Al cierre de esta edición, la mesa nacional del Partido Socialista (PS) analizaba el futuro de la relación con el ARI, que tuvo un cimbronazo fuertísimo luego de la decisión de no asistir al lanzamiento presidencial de Elisa Carrió: aunque los socialistas aseguran que el objetivo no es la ruptura, reclaman un modo distinto de encarar la construcción política conjunta. Por su parte, y luego de calificar la situación como un “divorcio”, ayer Carrió prefirió mantenerse en silencio. En conclusión: ninguno quiere ser el responsable del quiebre definitivo, pero tampoco hacen nada por impedirlo.
La relación, que nunca fue del todo buena, comenzó a dañarse seriamente luego de que el PS aprovechara su unidad para formar un bloque propio en Diputados. El gesto molestó a Carrió, que terminó de enfurecerse la semana pasada, cuando Rubén Giustiniani presentó un proyecto para despenalizar el aborto. Mientras, los socialistas acusaban a la chaqueña de no consultar ninguna de sus últimas movidas políticas, desde la cumbre por la caducidad de los mandatos hasta la preparación de su plan de gobierno.
En medio de una situación cada vez más tensa, los dirigentes socialistas decidieron no asistir al acto del sábado pasado en el Teatro Coliseo, donde Carrió oficializó su partido, presentó en sociedad su plan de gobierno y lanzó su postulación. Ese mismo día, Carrió, enojadísima, dijo se trataba de un “tema cerrado”. Al día siguiente sostuvo que “un divorcio más” no le hará mella, y agregó: “A mí nadie me extorsiona”.
A pesar de semejantes declaraciones, la realidad es que no todo está dicho. Los integrantes de la mesa nacional del PS –entre los que se encontraban Alfredo Bravo, Hermes Binner, Norberto La Porta, Raúl Puy y Jorge Rivas– discutían anoche el futuro de la relación con el ARI. “No queremos el rompimiento, pero sí un modelo de construcción diferente”, resumió Puy a este diario.
Entre los reclamos, los socialistas mencionaban básicamente tres puntos: mayor influencia en el armado de la coalición y la estrategia electoral, participación en el diseño del plan de gobierno y discusión conjunta del nombre del compañero de fórmula. Aunque habían designado una comisión de ocho miembros de enlace con el ARI, ayer aseguraban que no es suficiente: la próxima reunión estaba prevista recién dentro de quince días.
En cuanto al ARI, la idea también es bajar el tono de la disputa. Ayer, luego de las declaraciones de los últimos días, Carrió optó por mantenerse en silencio. En voz baja, algunos diputados del ARI, aun aquellos más cercanos a la jefa máxima, explicaban que romper con el PS sería un error estratégico, que podría complicar seriamente el proyecto presidencial de la chaqueña. Lo ideal –decían– es esperar un tiempo antes de empezar a recomponer la relación.