A ocho años de su momento de mayor exposición política, cuando en pleno corralito se convirtió en defensor de los ahorristas porteños, Eugenio “Nito” Artaza combina por estos días su faceta de humorista con la agitada campaña como candidato a senador por su provincia natal: de jueves a domingo, teatro en la avenida Corrientes, de lunes a jueves recorrida por las calles de Corrientes. De viaje en auto hacia un acto, dialoga con Página/12 y apela a Tato Bores para justificar su intento de pasar del humor al Congreso: “Si los que fueron tan serios alguna vez se tomaron el país en joda, ¿por qué los que hacemos joda no nos vamos a tomar el país en serio?”. Defensor de sus colegas imitadores de “Gran Cuñado”, Artaza considera que hacen un humor “casi ingenuo” y bromea con que va a “hacer show con Nacha en el Congreso”. El capocómico se perfila, según algunas encuestas, como primero en intención de voto.

–¿Qué opina de la impugnación a su candidatura por parte del oficialismo correntino que finalmente fue desestimada por la Justicia?

–El gobierno provincial buscó alguna chicana para impugnar mi candidatura. Estaba absolutamente tranquilo porque había hecho las cosas bien. Tenía el domicilio correcto, viví 18 años en Corrientes y la Justicia no encontró ningún fundamento para la impugnación.

–¿Cómo explica haber pasado de un día para otro de precandidato a diputado por la UCR de Capital a candidato a senador por Corrientes?

–Moralmente yo me siento autorizado para representar a Corrientes porque desde mi bisabuelo han transitado toda la política de la provincia y aparte mi familia, materna y paterna, es correntina. Yo conozco la problemática de la provincia y tengo vocación política.

–En Corrientes se da una situación muy particular porque el gobernador, Arturo Colombi, y su primo Ricardo pertenecen a la UCR, pero están enfrentados. Julio Cobos le dio su apoyo a Arturo mientras que la conducción radical a Ricardo. Usted se manifestó a favor de Cobos y ahora compite en el espacio opuesto.

–Cobos sólo vino a dar un saludo al gobernador y eso fue aprovechado por el gobierno local. En estas elecciones no volvió más y no volverá porque el candidato del gobierno de Corrientes es una liberal. Además, yo sigo sosteniendo que puede haber un futuro con Cobos si hay un proyecto nacional. Si Ricardo y yo lo invitáramos, nos saludaría a nosotros.

–La UCR está en un proceso de reunificación, pero en Corrientes se mantienen las divisiones. ¿Por qué?

–Porque hay una diferencia de proyecto. La diferencia de administración que ha hecho Ricardo Colombi se dilapidó con el actual gobierno. Los correntinos ven la desacertada administración que ha hecho el gobernador actual. No hay un departamento de Corrientes que no tenga una obra hecha por Ricardo. En localidades que yo estoy visitando se hicieron 600 viviendas y en esta administración no se pudieron terminar 100.

–¿Si entra en el Senado va a abandonar las tablas por seis años?

–Voy a bajarme del escenario en febrero en Mar del Plata. Va a ser un descanso de mis mismos chistes (risas). Y vamos a dejar un legado porque está Martín Bossi, Freddy Villarreal... Pero voy a seguir a produciendo cuatro o cinco espectáculos porque tengo dos teatros. La gente sabe que yo vivo de eso. Además tengo una pyme de espectáculos con 40 o 50 empleados.

–¿Qué le dicen de su candidatura sus compañeros del espectáculo?

–Algunos me dicen “estás loco”. Mi familia ya entendió que ésta es mi vocación. Yo tengo pasión política. “Por fin te vamos a sacar de Mar del Plata”, me dijo Carmen Barbieri. Pero, eso sí, haremos show con Nacha Guevara en el Congreso. Por lo menos mal no la van a pasar (risas). Vamos a resumirlo con una frase de Tato Bores: “Si los que fueron tan serios alguna vez se tomaron el país en joda, por qué los que hacemos joda no nos vamos a tomar el país en serio”.

–¿Qué le parecen las imitaciones de “Gran Cuñado”?

–Hace falta siempre humor político. Tengo admiración por todos esos muchachos, que trabajaron conmigo. Martín Bossi, Freddy, Waldo, Roberto Peña, Gladys Florimonti. Creo no lo hacen con ninguna intencionalidad política, aunque puede llegar a incidir en la gente que no está muy informada. Casi diría que es un humor ingenuo. Cada uno estudia el personaje y hacen su mitología. Yo lo hacía mujeriego a Menem y tal vez no lo era. Si el pueblo correntino nos da la confianza, ahora voy a estar sentado al lado de Menem, al que he imitado toda mi vida; una ironía del destino.