EL PAíS › EL DICTADOR DESPIDIó CON UN AVISO FúNEBRE A UN DIPLOMáTICO VINCULADO CON LA LOGIA P-2
Aunque sus abogados y peritos argentinos sostienen que es inimputable, el represor figura en un aviso en el que recuerda a su amigo Federico Barttfeld, un ex embajador que murió el martes.
Imputable para la Justicia italiana, insano para la argentina, Emilio Eduardo Massera está aún en condiciones de reconocer a sus viejos amigos. El dictador, responsable de miles de crímenes como jefe de la Armada durante la dictadura, despidió desde un aviso fúnebre al diplomático Federico Barttfeld, ex miembro de la organización fascista Propaganda Dos (P-Due), igual que José López Rega, Carlos Suárez Mason y que el propio Massera. El ex embajador en Yugoslavia cuando se produjo la venta ilegal de armas a Croacia murió el martes a los 77 años.
Barttfeld fue despedido desde La Nación por Massera, su esposa Delia Vieyra, sus hijos Eduardo y Emilio, sus nueras Luz Méndez Ezcurra y María Blusson y sus nietos. También dejaron constancia de sus relaciones los ex cancilleres Adalberto Rodríguez Giavarini, el ex jefe de la SIDE Juan Bautista Yofre y los menemistas Carlos Corach y Germán Kammerath. El misionero Ramón Puerta aclaró que despedía a “un gran y buen amigo”. Además de ex funcionarios menemistas y del jefe de Gobierno porteño Mauricio Macri, el canciller Jorge Taiana también le dijo adiós. Y el Ministerio de Relaciones Exteriores destacó que fue “un digno representante del servicio exterior de la Nación”.
El historiador Emilio Corbière definió a la P-Due como un caso de “utilización de la cobertura masónica como parte de la provocación política” y apuntó que Barttfeld tenía el carnet 1755. La P-Due construyó una paradoja: operar desde la masonería cuando esa organización había sido perseguida por el fascismo. En 1976 la propia masonería italiana denunció la infiltración de Licio Gelli, jefe de la P-Due, y sus conexiones con el submundo de las finanzas y las tramas negras del terrorismo neofascistas y expulsó a sus miembros. El fotógrafo Víctor Basterra, durante su cautiverio en la ESMA, fue obligado a falsificar un pasaporte argentino para Gelli, antiguo simpatizante de Benito Mu-ssolini y amigo de Massera.
Barttfeld ingresó en el servicio exterior en 1955, según viejos diplomáticos como premio por su actuación en la Revolución Libertadora. Ascendió a embajador en 1974. En marzo de 1976 era embajador en Alemania. Fue encargado de negocios en Grecia e Italia y embajador en Venezuela, Nigeria, Yugoslavia y, en su último destino, entre 1997 y 2001, en China. Fue durante su misión en Yugoslavia, entre 1989 y 1994, cuando ingresaron con destino a Croacia 6500 toneladas de armamento procedente de Fabricaciones Militares. Retornó al Palacio San Martín durante la gestión de Carlos Ruckauf y continuó durante los primeros meses de la presidencia de Néstor Kirchner. Fue removido por el canciller Rafael Bielsa en mayo de 2004, luego de que Página/12 revelara que el cónsul argentino en Nueva York, Juan Carlos Vignaud, manejaba una empresa de plomería y reparaciones hogareñas utilizando recursos del Estado y recordara el pasado del ex P–Due como ejemplo de la pesada herencia recibida.
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