A fuerza de repetición, el Acuerdo Cívico y Social buscó contrarrestar su dura derrota en Capital Federal y el tercer puesto obtenido en la provincia de Buenos Aires con la acumulación de bancas en el resto del país y la pérdida de legisladores por parte del oficialismo. “El Gobierno y Néstor Kirchner han sido derrotados a lo largo y a lo ancho del país”, exclamó Elisa Carrió en su primera aparición pública, pasadas las 10 de la noche. Más temprano, el titular de la UCR, Gerardo Morales, había festejado la conformación de un bloque de alrededor de 80 diputados en el Congreso nacional. Pero con el paso del tiempo la atención quedó concentrada en una sola cosa: el ingreso de Lilita al Parlamento. “Yo podría entrar pero dejo la incertidumbre para el final. Si así no fuera, el objetivo era esta gran victoria nacional”, anunció la líder de la Coalición Cívica, cuando todavía no se sabía que había esquivado por un pelo el golpe final a sus aspiraciones presidenciales, que hubiera implicado quedar fuera de la Cámara baja.

El primero en poner la cara fue Morales, que asumió junto al diputado Adrián Pérez la tarea de comunicar los datos que iban recibiendo. El clima era tenso y, a pesar de que desde temprano anunciaron la victoria “en todo el país”, no había ningún espíritu triunfalista debajo del escenario. Mientras se confirmaba el tercer puesto para la lista porteña, empezaron a aparecer los primeros resultados del espacio en la provincia de Buenos Aires, que les daba alrededor del 21 por ciento, superando los pronósticos de las últimas encuestas. Aun cuando quedaron lejos de la pelea por el primer lugar, en el ACyS consideraron como un triunfo el resultado de la provincia de Buenos Aires.

“El Acuerdo Cívico y Social cuenta con 15 bancas nuevas y llegamos a 24 senadores”, aseguró el senador jujeño. En concreto, el Acuerdo Cívico y Social se convirtió en la segunda minoría en el Congreso nacional, por debajo del oficialismo. “Hemos ganado en Santa Cruz, hay pingüinos republicanos en Argentina”, bromeó el titular de la UCR, el partido que más motivos tuvo para festejar dentro del frente panradical.

El sorpresivo segundo lugar de Pino Solanas (Proyecto Sur) en Capital empañó en buena medida el triunfo a nivel nacional que buscaban instalar. Y lo empañó a tal punto que la especulación sobre el ingreso de Carrió al Congreso le dio un trago amargo a más de uno. “Se nos vino la ola y nos pasó por encima”, reconocía con tristeza un dirigente porteño de la Coalición Cívica en el primer piso del Palais Rouge. Lo cierto es que cuando Carrió definió que sería tercera en la lista de diputados nacionales, jamás imaginó que estaba en juego el segundo lugar de su espacio y menos aún su propio ingreso a la Cámara baja. Al cierre de esta edición, el ACyS obtenía tres bancas nacionales y seis en la Legislatura porteña.

“La primera cabeza que va a rodar es la de Patricia Bullrich”, sentenciaron en el ARI. La responsable política de esta campaña fue la líder de Unión por Todos, quien definió la estrategia de no confrontar con el PRO de Mauricio Macri. Dentro de la fuerza fundada por Elisa Carrió, consideraron que quedaron “desperfilados” frente al macrismo por la política llevada adelante en el Congreso nacional, donde votaron conjuntamente varias iniciativas. “Para votar una copia se quedaron con el original”, remataron fuentes aristas que con bronca sentenciaban “el fin de la montonera”. Cerca de la medianoche, Alfonso Prat Gay salió a bancar la derrota: “En Capital perdieron bancas los dos oficialismos, el kirchnerismo y el PRO”, se consoló.

Mientras las malas noticias para el ACyS iban confirmándose, los televisores del bunker mostraban la contundente victoria del vicepresidente Julio Cobos en Mendoza. El principal competidor de Carrió por el liderazgo del espacio panradical sacaba más del 15 por ciento de ventaja sobre sus rivales del Frente para la Victoria. A esa hora en Santa Fe el socialismo peleaba cabeza a cabeza con el senador Carlos Reutemann. Con ese escenario, Cobos picó en punta respecto de la chaqueña y también le sacó una importante ventaja al gobernador Hermes Binner.

El coqueto salón ubicado en el barrio de Palermo estaba dividido en tres sectores: la gran sala donde se realizarían los anuncios, en el segundo piso. Un lugar reservado para diputados y referentes, en el primero y, en un cuarto contiguo, un espacio exclusivo para los más importantes candidatos y dirigentes. En todo el bunker del ACyS no había un solo militante. La sala de conferencias del Palais Rouge estaba llena de sillas vacías y periodistas que esperaban la aparición de algún dirigente que se animara a reconocer los números que empezaban a conocerse en Capital Federal.

El resultado alcanzado por la lista encabezada por Prat Gay estuvo tres puntos abajo de lo que Carrió llamó “el piso histórico” de su espacio: el 22 por ciento que obtuvo el ARI en 2005. Pero a esa marca debería sumársele el 2,27 por ciento que sacó la fuerza de Patricia Bullrich, Unión por Todos y el 2,23 de la UCR. Es decir, las fuerzas que hoy integran el Acuerdo Cívico y Social sumaron el 26,50 de los votos en aquella elección legislativa, contra el 19 de ayer.

En la elección de 2007 en la ciudad, la Coalición Cívica obtuvo el 15,29 por ciento de los votos, mientras que el socialismo sacó el 14 por ciento. Las dos fuerzas llevaron como candidata a presidente a Elisa Carrió que obtuvo el 36 por ciento.

Por donde se lo mire, la elección porteña quedó bastante lejos de las expectativas originales del espacio panradical.

Sin embargo, para el radicalismo todo fue suma, ya que venía de obtener un solo diputado nacional y no contaba con ningún legislador de la ciudad. Ayer, los boinas blancas colaron dos legisladores porteños propios en la lista del ACyS e incorporaron a Ricardo Gil Lavedra en el Congreso. “Todo depende de si entra Lilita”, aseguraban anoche en la UCR porteña. Si la chaqueña se quedaba afuera del Congreso auguraban un traspaso en masa a las filas del vicepresidente Julio Cobos. Al final, Carrió entró; lo otro, todavía está por verse.