia como un acuerdo entre los gobiernos de Venezuela y Argentina para tapar la verdad sobre la valija y sostuvo que había pruebas de que el dinero estaba destinado a la campaña presidencial de Cristina Kirchner. Las pruebas con las que se manejó fueron, básicamente, grabaciones con sus ex amigos obtenidas por Antonini, quien colabora con el FBI para eludir su extradición a la Argentina o incluso eventuales imputaciones en Estados Unidos, donde tiene ciudadanía.