“Salí libre, absuelta, fue un circo total”, dijo la piquetera Nina Peloso en la puerta de los tribunales de Morón. Dos horas duró el juicio oral en el que fue acusada de bloquear rutas durante una protesta ocurrida hace cuatro años, y lo abandonó como quien gana otra batalla. Así evitó una posible condena de entre tres meses y dos años, prevista para quien “entorpeciere el normal funcionamiento de los transportes”.

Peloso integra el Movimiento Independiente de Jubilados y Desocupados (MIJD) y estaba acusada por el bloqueo de la intersección de las Rutas 3 y 4, a la altura de la rotonda de San Justo, el 14 de febrero de 2004. Ese día integrantes del Polo Obrero, MTR, MST, PTS, Movimiento Cuba, además del MIDJ, reclamaron contra el cese de la entrega de planes sociales para desocupados. Según relató la dirigente piquetera, el fiscal (Marcelo Fernández) argumentó que “no se puede perseguir a los que luchan por sus derechos”, que “esta aplicación de las leyes está fuera de lugar”, y que “la acusación era insostenible atento a la situación social que se vive”.

El trámite duró tan sólo dos horas y tanto el juez Juan Pablo Salas como el fiscal, que son subrogantes, concordaron en exculpar a Peloso en el razonamiento de que “las manifestaciones populares son legítimas”, contradiciendo la imputación formulada por dos funcionarios que ya no están en funciones. En medio de los festejos entre sus compañeros, la dirigente opinó que “la causa era ridícula porque en esa marcha estaban (Néstor) Pitrola, (Vilma) Ripoll y otros que también son conocidos, pero sólo me acusaron a mí”. Peloso y Castells son visitas frecuentes en los tribunales. Al dirigente le toca en breve responder en una causa en San Pedro, acusado por injurias.