Julio Cobos pasará corriendo la recta final de la campaña electoral. No será una demostración de su estado atlético, sino de su necesidad política. Consciente de que el 28 de junio se juegan sus chances de ser candidato presidencial en 2011, el vicepresidente le pondrá literalmente el cuerpo a la elección y realizará dos días de maratón por las ciudades más importantes de Mendoza. “Al peronismo nunca hay que darlo por muerto”, se ataja uno de los hombres más cercanos a Cobos, que marca una diferencia de 5 o 6 por ciento sobre el peronismo local. Los primeros candidatos del PJ, dos intendentes de peso en la provincia, apuestan a municipalizar la elección, y en ese plan borraron de la escena al gobernador Celso Jaque, a Néstor Kirchner y la presidenta Cristina Fernández. “Hay un final abierto, no hay más de cuatro puntos de diferencia”, le asegura a Página/12 un peronista con llegada a la Casa Rosada.

Mendoza renueva tres senadores y cinco diputados nacionales. Sin embargo, el eje de la elección no está en los cargos, sino en su valor simbólico. Cobos blanqueó hace dos semanas sus intenciones de ser candidato a presidente en 2011 y, al mismo tiempo, depositó sus posibilidades en lo que suceda el 28 de junio. Fuentes cobistas y peronistas coincidieron en que la mayoría de las encuestas dan una diferencia que no supera los 6 puntos a favor del partido de Cobos, Consenso Federal. Tercero se ubicaría el Partido Demócrata, respaldado a nivel nacional por el PRO del jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri. Ante un escenario que parece polarizarse, las esperanzas del PD se centran en que ingrese su primer candidato a diputado, Omar De Marchi.

La cara de Cobos y el número de su lista, la 503, aparecen en cada uno de los afiches del Frente Cívico Federal. La presencia constante del ex gobernador en la campaña da cuenta de la imposibilidad de sus candidatos de seducir al electorado mendocino. Las dificultades del cobismo para armar una alianza con la UCR fueron superadas en trabajosas negociaciones que dejaron algunos heridos. Sin embargo, se logró una lista de unidad, conformada por el senador radical Ernesto Sanz y la diputada cobista Laura Montero como candidatos a senadores. En tanto, a diputados, la lista la integran el cobista Ricardo Manzur, la radical Mariana Juri y el peronista disidente, Enrique Thomas.

“Cobos va a caminar personalmente la provincia porque en esa lista no hay figuras que traccionen. Eso da muestras de la endeblez de su construcción. Cuando él dejó la gobernación tenía muy alta imagen, la enriqueció con el voto de la 125, pero que hoy las encuestas estén a tres o cuatro puntos demuestra que no puede trasladar su imagen”, analiza un hombre del peronismo local. En 2005, antes de que el vice tuviera su actual popularidad, la diferencia entre radicales y peronistas llegó a 7 puntos, mientras que en 2007 el PJ superó al cobismo por la misma diferencia. Con esos antecedentes, estiman que por más que gane, si el margen no excede aquellos resultados, Cobos no tendrá demasiadas cartas que mostrar para jugar las presidenciales.

La campaña tuvo su punto de mayor tensión cuando el gobernador Celso Jaque criticó duramente al vice y lo acusó de incitar a la violencia. Sin embargo, el intendente de Maipú y primer candidato a senador, Adolfo Bermejo, junto al intendente de San Rafael y primer candidato a diputado, Oscar Félix, prefirieron que el mandatario se apartara de la campaña.

“Le tiraron una toalla mojada por la cabeza para que no se escuche lo que dice”, confesó a este diario un dirigente peronista de la provincia. “No hay un solo cartel de Kirchner, ni de Jaque. Ni uno solo”, dice, azorado, un referente cobista.

Entre los heridos que dejó la negociación de los cobistas se destaca el intendente de Mendoza, el radical Víctor Fayad. Desde entonces, el dirigente le pidió públicamente la renuncia a Cobos y la semana pasada lo calificó como “el padre Grassi de la política”. Los cobistas argumentan que el Viti se excedió y que, por eso, sus palabras no repercutirán en el electorado. De todas formas, Fayad representa a un sector de la UCR que, a diferencia de Sanz, no perdona la traición de Cobos al partido. El intendente de Mendoza sugirió que, para financiar la campaña, el ConFe recibe plata de Francisco de Narváez y de un pool de siembra. “Las campañas de los dos partidos grandes cuestan siete millones de pesos cada una”, asegura el líder de un partido nuevo que acompaña al PJ.