El ex dictador Emilio Eduardo Massera fue dado de alta luego de que le colocaran con éxito un marcapasos. El represor estaba internado en el Hospital Naval desde hace un mes, tras sufrir una dolencia cardíaca. Su internación coincidió con el informe de un perito italiano que lo declaró apto para afrontar un juicio, contra lo que habían diagnosticado los peritos argentinos.

Con 83 años, Massera regresó a su piso de la Avenida del Libertador donde vive con su esposa, mientras tiene suspendidas todas las causas en su contra por delitos de lesa humanidad, incluidos los pedidos de extradición de parte de la justicias de Alemania y de Italia por el diagnóstico de los peritos, que señalaron problemas neurológicos. Ningún tribunal lo declaró inimputable, sin embargo.

Recientemente, un perito médico de la Justicia de Italia vino al país a revisarlo y concluyó que su estado de salud no es tan grave como para detener los procesos. Advirtió que el represor simulaba parte de sus trastornos y que el ex almirante estaba en condiciones de ser extraditado a Roma para ser juzgado.

En ese momento, Massera fue internado. Un perito argentino confirmó luego que había sufrido una afección cardíaca.

A raíz de aquel informe, el juez federal Sergio Torres, que instruye la megacausa ESMA, ordenó la realización de nuevos estudios y análisis a Massera por parte de profesionales del Cuerpo Médico Forense, la Asociación Médica Argentina y la Universidad de Buenos Aires. Esto todavía no se hizo: aún se encuentra en el período de selección de los peritos médicos que participarán de los análisis al ex dictador.