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Néstor Kirchner rompió el silencio que se había impuesto en las últimas tres semanas con un acto ante intendentes del sur del conurbano y una inesperada conferencia de prensa. Tanto en el discurso como en la rueda de prensa, Kirchner dedicó mucho tiempo a dar su visión sobre la pobreza en la Argentina. Su respuesta coincidió con el mensaje del papa Benedicto XVI instando a los argentinos a hacer “un esfuerzo solidario” para reducir “el escándalo” de la pobreza y la desigualdad (ver página 5). “No vamos a pactar con la pobreza, la vamos a derrotar. No-sotros hemos luchado contra la pobreza desde 2003, y tengo autoridad moral para decirlo. Coincido con el Papa. La pobreza es un escándalo, como dijo el Santo Padre. Tenemos que trabajar juntos para terminar con algo que hiere a muchos argentinos”, exhortó Kirchner. El diputado electo también confirmó que el Gobierno pondrá en marcha un plan de creación de empleo que pretende ser masivo. La iniciativa será presentada en una semana por la Presidenta y la ministra Alicia Kirchner.

–¿Qué iniciativas concretas piensa realizar el Gobierno para luchar contra la pobreza? –le preguntó Página/12 al ex presidente.

–La semana que viene se lanzaría un plan muy importante que comenzará a avanzar en la creación de empleo –respondió–. Se realizará a través de cooperativas y con inversión pública. La iniciativa generará decenas de miles de empleos.

Según pudo saber este diario, el plan en cuestión está siendo analizado desde hace semanas en la cartera de Desarrollo Social. Su puesta en marcha sería una primera respuesta al debate abierto por la universalización de los planes sociales o a la extensión del salario familiar a desocupados y trabajadores en negro. Que Kirchner haya adelantado las novedades en materia social es un gesto representativo de los análisis que circulan puertas adentro del oficialismo. El anuncio implica un reconocimiento de que la crisis hizo retroceder el nivel de vida de los sectores más empobrecidos.

Aparte de anunciar el plan de creación de empleo, Kirchner se extendió largamente sobre la situación social en la Argentina. Y no eludió la discusión. La polémica se había instalado en los días previos por declaraciones del titular de Pastoral Social, el obispo Jorge Casaretto, quien había cuantificado la pobreza en un 40 por ciento de la población cuando los números oficiales hablan de 15 por ciento. “La pobreza no la vamos a discutir. Le tendemos la mano a monseñor Casaretto. La pobreza la tenemos que derrotar entre todos los argentinos”, dijo Kirchner. Entonces se escuchó el primer aplauso del acto. “Tenemos una gran responsabilidad. Este no es momento de discutir porcentajes”, insistió luego.

Al referirse a la pobreza, Kirchner no se olvidó de uno de los tópicos clásicos en su discurso: habló de dos modelos económicos, uno inclusivo y otro excluyente. “No quiero ver conspiraciones donde a lo mejor no las hay. Pero nuestra Presidenta lucha y sufre en el dolor de la pobreza. Los argentinos saben quiénes hablan de la pobreza y siempre la generaron. La máquina de generar pobreza es la concentración económica”, puntualizó. Kirchner aprovechó la comparación entre modelos para ratificar que el Gobierno no implementará una política de ajuste. “No vamos a hacer el ajuste para que las cuentas cierren. La Presidenta está trabajando para activar la demanda y el consumo. Acá no queremos que los trabajadores tengan salarios de hambre. Y tampoco se llamó a las provincias para decirles que hay que firmar un pacto fiscal, para hacer un ajuste”, remarcó.

Tanto en la charla ante intendentes y diputados nacionales (estuvieron los miembros del bloque del FPV de origen bonaerense, convocados por Carlos Kunkel), Kirchner ratificó los principales lineamientos de la política económica. Cuando lo consultaron por las retenciones, las defendió como “una decisión justa” aunque dijo que su continuidad o no en los niveles actuales es potestad del Ejecutivo. “Las retenciones fueron una decisión justa, fundamentalmente las de la soja. Aunque ése es un tema del Gobierno”, contestó. A modo de balance de las últimas decisiones en materia económica y social, Kirchner elogió al funcionamiento del Consejo del Salario Mínimo que fijó el haber básico en 1500 pesos. También pidió “racionalidad” y “seriedad” con vistas a la negociación que se dará en el marco del Consejo Económico y Social

Aunque no nombró la palabra “corporaciones”, Kirchner advirtió que en la democracia no sólo intervienen los partidos políticos. “Existen ciertos intereses importantes que no quieren que el país funcione precisamente a partir de la defensa de sus intereses”, advirtió. “Una cosa es corregir errores y otra cosa es cederle cosas al poder para que unos pocos se queden con lo que debería ser de todos”, agregó. En el balance del debe y el haber, el santacruceño no negó que se haya cometido alguna injusticia en la suba de tarifas de gas. “Quedará sin efecto toda tarifa elevada que haya tocado a algún hogar humilde”, prometió. También deslizó su primer reconocimiento público sobre un eventual retroceso de la situación económica. “Crecer al primero por ciento se sintió en sectores de la clase media y media baja, afectó el poder adquisitivo”, admitió Kirchner a modo de evaluación de daños.