La ratificación del cronograma electoral y la aceptación de la renuncia de Eduardo Duhalde para el próximo 25 de mayo depende más de los vaivenes de la interna partidaria que del inminente fallo de la Cámara Electoral sobre la aplicación o no de la ley de internas abiertas y simultáneas. Por lo pronto, un sector no duhaldista del fracturado bloque oficialista de la Cámara baja ha comenzado a evaluar la posibilidad de votar, tal vez la próxima semana, la resolución donde se le acepta la dimisión al Presidente como una manera de forzar una definición sobre la fecha de las internas primero y de los comicios presidenciales después.
La semana pasada estaba previsto que en la sesión de mañana se llevaría al recinto el proyecto de ley que ratifica los comicios del 30 de marzo y la resolución con la que se define el 25 de mayo con el día que Duhalde se va de la Presidencia. Sin embargo, todo cambió para los duhaldistas al enterarse de la inminencia del fallo la Cámara Electoral y, sobre todo, de su contenido.
Todo indica que los jueces dictaminarán la constitucionalidad de la ley de internas abiertas y simultáneas. Semanas atrás, esta norma favorecía al duhaldismo en su intención de desactivar al menemismo, pero se volvió inconveniente luego de que consiguieran en el último congreso partidario que el día de las internas también se renovaran las autoridades partidarias. En la actualidad, Carlos Menem es el presidente del PJ. La aplicación de la ley de internas abiertas implica un control de la Justicia Electoral y la utilización de padrones generales; y la de autoridades del partido exige el padrón partidario por lo que se complicaría el acto comicial. Por eso los duhaldistas evalúan ahora la posibilidad de suspender la aplicación de la norma en cuestión y continuar con su estrategia aislacionista del menemismo.
La respuesta no se hizo esperar y un sector que responde a la fórmula Menem-Juan Carlos Romero, está pensando en impulsar la aprobación al menos de la resolución por la que se le acepta la renuncia a Duhalde para mayo. Con esto, sostienen, forzarían al duhaldismo a apurar la definición de la fecha de los comicios presidenciales y partidarios.
Mientras duhaldistas y menemistas elaboran tácticas y estrategias para anularse unos a otros, al resto de los bloques parlamentarios sólo les queda esperar que esta especie de lucha entre Montescos y Capuletos se defina de una vez por todas ya que no tienen la capacidad para llevar al recinto una propuesta que sea apoyada por todos y no necesite de los votos justicialistas.