El santafesino Hermes Binner es el gobernador de la oposición más valorado por el Gobierno. Por eso, no llamó la atención ayer que todos aquellos que estuvieron presentes en su encuentro con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner hayan observado que su paso por la Casa Rosada en el marco del diálogo con los jefes provinciales fue “muy cordial”. Binner le llevó una lista de pedidos, que van desde viejas deudas de la Nación con Santa Fe hasta medidas para que la agroindustria recobre el desarrollo que venía creciendo en los últimos años.

El gobernador socialista le llevó a la Presidenta un regalo menos original que el porta-CDs con forma de bandoneón que le obsequió el martes pasado el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri. En su caso le obsequió un libro, muy adecuado para el día en que estaba asumiendo el nuevo ministro de Educación, Alberto Sileoni, ceremonia en la que estuvo presente Binner antes de reunirse con CFK. El libro es Las maestras de Sarmiento, del periodista Julio Crespo, que trata sobre las educadoras estadounidenses que vinieron a la Argentina convocadas por Domingo Sarmiento para desarrollar las primeras escuelas normales.

Sin muchas dilaciones, ya que la Presidenta estaba con la agenda ajustada porque después debía recibir al gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey (ver aparte), y luego partir inmediatamente a Paraguay para la Cumbre del Mercosur, Binner pasó a exponer las necesidades de su provincia respecto de lo que podía esperar del gobierno nacional.

En primer lugar planteó que el Estado nacional salde de una vez deudas muy antiguas con Santa Fe. Sobre ese tema, en una conferencia de prensa que dio luego de en la Casa de Santa Fe, el gobernador puntualizó que esas deudas “vienen de la época de (Domingo) Cavallo por bonos que no fueron saldados, además de la Caja de Jubilaciones de Santa Fe que no fue transferida”.

El gobernador también reclamó “deudas de la AFIP y planes nacionales de viviendas y escuelas que fueron realizados con fondos provinciales” y que espera que la Nación haga reintegros de esas inversiones.

La Presidenta tomó nota de esos pedidos y le dijo que iba a delegar en el secretario de Hacienda, Juan Carlos Pezoa, el análisis de cada cuestión para que la Nación vaya cumpliendo con lo que le debe a Santa Fe.

Binner le agradeció la rápida respuesta y le explicó que en su provincia “disminuyó el ingreso y aumentó el egreso por dos importantes aumentos salariales, uno en el 2008 y otro en este año”, y le dijo que por esa razón Santa Fe está en déficit, aunque lo consideró “manejable”. Para darle más potencia a su pedido, volvió a remarcar que las cuentas se equilibrarían “cuando la Nación pague las deudas que anteriormente mencionaba”. Otro de los pedidos de Binner fue que la provincia tenga acceso a los créditos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Una parte de la expeditiva charla, que abarcó apenas media hora, fue dedicada a la situación del sector agropecuario, marco en el cual Binner expuso la importancia que tiene para la economía de su provincia, en especial la agroindustria. “En Santa Fe, un 45 por ciento de la metalmecánica está vinculada al agro”, le dijo.

Binner detalló luego que si bien del “tema campo” hablaron “en general”, hubo cuestiones específicas sobre “la industria metalmecánica, la lechería, la carne y el agro, que son puntos importantes a tener en cuenta, porque son factores de crecimiento económico y social en la Argentina”. El gobernador calificó la reunión con la Presidenta como “muy positiva y cordial”, los mismos calificativos que usó el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, quien participó del encuentro junto al ministro del Interior, Florencio Randazzo.

“Fue una excelente charla, con un diálogo con mucho criterio, donde la mandataria escuchó el reclamo del gobernador. Este tipo de aportes y propuestas de un diálogo responsable, frontal, que permita un horizonte de previsibilidad a las políticas de la Nación y las provincias, es lo que buscaba la Presidenta”, evaluó el jefe de Gabinete.