El fiscal Mariano Borinsky pidió una pena de cuatro años de prisión de cumplimiento efectivo para el ex juez federal Carlos Branca, quien está siendo juzgado por tercera vez, acusado de dar protección a una banda de contrabandistas que operaba en Ezeiza a mediados de los noventa. Junto a él hay nueve personas en el banquillo: su ex secretario, un agente de la ex Policía Aeronáutica, pilotos, aduaneros y guardas de pista.

Branca es el primer ex juez federal porteño que llega a un juicio oral. Durante casi dos meses de audiencias se lo vio con los mismos bigotes gruesos con que lo mostró la cámara oculta que en 1997 terminó con su carrera. Ese año llegó a estar diez meses preso por contrabando. Seis años después tuvo su primer juicio, que terminó anulado porque uno de los jueces se enfermó. En el segundo, Branca fue absuelto, pero la Cámara de Casación anuló la sentencia por falta de fundamentos.

Ahora lo juzga el mismo tribunal en lo Penal Económico del caso de la venta ilegal de armas, integrado por jueces subrogantes. El fiscal también es el mismo. En su alegato, Borinsky afirmó que Branca, como parte de una asociación ilícita, brindaba “protección judicial y en la calle” para que una banda de funcionarios que operaban en Ezeiza contrabandeara mercadería. Dio por probado el ingreso ilegal de perfumes, palos de golf y otros artículos de free shop en 38 vuelos privados.

El pedido de cuatro años de cumplimiento efectivo e inhabilitación perpetua abarca a todos los acusados menos a Marcelo Paolini, para quien el fiscal propuso tres años en suspenso. Paolini es un ex combatiente de Malvinas que trabajaba como guarda de pista y colaboró con la Justicia como arrepentido. Fue quien hizo la cámara oculta. La Aduana también pidió condenas –en su mayoría– de cuatro años.

Branca tiene como abogado a su socio y amigo Roberto Schlagel, ex secretario del juzgado federal de Dolores, a quien conoció en prisión. Schlagel estaba preso por armar pruebas con el ex juez Hernán Bernasconi en el caso Coppola. Como socios, Branca y Schlagel han atendido clientes en casos de narcotráfico como “merluza blanca”. En los próximos días, el tribunal deberá definir si el ex juez debe volver a la cárcel.