La reunión fue a la tarde, unas horas después de la conferencia de prensa en que convocó a la marcha de Liniers a Plaza de Mayo que realizarán hoy movimientos sociales. Como anfitriones estuvieron el titular de la Side, Héctor Icazuriaga, y el ministro del Interior, Florencio Randazzo. El visitante, pero dispuesto a presionar como si fuera el dueño de casa, fue Luis D’Elía. El dirigente de la Federación de Tierra y Vivienda llegó acompañado por su segundo en la organización, el arquitecto Rubén Pascolini. La conversación duró una hora y media: comenzó con un clima amigable, pero a medida que avanzó el tono se fue volviendo denso. Aunque D’Elía había pedido una reunión con el propio Néstor Kirchner, el contacto con Icazuriaga y Randazzo –los dos hombres más cercanos al ex presidente en estos días– tuvo el mismo sentido. Hablar con ellos fue como conversar directamente con Kirchner. Icazuriaga y Randazzo escucharon el pedido de D’Elía sin adelantar una respuesta: el matancero reclamó para su sector una candidatura a diputado nacional entre el puesto uno y el 10, dos diputados provinciales y treinta concejales.

La charla de Icazuriaga y Randazzo con D’Elía se realizó a pocos metros de la Casa Rosada. La incorporación de ambos a la negociación fue una consecuencia de la fractura en el vínculo entre D’Elía y su interlocutor habitual hasta hace unos días: el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli. El alejamiento de Parrilli es una de las secuelas que ya dejó la negociación por los espacios en las candidaturas. El objetivo de D’Elía es contrarrestar la presión que existe dentro del kirchnerismo para que los movimientos sociales sean desplazados de las listas del Frente para la Victoria. A la reunión con Icazuriaga y Randazzo, D’Elía llegó con un pedido muy concreto: pidió ser diputado nacional por el FpV entre el puesto uno y el 10. También exigió dos espacios en la lista de diputados provinciales por la tercera sección electoral –sur del conurbano–, que según pudo saber Página/12 estará encabezada por el vicegobernador bonaerense Alberto Balestrini.

Entre los nombres que mencionó D’Elía en la charla como probables candidatos figuraron el dirigente del Movimiento Octubres, Gastón Harispe; el diputado provincial Juan José Cantiello, y su esposa Alicia Sánchez, secretaria de la Mujer de la FTV. Icazuriaga y Randazzo le contaron a D’Elía que Kirchner estaba muy molesto por la actitud de hacer declaraciones públicas para presionar por las candidaturas. D’Elía dijo que él también estaba molesto y enumeró una serie de hechos que, según su opinión, demostrarían que él ha venido siendo discriminado. “Luis (por D’Elía) quiere ser él el candidato. No se conforma con cualquier cosa”, dijeron a Página/12 desde el entorno del matancero. Hace una semana, D’Elía pronunció una frase que tuvo mucha repercusión en los medios: “Tengo las bolas por el piso de tanto maltrato”.

Tras el encuentro con D’Elía, Randazzo e Icazuriaga se fueron a la quinta de Olivos. Allí se sumaron a una reunión muy cerrada que encabezaban Kirchner y la propia Presidenta. El temario de la charla, entre otros ítem, fue el armado de las listas electorales del oficialismo. Mientras los dos funcionarios analizaban las perspectivas de la campaña en Olivos, D’Elía regresaba a La Matanza para supervisar los últimos detalles de la marcha que hoy recorrerá 12 kilómetros a lo largo de la avenida Rivadavia. Al mediodía, en una conferencia de prensa desde la sede de la Central de Movimientos Populares (CMP), en el barrio de Once, D’Elía había ratificado con énfasis su pertenencia al kirchnerismo: “Jamás estuvo en duda nuestra continuidad en este proyecto. Lo vamos a votar a Néstor Kirchner estemos o no estemos en las listas.”