Dom 23.11.2008

EL PAíS  › CONCENTRACION, FESTIVAL Y CENA EN GUALEGUAYCHU POR EL ANIVERSARIO

Dos años del corte del puente

La asamblea marcó veinticuatro meses de protesta contra la papelera finlandesa del lado uruguayo, que ya produjo un millón de toneladas de celulosa. La dificultad de mantener en el tiempo un corte internacional.

A veces son dos, a veces cuatro las personas que sostienen el bloqueo sobre la ruta 136, mientras del otro lado del puente internacional Botnia se prepara a celebrar la producción de su primer millón de toneladas de pasta de celulosa. El corte de la asamblea de Gualeguaychú cumplió dos años en esta situación: “Difícil”, admite Gustavo Rivollier desde aquella ciudad, “pero con una postura de seguir adelante”. En su opinión, no hay que guiarse por los pocos que sostienen el bloqueo, “ya que cuando es necesario la gente se vuelve a movilizar al lugar”, como sucedió ayer. Tampoco confiar en los informes que hablan de la inocuidad de la planta, porque si hay efectos –y en Gualeguaychú todos están convencidos de que sí los habrá– éstos no se observarán en menos de cinco años. La asamblea acaba de ratificar así, a días del inicio de la temporada turística, la continuidad del corte.

Para darle respaldo y por el aniversario, ayer los vecinos se concentraron en Arroyo Verde, donde leyeron una proclama. Por la tarde hubo un festival musical y la proyección de videos sobre Botnia y, a la noche, una cena a la canasta.

La papelera estuvo sin actividad durante dos semanas. La medida fue tomada por efecto de la crisis financiera global, porque bajó la demanda de celulosa, y recién el domingo pasado volvió a encender las calderas. Al entrar en funcionamiento hubo nuevamente mal olor y una persona debió ser atendida en el hospital de Gualeguaychú, descompuesta y con los ojos irritados. “Es lo que pasa siempre que entra en funcionamento, produciendo emanaciones con contenidos de cloro y azufre”, señaló el director del hospital, Hugo Gorla.

–¿Tuvieron en el año casos que demuestren que Botnia contamina?

–Nosotros sabíamos de antemano que lo único que íbamos a ver eran pacientes con pequeñas reacciones inflamatorias producto de la entrada en funcionamiento de la planta; de la contaminación se van a tener signos después de cinco años, no ahora. Hicimos una línea de base y estamos viendo semana a semana todas las tendencias, pero todavía es temprano para hacer una comparación. Se estima que los efectos se ven entre los cinco y diez años, y que las secuelas graves, como las oncológicas, aparecen después de 20 años... Después de 20 años la fábrica se habrá ido, terminado su ciclo de vida útil.

El decano de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, Jorge Aliaga, promete que no habrá que esperar tanto para contar con una primera estimación de los efectos, ya que en seis meses habrá un primer informe sobre las mediciones que se realizan. “Tenemos terminado todo el estudio que las universidades hicimos del prefuncionamiento, la llamada línea de base que registró la situación ambiental de fines de 2007, es decir del momento en que Botnia empezó a producir. A partir de este año nos integramos al programa de viligancia de la Secretaría de Medio Ambiente, tenemos 30 personas trabajando en el tema, tomando mediciones del agua, el aire, las especies, y haciendo un estudio. Lo que deberíamos encontrar son modificaciones en un mediano plazo con respecto a las mediciones previas. Si se ve algo se va a ver en el mediano plazo, aunque de acá a seis meses ya van a estar los primeros informes de datos consolidados. Para el análisis comparativo hay que tomar un año, porque el río no se comporta igual en verano que en el invierno”.

La semana pasada, la asamblea discutió la posibilidad de flexibilizar el corte ante un pedido de permitir que crucen colectivos dos veces por semana. “No prosperó. Lo que está votado es que mientras Botnia siga, el corte también. Yo creo que el corte todavía tiene para largo”, consideró José Gómez, uno de los fundadores de la asamblea. “Aunque el tema haya desaparecido de los medios y no tengamos el acompañamiento del Gobierno, acá no hay ánimo de levantarlo”. ¿Para qué sirve el corte si ya no tiene repercusión en los medios ni incidencia en la agenda política? “Sobre todo para demostrarle a Fray Bentos que Botnia no les está llevando el adelanto económico que prometió. Ellos dependen de nuestros hospitales, y venían a consumir acá porque les resulta más barato, les frenamos parte de su actividad. Botnia les prometió progreso, pero Fray Bentos hoy tiene el nivel más alto de desempleo de todo el Uruguay.”

Aunque hubo algunos intentos de formar grupos de vecinos opositores al corte, la iniciativa no avanzó. El llamado a una asamblea pro levantamiento del bloqueo tuvo como respuesta la asistencia de 22 personas. Pasó hace un mes, y no volvieron a juntarse.

Rivollier es uno de los que están pensando en cuál es la salida del freezer. “Hay un salto que irremediablemente tenemos que dar, porque los actores de acá ya hicieron sus papeles y no están dispuestos a dar un paso más, el gobierno argentino no va a mover ninguna ficha, y el uruguayo menos. Creo que tenemos que llevar la denuncia a Europa, ir a los foros europeos.”

Se espera que la Corte Internacional de La Haya se expida sobre el caso el año que viene. En Gualeguaychú tienen expectativas de que el tribunal falle en favor de su reclamo, ya que el tema de la demanda es establecer si el gobierno uruguayo violó el Tratado del Río Uruguay al autorizar unilateralmente la instalación de Botnia. Aunque no está obligada a cumplir plazos, está previsto que la Corte llame a las partes en el primer semestre del 2009 para que expongan sus argumentos finales en una última audiencia; luego dará a conocer su resolución.

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