EL PAíS › FABIáN AMARILLA, SECRETARIO DEL CURA, LO COMPLICó SERIAMENTE
El secretario del acusado confesó que con la anuencia del cura hacían cámaras ocultas para extorsionar y conseguir testimonios favorables. Dijo que Moreno Ocampo les proveía la tecnología. Habrían grabado a monseñor Laguna, a un fiscal y a chicos de la fundación.
El testimonio era aguardado con bastante interés, ya que Fabián Amarilla, el testigo citado ayer en el juicio a Grassi, formaba parte del círculo más cercano al sacerdote acusado por 17 casos de abuso a menores. Y su declaración complicó verdaderamente al cura. Pero no sólo esto: señaló que había usado cámaras ocultas para presionar a otros testigos y desvirtuar pruebas de la querella, “con la anuencia de Gra-ssi y la ayuda de Moreno Ocampo, abogado de Grassi, que proveía la tecnología”, aseguró el abogado querellante Juan Pablo Gallego.
La declaración de Amarilla se extendió entre las 9.30 y las 19.10 y en un principio era favorable a la defensa del cura imputado por 17 hechos de abuso sexual y corrupción de menores, pero la tarea de los abogados y jueces, con preguntas y repreguntas, lo llevó a confesar las filmaciones ocultas. “Con este testimonio, prácticamente podemos decir que se termina el juicio”, sentenció Gallego, y anunció que pedirá que Amarilla sea detenido y procesado por falso testimonio bajo juramento.
Gallego dijo que el testigo, “después de quebrarse, confesó que hacía trabajos de cámara oculta, con anuencia de Grassi y la ayuda del doctor (Luis) Moreno Ocampo (abogado del cura), quien proveía la tecnología”. La intención, explicó como ejemplo, era grabar conversaciones con chicos, sin que éstos lo supieran, y llevarlos a formular expresiones que pudieran ser beneficiosas para Grassi y tergiversar el valor probatorio de esos dichos. También dijo que se utilizó la cámara oculta con fines extorsivos con un remisero, “a quien querían hacer pasar por una persona que tenía vinculación con Grassi y la causa”.
También el fiscal Adrián Flores, que ordenó la detención del cura en octubre de 2002, fue víctima de las filmaciones ocultas para desacreditarlo, según reveló Gallego, abogado del Comité de Seguimiento de los Derechos de Niño. Incluso, Amarilla “confesó que, de manera oculta y furtiva, concurrió junto a Grassi al domicilio de monseñor Laguna hace unos días, el 7 de noviembre, con el objeto de buscar un beneficio en su testimonio, lo que había sido ocultado por ambos”. Otro abogado querellante, Jorge Calcagno, que representa al joven conocido como “Luis”, dijo que la fiscalía reveló este hecho, ya que el personal que iba a citar a declarar a Laguna vio cuando Grassi entraba en la casa del prelado y “no creo que haya ido a hablar de fútbol. Esto es gravísimo”, sostuvo Calcagno, y consideró que la sesión fue “bastante movida” y también adelantó que Amarilla, “el secretario de Grassi, quedó al borde de la acción penal por falso testimonio”.
Según Gallego, Amarilla, de 33 años, convive con el acusado desde hace veinte años, ya que “su relación comenzó cuando Amarilla tenía 13 años, en el seminario Don Bosco, de Ramos Mejía”. Por otro lado, Gallego patrocinará desde el lunes al joven conocido como “Ezequiel”, a quien el Tribunal finalmente admitió nuevamente como querellante.
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