El ministro de Educación porteño, Mariano Narodowski, acusó a los docentes de haber hecho “un paro político”. El funcionario cargó contra los maestros de la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE-Ctera) mientras se cumplía la segunda jornada del paro por 48 horas, la última medida de fuerza de un año en el que, por primera vez en dos décadas, la administración de la ciudad de Buenos Aires no pudo garantizar el piso de 180 días de clases.

La UTE es el gremio docente más importante del distrito: reúne al grueso de los maestros de las escuelas públicas, que han sido especialmente afectadas por los recortes del macrismo al gasto social. Con la huelga de ayer, fueron trece los días de paro en el año, parte de un plan de lucha que incluyó la instalación de una carpa docente frente a la Jefatura de Gobierno. Allí difundieron las denuncias del sector: la mala calidad de la comida en los comedores escolares –el famoso guiso de trisoja que intentó reemplazar a la carne, y que Macri debió finalmente retirar del menú–, las 10 mil vacantes que no se cubren en las escuelas del nivel inicial de la zona sur, la falta de presupuesto para los maestros contratados que trabajan en programas de inclusión educativa, la eliminación de 15 mil becas estudiantiles y el retiro del kit de útiles escolares que recibían los chicos de los sectores más pobres, además del reclamo salarial: el pedido de que los 110 pesos de aumento en negro sean blanqueados y retroactivos al mes de agosto.

El ciclo lectivo termina así sin acuerdo con los tres gremios mayoritarios del sector –UTE, los secundarios de Ademys y los privados del Sadop–. Aunque otros catorce sindicatos aceptaron los 100 pesos, no alcanzó para desactivar el conflicto que ahora se trasladará al comienzo de las clases de 2009. Narodowski se mostró especialmente molesto con la UTE, a la que cuestionó por hacer “un uso claramente político” del reclamo. “Entiendo que tengan una postura anti-Macri, que planteen que se vaya Macri, pero no está claro por qué hay que hacer huelga y hacer perder días de clase a los chicos”, sostuvo. “Habría que distinguir lo que son los sindicatos que, a pesar de tener una negociación muy dura, tienen un reclamo genuino, de la Ctera, que claramente tiene un funcionamiento político.”

La réplica fue planteada por el secretario general de la UTE, Francisco “Tito” Nenna. “Asumimos que nuestro paro es político y que está destinado a discutir la política educativa del macrismo. Su política es la destrucción del Estado como el sostenedor de la educación pública. Su política es aumentar los impuestos al consumo, sobre la clase media y las clases populares, en lugar de hacer presión sobre los sectores de mayor capacidad económica, para luego otorgar ese presupuesto a la negociación con las empresas privadas que ellos representan. Nosotros reivindicamos el derecho que tenemos los trabajadores a cuestionar las políticas con las que no estamos de acuerdo”, dijo.

Los días de clase perdidos por el conflicto docente se recuperarán de acuerdo a cada escuela, según anticipó el ministerio. Los colegios que tuvieron trece días sin clases extenderán el cronograma “hasta el 19 de diciembre, como en la provincia de Buenos Aires, mientras que el resto se adecuará según la situación que haya tenido”, definió el ministro. Las escuelas deberán así informar cada una sobre cómo quedará su propio cronograma de recuperación de clases.

Aunque el de ayer fue el último paro, para lo que queda del ciclo lectivo los docentes anunciaron nuevas actividades de protesta. La principal será un acto de fin de año en el que le entregarán al macrismo un boletín para calificar la gestión educativa de 2008.