EL PAíS › LOS MAXIMOS REFERENTES DE UNION-PRO SE JUNTARON PARA LA FOTO
Mauricio Macri y Francisco de Narváez se reunieron con dirigentes de los partidos que integran la alianza de derecha. Apuntaron a diferenciarse del Acuerdo Cívico y Social, donde se multiplican las internas. Felipe Solá faltó al encuentro.
› Por Werner Pertot
Mostrarse unidos para la foto. Esa fue la iniciativa de Unión-PRO. Los referentes de la alianza de centroderecha se reunieron ayer con los jefes de los partidos que integran el frente y con los diputados nacionales, a los que escucharon por escasos 30 minutos. Nadie lo dijo abiertamente, pero el cónclave tuvo como objetivo marcar la diferencia con el Acuerdo Cívico y Social, donde se multiplican las internas luego de que Elisa Carrió no concurriera al diálogo con el Gobierno. Estuvieron a la cabeza de la mesa Mauricio Macri y Francisco de Narváez. Tuvieron, eso sí, algunas ausencias: Felipe Solá faltó porque era su cumpleaños y Gabriela Michetti por motivos desconocidos para los allí presentes.
Los dirigentes de Unión-PRO se reunieron en el Hotel Castelar, en torno de una extensa mesa. Estuvieron el presidente de PRO, José Torello, y los jefes de los partidos de la alianza (Recrear, Federal, Demócrata, MID, Demócrata Progresista, entre otros). Se destacaban Esteban Bullrich, por Recrear, y Federico Young, ex funcionario porteño que compartió dos conferencias con la activista pro represores Cecilia Pando.
El encuentro estaba convocado para que se pongan en común las distintas conversaciones que hubo con el oficialismo esta semana: la de Macri el martes, la de De Narváez, Michetti –cuyos allegados dijeron que faltó porque estaba reunida con unos funcionarios de Brasil– y otros dirigentes el miércoles y la que tuvieron los jefes de Gabinete, Aníbal Fernández y Horacio Rodríguez Larreta, por la Nación y la ciudad respectivamente. Sin embargo, también lo utilizaron para generar un contraste con las internas que existen en el Acuerdo Cívico, el principal competidor de Unión-PRO dentro de la oposición. “Al diálogo fuimos todos”, remarcaba uno de los principales estrategas de la alianza de centroderecha, para marcar la distancia con la polémica que generó la ausencia de Carrió. “Nosotros ante el diálogo, nos juntamos, no nos dividimos”, advertía, sonriente.
Unión-PRO es una alianza que hasta ahora tuvo muchas fotos de campaña y poco debate partidario: como muestra de esto, el encuentro con los jefes de los partidos duró tan sólo media hora más, tras la conferencia de prensa. Hablaron cuatro o cinco dirigentes de los veinte que asistieron, hasta que Macri dijo: “Muchas gracias por venir”, y partió raudo.
En la conferencia de prensa previa, el jefe de Gobierno elogió que hubiera sido rápida la reunión entre los jefes de Gabinete nacional y porteño e informó que habrá más reuniones entre las ministras de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, y María Eugenia Vidal, los de Justicia Guillermo Montenegro y Julio Alak, y que también habrá “reuniones por el transporte”. El jefe de Gobierno comentó que espera volver a juntarse dentro de un mes con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, con los temas más avanzados. De Narváez, en tanto, anunció que se reunirá con el gobernador Daniel Scioli la semana próxima (ver aparte).
El líder de PRO también comentó su paso por la inauguración de la exposición en el predio de la Sociedad Rural en Palermo. “Ahí escuché, no sin dolor, sobre la nueva ausencia de la Secretaría de Agricultura. Sería un gesto que el Gobierno la autorice a ir”, reclamó Macri, quien consideró que “en un clima de menor agresión hay que discutir en qué tiempo se pueden bajar las retenciones y qué subsidios pueden bajar para compensar esto”. El dirigente no aclaró qué subsidios tocaría ni qué tarifas subiría. Destacó que “el campo no va a pedir un disparate. Su propuesta es parte de un estudio profundo y están dispuestos a ser flexibles”.
“Nadie está proponiendo desfinanciar al Estado”, consideró De Narváez, que acompaña el pedido de baja de retenciones con la universalización de los planes sociales. “Pero tampoco podemos ahogar al sector privado. Estamos comprometidos con devolver la confianza a los agentes económicos”, sostuvo el ex dueño de Casa Tía, que volvió a cuestionar que “cuando se convoca a un diálogo, el Gobierno toma medidas inconsultas”, como los cambios en el Indec.
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