“Payasesca.” “Invento.” Así calificó el juez federal de Zárate-Campana, Federico Faggionatto Márquez, la denuncia en su contra del detenido “rey de la efedrina” Mario Segovia, quien lo acusó de haberlo “apretado” para que implique en sus presuntas actividades ilegales al candidato a diputado por el peronismo disidente Francisco de Narváez. Segovia denunció que el magistrado le había ofrecido hacerlo “zafar” de la causa que se le sigue si implicaba a De Narváez en la causa.

“Bajo ningún punto de vista. Eso no existe, no es. Y menos permitiría yo que alguien involucre a otra persona sin argumentos”, negó el magistrado en declaraciones por radio. El juez federal señaló que la versión periodística conocida ayer podría tratarse de una operación política. “Claro, una operación diciendo ‘decí esto que te va a ir bien’. No resiste ningún análisis, porque si el imputado que no declara bajo juramento imputa a otra persona, y en este caso un diputado nacional, habría que medir la credibilidad de cada declaración”, añadió el juez.

Segovia, investigado por el tráfico ilegal de la droga efedrina, denunció a través de su abogado Mariano Cúneo Libarona ante la Cámara Federal de San Martín y ante el Consejo de la Magistratura que Faggionatto Márquez “le ofreció beneficiarlo” en la causa y “evitar que su padre y su cuñado fueran detenidos a cambio de involucrar en el narcotráfico a Francisco de Narváez”.

El juez sostuvo que “puede haber gente que quiera aprovecharse” de titulares en los medios vinculando al empresario con la efedrina, pero remarcó que “de una manera u otra, le guste a quien no le guste, el diputado De Narváez, por lo que uno ve en las proyecciones, va a renovar su banca” en la Cámara baja. Sin embargo, Faggionatto insistió en que “existen llamadas de 2006 de Héctor Germán Benítez, a quien se conoce como Mario Segovia, a un teléfono de la flota de Francisco de Narváez. Eso es un hecho”. Pero aclaró que el empresario es “sólo un testigo” y no está imputado en la investigación.

Faggionatto escuchó ayer la declaración de Danilo Coronel, el empleado de De Narváez que usaba ese celular. El hombre repitió lo que dijo ante el juez Ezequiel Berón de Astrada, quien investiga el contrabando de CD y DVD. Dijo que no conoce a Segovia ni a Héctor Germán Benítez, el alias que usaba el “rey de la efedrina”.

Ayer, el candidato de Unión-Pro puso en duda la existencia de esos llamados. Sin embargo, hace dos semanas presentó un escrito ante el juez en el que los reconocía pero rechazaba tener vinculación con Segovia y habló de una “persecución política” del kirchnerismo.

El ministro de Justicia y Seguridad, Aníbal Fernández, se involucró en la polémica al aclarar que “no acuso ni dejo de acusar” a De Narváez, pero recordó que “de sus teléfonos salieron tres llamadas que tiene que explicar al magistrado”. El funcionario calificó la denuncia de Segovia como “estupideces que quieren plantar para mejorar la performance, o como diría Discépolo: ‘En el mismo lodo todos manoseaos’”. Fernández agregó: “¿Cómo resuelve de la mejor manera un señor que se dedica a negociar con la muerte? Diciendo que los otros participan con nosotros, es de libro”.

En declaraciones periodísticas, Fernández imaginó que “si en lugar de De Narváez hubiese estado el ministro Randazzo, Sergio Massa o yo –por poner tres ejemplos del Gabinete– seríamos tapa todos los días, de la relación de nuestros teléfonos con este personaje siniestro del mundo de lo ilegal. Sin embargo, como es De Narváez, que no es feo, sucio y malo como somos nosotros los peronistas, entonces hay que poner una pátina de decencia a priori que evita que tenga que dar declaraciones del caso”, agregó.

El jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, tampoco quiso quedarse afuera del debate. Dijo que “la gente, frente a casos como esos, se pregunta ‘¿en qué país estoy?’ y dice: ‘No quiero este país así, quiero una justicia independiente’”. Según Macri, la sociedad quiere un “país ordenado que no dé lugar a denuncias como se ve en la tapa de La Nación, donde todos sabemos que Francisco (De Narváez) no tiene nada que ver con la efedrina, y lo que es grave es que Segovia, un acusado, entra en el tema para decir que ‘el juez me apreta’ para que ponga a De Narváez” como imputado.