Frente a doscientos oficiales almidonados y con la estatua de San Martín a sus espaldas, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner definió la historia argentina como “doscientos años de desencuentros, frustraciones y fracasos” y convocó a las Fuerzas Armadas a poner el hombro “para construir, con la mirada hacia adelante, el país que alguna vez fue el primero en Latinoamérica”. El discurso tuvo lugar ayer, en el salón de honor del edificio Libertador, durante la segunda cena anual de camaradería que encabezó como comandante en jefe de las Fuerzas Armadas. Aunque fue poco después del anuncio sobre los cambios en el gabinete, la Presidenta no hizo ninguna referencia al respecto.

Cristina Fernández ingresó en la sede de Defensa junto a la ministra anfitriona Nilda Garré, el canciller Jorge Taiana y el ministro del Interior, Florencio Randazzo. Demorado pero a tiempo para brindar se sumó el ministro de Planificación, Julio De Vido. También se sentaron a la mesa principal, decorada con jazmines blancos, los jefes del Estado Mayor Conjunto, brigadier Jorge Chevallier; del Ejército, general Luis Pozzi; de la Armada, almirante Jorge Godoy; y de la Fuerza Aérea, brigadier Normando Costantino.

CFK aclaró de entrada que estaba allí como Presidenta y jefa de las Fuerzas pero también “como ciudadana”. Sin mencionar explícitamente el golpe de Estado en Honduras, al que aludió como “los episodios en el escenario regional”, sostuvo que la experiencia de los últimos días “no hace más que reafirmar mi compromiso y orgullo como comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de vivir en un país de absoluta transparencia en su democracia”, donde rige “un respeto irrestricto de las instituciones a esos valores esenciales”.

Antes de informar que acababa de firmar un decreto para que los militares accedan a créditos hipotecarios, la Presidenta les planteó “la necesidad de incorporarse definitivamente al modelo de desarrollo nacional y productivo”, al que calificó como “el verdadero reaseguro de la defensa, de nuestra integridad territorial y de nuestros recursos naturales”. Destacó la recuperación del área material Córdoba y afirmó que “nuestras Fuerzas supieron ser cabeza en la región en la construcción de armamento, en investigación e innovación tecnológica”. “No hay mejor manera de defender la patria que producir insumos en tiempos que, como los que se avecinan, no parecen ser nada fáciles”, dijo.

Luego se refirió al bicentenario. Resumió la historia como “doscientos años de desencuentros, frustraciones y fracasos”, y agregó que “sería inútil y estéril buscar culpables”. Mencionó como “logros verificables” al crecimiento y al desendeudamiento, y dijo que “el desafío es construir, por sobre nuestras diferencias, el país que alguna vez fue primero en Latinoamérica”. “No lo digo desde una visión hostil, creo que como pocas veces logramos construir una solidaridad regional y dejamos de mirarnos como posibles enemigos”, celebró, y propuso “encarar la Argentina del bicentenario que nos merecemos todos”.