EL PAíS › EL MINISTRO DE JUSTICIA PRO, GUILLERMO MONTENEGRO, ASUMIó LA DEFENSA DEL COMISARIO JORGE “FINO” PALACIOS
Acorralado por el currículum de Palacios, que combina acusaciones de encubrimiento del atentado contra la AMIA, defensa del terrorismo de Estado, asesoramiento a Sobisch antes del asesinato de Fuentealba, el ministro redobló en la Legislatura el respaldo al policía.
› Por Werner Pertot
Contra las cuerdas. El ministro de Justicia y Seguridad, Guillermo Montenegro, trabó durante cuatro horas una esgrima verbal con la oposición porteña, los organismos de derechos humanos, los familiares de las víctimas de la AMIA y de la represión del 19 y 20 de diciembre. Defendió a capa y espada la designación como jefe de la Policía Metropolitana de Jorge “Fino” Palacios, imputado por la investigación del atentado en la mutual judía, por su participación en diciembre de 2001 y por sus conversaciones con un represor y un reducidor de autos que terminó condenado en la causa de Axel Blumberg. “Es el mejor jefe de Policía que puede tener la ciudad”, afirmó Montenegro, ante un abucheo general.
Acorralado por momentos, el ministro tuvo que admitir que no leyó el libro de Palacios, en el que sostiene que antes de la dictadura “la Argentina era el teatro de operaciones de los revolucionarios marxistas”. Y terminó por reconocer que tenían diferencias en ese tema. También esquivó una definición sobre si lo va a remover en caso de que sea procesado por encubrimiento en la causa AMIA.
Prácticamente todos los legisladores asistieron a la Comisión de Seguridad de la Legislatura. Su presidenta, la kirchnerista Silvia La Ru-ffa, recordó el rechazo de la oposición porteña a la designación de Palacios y le cedió la palabra a los familiares. “El nombramiento de un gran delincuente es una ofensa a los que fueron víctimas de la dictadura militar y de lo que siguió después. Esta persona niega en su libro el terrorismo de Estado y los 30 mil de-saparecidos”, señaló la Madre de Plaza de Mayo Nora Cortiñas, que fue interrumpida por el macrista Martín Ocampo. “Más respeto. Aquí hay víctimas directas de este personaje siniestro”, le advirtió Cortiñas, que le pasó el micrófono a Marta Vázquez, de Familiares de Víctimas de la Represión del 19 y 20 de diciembre. “No permitan que esta persona tome el cargo”, pidió. Llegó a recordar que Palacios estuvo el 20 de diciembre pese a que estaba de licencia y se le quebró la voz. La titular de Apemia, Laura Ginsberg, pidió que “se lo destituya, porque, si no, tendremos garantizada la Maldita Policía Metropolitana”.
“Hay algunas cuestiones subjetivas que quiero corregir. Objetivamente, Palacios fue el policía más condecorado”, afirmó Montenegro, quien dijo que lo conoce desde hace veinte años y Macri lo conoce desde su secuestro.” “Su confianza privada hace que no les importe la desconfianza de las víctimas de ayer y de hoy”, le enrostró el legislador de la CTA Martín Hourest.
Montenegro dijo que las autoridades de la AMIA y DAIA sólo le cuestionaron a Macri que no esperó el fallo. “Nisman hace la denuncia cuando se empieza a hablar de que puede ser jefe de policía”, sostuvo el ex juez, que encaró una defensa jurídica del comisario retirado: indicó que no está procesado en ninguna causa, dijo que “no está claro” que haya sido él quien hizo los llamados que alertaron a Alberto Kanoole Edul del allanamiento y remarcó que “se está violando el principio de inocencia”.
“Pasaron quince años del atentado, está imputado hace ocho meses y no se encuentra procesado. Las acusaciones no hacen mella a la capacidad profesional de Palacios”, estimó Montenegro. “Con esos argumentos podría defender una designación de Patti antes de ser procesado. O del padre Gra-ssi”, lo cuestionó el legislador Aníbal Ibarra, quien le restregó: “Es patético que venga a defender a Palacios”. Algo enojado ya, Montenegro le respondió: “Patético no me siento. ¿Está claro? Es un honor defender a Palacios”. Hizo silencio cuando vio por primera vez los carteles que desplegaron las militantes de H.I.J.O.S.: mostraban a un Macri-Hitler y tenían consignas como “Con Palacios, reprimir es PRO”.
El ministro macrista tuvo ayuda en su defensa. Por el costado jurídico, de la defensora del Pueblo porteña, Alicia Pierini, quien se pronunció a favor de respetar “la presunción de inocencia”. La defensa política quedó a cargo de los dos macristas que compiten por conducir la Legislatura a partir de diciembre: Martín Borrelli y Cristian Ritondo. El peronista PRO dijo que con la sesión se intentaba distraer la atención de “lo que dijeron las urnas” y hasta citó a María del Carmen Verdú, de Correpi: “El gobierno kirchnerista tiene más de tres mil muertos por gatillo fácil”.
–¿Por qué no lo nombraron antes de las elecciones? ¡Cobardes! –le gritaron.
–Yo no soy ningún cobarde –se enojó Ritondo.
Borrelli les apuntó a los ibarristas. “Desde la política que ganó con el 61 por ciento de los votos tenemos el derecho a conducir la policía, ¿o me van a venir a correr con el 3,2?”, les espetó. Luego dijo que le parecían “muy respetables las organizaciones sociales, pero no representan a toda la sociedad”. Lo menos que se escuchó que le decían fue: “¡¡Facho!!”.
“¿Usted sabe que Palacios escribió un libro llamado Terrorismo en la Aldea Global?”, le preguntó a Montenegro la ibarrista Gabriela Alegre.
–Sí, no lo leí el libro... –se excusó el ministro.
–En ese libro justifica el terrorismo de Estado y habla de “bandas marxistas”, ¿puede ser esta persona la que represente a la policía?
–No leí el libro.
–Si quiere, se lo leemos...
–Ninguna investigación vinculó a Palacios con crímenes de derechos humanos.
–No le pregunté por las investigaciones.
–He tenido conversaciones ideológicas con Palacios y está de acuerdo con defender la Constitución. No estaríamos de acuerdo en cuestiones de terrorismo de Estado, Palacios y yo –reconoció Montenegro.
La legisladora de Nueva Izquierda, Patricia Walsh, volvió con el libro en sus manos, profusamente marcado. Le leyó algunos párrafos –como el que dice que con la llegada de Nelson Mandela a Sudáfrica, “la policía se debilitó”– y, sobre todo, las páginas en las que se refiere a Sudamérica como “un continente que sufrió más de dos décadas de guerrilla marxista”. Walsh indicó que Palacios dice en el libro que en 1973 “las Fuerzas Armadas levantaron el exilio de Perón para que participara de los comicios”. “Si bien hay que hacer un pequeño esfuerzo, no es imposible leerlo. Tendríamos que declarar este libro de interés cultural para que todos lo conozcan”, ironizó Walsh. “Discúlpeme que no lo leí (se ve que a usted le costó un poco). Espero que no me cueste el cargo”, le contestó Montenegro, socarrón, aunque se le borró la sonrisa cuando no supo responder sobre la foja de servicios del comisario, que viene de 1969.
“No voy a hacer futurología”, respondió Montenegro cuando el telermanista Alejandro Rabinovich le preguntó si removería a Palacios ante un eventual procesamiento. “José Barbaccia es amigo mío desde los 12 años, por eso me viene a visitar a la oficina”, reconoció el ministro, sobre el ex fiscal del caso AMIA. “Lamento enterarme de que es su amigo, porque también está vinculado por encubrimiento”, le dijo La Ruffa. “Lamento que usted lo lamente”, le contestó Montenegro, quien aseguró que no lo asesora. “Ariel Lijo estuvo en mi cumpleaños y también estuve con él el viernes pasado en la embajada de Estados Unidos”, contestó Montenegro, cuando La Ruffa le preguntó por una reunión con el juez que tiene en sus manos la decisión de procesar a Palacios. “Jamás le preguntaría por la causa”, aseguró Montenegro. Ante una pregunta del kirchnerista Diego Kravetz, el ministro dijo no saber que Palacios había asesorado a la policía de Neuquén, antes del asesinato de Carlos Fuentealba.
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