Vie 05.12.2008

EL PAíS  › SIGUE LA DISPUTA POR LA DIRECCION DEL ARGERICH

Una guerra en la que no hay tregua

› Por Werner Pertot

El macrismo contraatacó en la disputa por la dirección del Argerich. Luego de que el juez Roberto Andrés Gallardo suspendiera la intervención del hospital y le prohibiera la entrada al interventor Néstor Pérez Baliño, el funcionario se presentó ante el vallado policial y amenazó con dirigir el hospital “desde el bar de enfrente”. Finalmente, no se dedicó a dar órdenes entre los mozos, sino que volvió a su despacho en el Ministerio de Salud porteño y convocó a todos los jefes de sector y de departamento, para seguir manejando el hospital desde allí.

El conflicto se inició cuando el jefe de Gobierno, Mauricio Macri, “renunció” al director del Argerich, Donato Spaccavento. El médico denunció que le habían pedido la renuncia como parte de un concurso público que nunca existió y que fue al único que se la aceptaron. Se presentó a la Justicia y Gallardo le dio la razón, pero el Gobierno porteño se negó a cumplir el fallo, por lo que un mes más tarde el juez apareció en el hospital con un despliegue policial para reinstaurar a Spa-ccavento en su cargo. La gestión PRO contragolpeó con una intervención, que fue suspendida cuatro horas más tarde por otro fallo de Gallardo, en el que también denunció penalmente por desobediencia al interventor y a la vicejefa Gabriela Michetti, que firmó el decreto.

Ayer Gallardo fue recusado por tercera vez en esa causa –las dos anteriores fueron rechazadas por la Cámara de apelaciones– por haber presentado la denuncia penal, que recaló en el juzgado correccional de Raúl García. Además de suspender la intervención, Gallardo ordenó a la Policía Federal que se le impidiera la entrada al hospital a Pérez Baliño y que, si lo encontraban dentro, lo desalojaran.

El interventor consiguió ingresar al hospital, pero cuando llegó a la dirección, los policías le pidieron que se retirara y lo acompañaron hasta la puerta. “Fui con el viceministro de Salud, Miguel Schiavonne, a quien tampoco dejaron ingresar a la dirección”, sostuvo Pérez Baliño ante Página/12. Luego exageró: “Me hizo acordar a la Noche de los Bastones Largos y al Proceso. Es una cosa autoritaria incomprensible”.

“Parece que el hospital depende del ex director y del juez”, consideró Pérez Baliño. “La Procuración lo tomó como un conflicto de poder, donde está la opinión del juez y las acciones de gobierno. Nosotros hacemos lo que nos dice la Procuración”, sostuvo. El funcionario luego convocó a los mandos intermedios del Argerich al Ministerio de Salud. “Se instaló la intervención, pero desde mi despacho del ministerio. Convocamos a todos los jefes de servicio para continuar dando las directivas que garantizan el normal funcionamiento del hospital”, relató el funcionario PRO.

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