EL PAíS › GUSTAVO LOPEZ, SUBSECRETARIO GENERAL DE LA PRESIDENCIA
› Por Sebastian Abrevaya
En plena ebullición opositora, los sectores que se mantienen aliados al gobierno nacional vienen trabajando para posicionarse de cara a las elecciones de octubre. En diálogo con Página/12, el subsecretario general de la Presidencia, Gustavo López, aseguró que el Partido de la Concertación presentará candidatos propios en varias provincias y no descartó la posibilidad de confluir en la ciudad de Buenos Aires con todos aquellos dirigentes del progresismo que no sean opositores al proyecto del oficialismo. López, integrante del radicalismo K, advirtió que el cobismo terminará dentro de la UCR, que se encamina hacia una “posición conservadora antiperonista”, al igual que la Coalición Cívica. Y, por otro lado, calificó a la alianza entre Felipe Solá, Francisco de Narváez y Mauricio Macri como “la derecha neoliberal peronista, un reciclaje de lo que fue el menemismo en los ’90”.
–¿Cuál es el escenario de la Concertación de cara a 2009?
–La Concertación viene muy bien. Nosotros adquirimos el compromiso durante el gobierno de Néstor Kirchner, del que no formábamos parte, y a partir de 2005 un grupo del radicalismo decidió trabajar por un modelo de país. Algunos desertaron y creo que van a buscar una salida conservadora. Por eso, a partir del año pasado, encaramos un proceso para consolidar este espacio, porque estamos aquí por convicción. Hay dos gobernadores, pero además nosotros tenemos presencia en catorce provincias, once a través del Partido de la Concertación y tres más a partir de los gobernadores e intendentes. Este trabajo tiene que ver con expresar desde nuestra historia radical una misma visión de país. Como lo expresa la concertación chilena.
–¿La Concertación va a tener una expresión en la Capital?
–Estamos conversando con todos los sectores que apoyan este modelo de centroizquierda progresista que está llevando la Presidenta. Algunos son oficialistas, otros son más independientes o autónomos, como es el caso de Carlos Heller. Pero creemos que en esta gran avenida hay dos veredas. No hay más variantes que un modelo de distribución de la riqueza y uno conservador que vuelve a los ’90. Por eso tenemos que pensar cómo hacemos para recuperar la ciudad para el progresismo en 2011. Nosotros tenemos intención de presentar una propuesta electoral, pero nos parece más importante trabajar en un proyecto para recuperar la ciudad.
–¿Qué piensa del gobierno de Mauricio Macri?
–El gobierno de Macri es muy malo. Está haciendo cosas que se van a sentir muy duramente en un tiempo: la educación, la salud, la ayuda social, las obras de infraestructura. Hoy no se nota porque está gozando del veranito de aquel que empieza a gobernar. Lo que hizo con las becas estudiantiles, con la transferencia de recursos públicos al sector privado en educación, con el sistema hospitalario, los no planes de vivienda e infraestructura. Se parece mucho a Cacciatore: todo lo tapó con cemento.
–¿Qué opina de dirigentes como Aníbal Ibarra o Miguel Bonasso, que en los últimos tiempos se desmarcaron del kirchnerismo y ahora piensan en candidaturas por fuera del oficialismo?
–Yo separo las cosas. En su momento produje y participé con Beto Borro de las reuniones entre Ibarra y Bonasso para la creación de Diálogo por Buenos Aires, junto a Carlos Heller. Quiere decir que hasta hace no mucho tiempo trabajamos todos juntos. El 2009 va a ser una prueba de fuego para ver hasta dónde somos inteligentes y, si no lo logramos, en 2011 va a volver a ganar la derecha en la ciudad. El sector de Carrió se pasó al conservadurismo y eso no tiene retorno. Pero hay sectores con los que nos podemos sentar a discutir un mismo modelo de ciudad en 2011, aunque hoy estén alejados del oficialismo a nivel nacional.
–¿Cómo supone que se va a posicionar el cobismo?
–Va a terminar en el radicalismo. Lo cual no es ni bueno ni malo en sí mismo. El tema es que el radicalismo va hacia una posición conservadora.
–¿Cómo ve los dos grandes frentes conformados por la oposición?
–El mapa de la oposición quedó dibujado por un lado en sectores antiperonistas conservadores, encabezados por Elisa Carrió, el radicalismo oficial y el cobismo, cuyo destino es gobernar para los grandes grupos económicos. Por eso Carrió pasó de Lo Vuolo a Prat Gay y por eso Cobos se reúne con Biolcati de la Sociedad Rural y pide la baja de las retenciones. Si en la oposición se impone la alianza Solá-De Narváez-Macri, la competencia será con la derecha neoliberal peronista, un reciclaje de lo que fue el menemismo en los ’90.
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