Mié 05.08.2009

EL PAíS  › ENTREVISTA CON BALDOMERO ALVAREZ, MINISTRO DE DESARROLLO BONAERENSE

“Quiero inclusión social y juvenil”

El nuevo ministro de Daniel Scioli dice que asumió para “bancar la política que está haciendo el Gobierno”. Asegura que los intendentes no traicionaron en las elecciones y que quieren internas abiertas.

› Por Alejandra Dandan

A Baldomero Alvarez de Olivera le molesta cuando le dicen “barón del conurbano”. Intendente de Avellaneda durante cuatro períodos, peronista en todas las épocas, desde los ’90 hasta el kirchnerismo, Cacho Alvarez acaba de asumir como ministro de Desarrollo Social bonaerense, adonde Daniel Scioli lo llevó para aceitar la relación con los intendentes. En diálogo con Página/12 habla de los caciques peronistas, la relación con Néstor Kirchner, las políticas de minoridad, el clientelismo y la relación con los movimientos sociales: “No vengo acá para hacer cosas injustas, no vengo a perseguir a nadie, no soy antinada”.

–Cuando le ofrecieron el cargo, ¿qué le dijo Scioli?

–Primero lo hablamos con Alberto Pérez, Alberto Balestrini y Eduardo Camaño. Me preguntaron si estaba dispuesto a colaborar y la verdad es que yo les planteé que lo hacía en la medida en que efectivamente trabajemos por un proyecto y bancando la política que está haciendo el Gobierno. Después hablé con Scioli. El me propuso formalmente y le dije que sí. Me parecía una buena oportunidad para aplicar lo que hacía en Avellaneda.

–¿Qué es lo que no quería?

–Lo que quiero es inclusión social y juvenil, bancar un proyecto en serio y no para ser mercadería.

–¿Lo nombraron en representación de los intendentes del conurbano?

–No fue acordado con los intendentes, ni mucho menos, pero sí, yo llevo casi 20 años de relación con casi el 90 por ciento de los intendentes. Hablamos día por medio con los de la primera, el interior o la tercera y había un consenso de la mayoría que quería que algún intendente estuviera participando en un ministerio.

–¿Hubo traición de los intendentes en las elecciones?

–No creo que haya habido traición. Todos trabajamos para ganar. Imagínese que en un municipio en el que votan 300 mil personas pensar que alguien pueda inducir a miles de personas a votar de una manera u otra es medio complicado. Digo, no es un pueblito de cinco mil habitantes, pero quizá lo que sí pasó es que lo que siempre alcanzó en esta oportunidad no alcanzó. Kirchner vino a Avellaneda seis veces en un mes y medio. Scioli vino también seis o siete veces. Vino la Presidenta. A nosotros nos fue recontra bien, todos hicieron un gran esfuerzo, pero no creo que un solo intendente haya ido p’atrás.

–Scioli dice que usted es un hombre respetado por los intendentes. ¿Cómo es la relación de los intendentes con el gobernador?

–Con Scioli y Kirchner es excelente. Anoche (por el lunes) tuvimos una reunión en San Fernando con intendentes de la primera sección. Cada ministro expuso los temas y después hablamos un rato de política, de la reforma política. Queremos internas abiertas y simultáneas: que el que participe de la interna sea el único que esté en condiciones después de ser candidato.

–¿Lo dice por Solá?

–Es que el tema fracasó una vez porque algunas personas evitaban participar en las internas y así iban a las elecciones con una ventaja. Y así no hay internas en un partido y, si lo que queremos es trasparencia y fortalecer los partidos, hay que hacerlo. Después, todos nos cuestionan a los peronistas: si no hay elecciones se arma un quilombo bárbaro.

–¿Fue a ver a Kirchner a Olivos antes de asumir para asegurarse de que la Nación envíe fondos?

–A Kirchner lo vi muchas veces. Pero antes de asumir fui a presentarme con Alicia Kirchner. Me interioricé de los planes que tenía Nación con provincia, y la ministra me dio una planilla con todo lo que Desarrollo Social pone en la provincia. Me dio una alegría, porque me dijo que si somos capaces de ubicar a 100 mil personas que necesitan una pensión por invalidez o madres de siete hijos, no hay límites. Todo lo que el ministerio tiene estará a disposición.

–No hace mucho, en una reunión usted defendió la idea de no bajar la edad de inimputabilidad. Un funcionario que lo escuchó creyó que en esa defensa se jugaba parte de su historia.

–Todo el mundo sabe, yo vengo de una familia humilde. Por suerte, la humildad implicó que mi familia pudiera mantenerme, nunca tuve que estar en la calle, ni robar. Pero sí creo que nuestra tarea es velar para que a los chicos les vaya bien. Lo que no puede pasar es lo que pasa hoy, que cuando uno ve a un chico en la calle, en lugar de preocuparse por el chico se preocupe por uno. Es como que nos cuidamos de los chicos.

–¿La inclusión juvenil será un eje de su política social?

–La inclusión juvenil es un programa de responsabilidad social compartida con empresas. Hace cinco años lo venimos probando en Avellaneda; al principio era difícil pero ahora los chicos estudian, aprenden plástica, música y hasta tienen una radio en Villa Tranquila, Maciel, Villa Luján y Corina. Hay treinta en la universidad. Es un programa probado, funciona y las empresas grandes pagan una beca para que los chicos puedan ir; el municipio paga los profesionales.

–¿Qué va a pasar con los programas que venía desarrollando el ministerio?

–Vamos a seguir con la política de tarjetas alimentarias, hoy son 580 mil beneficiarios. Va a seguir el Plan Más vida y el Plan vida, la relación con las ONG y la Iglesia. Vamos a profundizar las cosas que sentimos que se hicieron bien. Y se va garantizar el ingreso universal para combatir la pobreza.

–Daniel Arroyo sufrió un incendio en el ministerio a días de asumir. Hubo un reclamo de los movimientos sociales. ¿Es un fantasma?

–Hablé con todos los movimientos, tengo excelente relación con el Movimiento Evita. No vengo acá para hacer cosas injustas, no vengo a perseguir a nadie, al contrario. No soy antinada.

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