Dom 05.07.2009

EL PAíS  › NESTOR KIRCHNER REAPARECIO EN UN ENCUENTRO DE CARTA ABIERTA Y ADELANTO QUE SALDRA A RECORRER EL PAIS

“Estoy con más fuerza para dar la batalla”

El ex mandatario salió al cruce de Carlos Reutemann. “Ya lo veremos a él disputando por las ideas del país que quiere, si es que tiene alguna idea”, dijo. Criticó el nombramiento del ex comisario Jorge “Fino” Palacios como jefe de la policía porteña.

› Por Martín Piqué

El director de la Biblioteca Nacional, Horacio González, estaba hablando en el anfiteatro del Parque Lezama ante unos doscientos integrantes del espacio Carta Abierta cuando Néstor Kirchner apareció de improviso en el foro que da a la calle Brasil. La mayoría de los presentes se miraron sorprendidos. Sólo unos pocos sabían que Kirchner podía llegar a visitarlos en su primera reunión tras la derrota del oficialismo. En ese momento González estaba analizando el “infortunio” que implicaba el resultado del 28 junio. “No es verdad que el peronismo no conoce la derrota. El que dice eso no conoce los 18 años de exilio, resistencia y proscripción”, dijo González. Era una corrección dirigida a Felipe Solá. Kirchner escuchó la intervención del sociólogo desde una grada de cemento. Luego bajó al centro del anfiteatro para tomar el micrófono. “No tengo ningún dejo de tristeza, al contrario estoy con más fuerza que nunca para dar la batalla que haya que dar”, aseguró. En un discurso que no duró más de diez minutos, Kirchner criticó la designación del ex comisario Jorge “Fino” Palacios en la policía porteña, le respondió a Carlos Reutemann por haber dicho que la Presidenta “no había digerido la derrota” y prometió que en las próximas semanas saldrá “a caminar el país”.

El momento más fuerte del discurso de Kirchner fue, sin duda, su cruda referencia a Reutemann. Aunque no lo nombró ni por el apellido ni por el sobrenombre, a nadie le quedaron dudas de que se estaba refiriendo al senador santafesino que ganó en su provincia. La mayor parte de los dichos de Kirchner tuvo como objetivo responder las declaraciones que Reutemann le había dedicado anteayer a Cristina Fernández. “A la Presidenta hay que darle una semana para que absorba el impacto de la derrota”, había dicho el Lole. “Se equivoca aquel señor que dice que Cristina todavía no digirió lo que pasó. Esto no es una carrera de automóviles ni un partido de fútbol. Acá estamos peleando para construir un país distinto. Ya lo veremos a él disputando por las ideas del país que quiere, si es que tiene alguna idea”, le respondió Kirchner.

El ex presidente desafió incluso a Reutemann a que exponga en público cuáles son sus proyectos para el país. “Espero que algún día se anime, que juegue de cara al sol”, lanzó. También le recordó al senador por Santa Fe el episodio más polémico de su trayectoria política. “Sería importante que aclare su participación en los hechos de 2001, en las inundaciones de Santa Fe y en todos aquellos problemas que hubo en Rosario. Los argentinos tenemos memoria. Que sepa que la Presidenta tiene fuerza, coraje, decisión y que va a seguir con todas sus fuerzas gobernando la Argentina”, respondió Kirchner. Según pudo saber Página/12, cerca del santacruceño creen que Reutemann terminará reuniendo en torno suyo a una buena parte del justicialismo con vistas a la presidencial de 2011. Descuentan que será un PJ más conservador.

El ex mandatario llegó al Parque Lezama acompañado por el secretario de la Función Pública, Juan Manuel Abal Medina (h), el diputado provincial Fernando “Chino” Navarro y el titular de la SIDE, Héctor Icazuriaga. Su llegada sorprendió a la mayoría de los asistentes, salvo a algunos integrantes del grupo fundador de Carta Abierta que habían sido advertidos sobre una probable visita suya. En su primera actividad pública tras la derrota del 28 de junio y la renuncia a la conducción del PJ, Kirchner dijo que había decidido ser candidato a diputado porque algunos sectores estaban “tratando de debilitar la institucionalidad y la gobernabilidad”. “Creí que había que poner todo, sin especular, para defender y evitar lo que se estaba construyendo en la Argentina”, dijo. Enseguida convocó a “mantener la lucha y la fe”; luego insistió en que saldrá a recorrer el país “para seguir trabajando por esos principios”.

El anuncio fue festejado con aplausos desde las gradas del auditorio. Entre los asistentes estaban González, el filósofo Ricardo Forster, el economista Guillermo Wierzba, las cantantes Liliana Herrero y Marilina Ross, la ex gremialista de Ctera Mary Sánchez; el titular del Suteba, Roberto Baradel, la periodista Lilia Ferreyra, el sociólogo e investigador del Conicet Carlos Girotti, entre otros. Aunque no lo dijo en su discurso, Kirchner está haciendo honor a su promesa de mantener cierta hiperactividad: anoche compartió una cena con un grupo de intendentes en un lugar del conurbano. La comida pareció confirmar su decisión de fundar una nueva corriente política tras su alejamiento de la conducción del PJ.

Equilibrio inestable

Kirchner concretó su primera aparición pública ante el auditorio menos esperado: un grupo de intelectuales autoconvocados durante el conflicto por las retenciones. Apenas comenzó su discurso, agradeció “la presencia y el espíritu de Carta Abierta”. Los miembros del espacio habían decidido reunirse al aire libre para cumplir con las medidas de prevención aconsejadas por la propagación de la gripe A. A modo de un balance rápido del 28 de junio, Kirchner planteó que en democracia hay triunfos y derrotas; también reconoció que se deberá profundizar en “una autocrítica”, aunque no se extendió mucho más (todo su discurso no duró más de diez minutos).

A lo largo del plenario, González insistió en que era necesario analizar las causas de la derrota pero sin limitarse a eso: las urgencias eran otras. Forster y Girotti también exhortaron a leer con realismo el resultado del 28 de junio, mientras que Wierzba advirtió sobre el impacto que tendrá el desenlace de la elección en la correlación de fuerzas entre el Ejecutivo y las corporaciones. En relación con el futuro del gobierno de CFK, los oradores expusieron su inquietud. “La derecha tiene una discusión interna, que no escuché pero me la imagino: si permiten o no gobernar hasta el final del mandato. Y en el caso de que permitan gobernar, deben estar pensando qué acción implementar para que el final del mandato encuentre a un gobierno vaciado”, planteó González a Página/12.

Otro de los asistentes ensayó un diagnóstico bastante similar: “Estamos en un equilibrio inestable. Ni ellos pueden voltearnos ni no-sotros podemos ganarles”.

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