La candidatura presidencial de Elisa Carrió volvió a caer varios puntos ayer, cuando el titular de la bancada radical en el Senado, Ernesto Sanz, dijo que no cree que “nadie hoy en el radicalismo esté pensando en otra cosa que no sea llevarlo a Julio Cobos como candidato a presidente y trabajando para eso”. No es una opinión más. Sanz es uno de los referentes más importantes de la UCR, a punto tal que se dio el lujo de rechazar ser el sucesor del presidente del partido, Gerardo Morales, cuando su nombre cuenta con la aprobación de todas las líneas internas. Su posicionamiento público a favor de la candidatura presidencial de Cobos reveló una vez más cuán lejos está la posibilidad de que el radicalismo termine apoyando a la líder de la Coalición Cívica en vez de al vicepresidente como candidato del Acuerdo Cívico y Social.

“Estamos de acuerdo, dispuestos y trabajando para que Julio Cobos y toda su gente vuelva al radicalismo y a la vez él encabece la Presidencia de la Nación para el 2011”, aseguró Sanz en una entrevista a un medio mendocino. Si bien el jefe de la bancada radical pertenece al grupo de dirigentes que mantienen una buena relación con Carrió, se diferenció ayer del titular del partido, que a la hora de hablar de las presidenciales la pone en pie de igualdad con Cobos y con el gobernador de Santa Fe, Hermes Binner.

Por eso, Sanz reconoció que existen “opiniones divergentes” dentro del partido, pero remarcó que “lo que hay que ver es hacia dónde va la mayoría” de sus integrantes. Ahora Cobos sumó el respaldo público de Sanz, que casualmente rechazó la presidencia del partido, un lugar codiciado por cualquier radical pero que en su caso particular podría traerle conflictos si desea acceder a la gobernación de Mendoza.

En ese contexto, el jefe de la bancada radical aseveró que tiene “otras obligaciones” y que le “interesa representar a Mendoza como senador y trabajar en el bloque de senadores”. Descartado su nombre, el vicepresidente propone a Raúl Baglini, pero el ex diputado es rechazado por buena parte del radicalismo, que quiere en la conducción a un hombre “de la resistencia”.