EL PAíS › CÓMO ES EL PLAN TRIENAL DEL FINO PALACIOS QUE MAURICIO MACRI SIGUE SOSTENIENDO CON EL NUEVO TITULAR
El 42 por ciento de los autos a comprar serán “no identificables”, un porcentaje llamativamente superior al de otras policías. Contrariando la legislación nacional, los retirados que ingresen tendrán doble salario.
› Por Gustavo Veiga
El Plan Trienal de la Policía Metropolitana para el período 2009/2011 incluye en este año la compra de un porcentaje muy alto de vehículos no identificables. Si se toman en cuenta que se van a adquirir cincuenta patrulleros y otros 36 automóviles sin identificación, se completará una flota donde el 42 por ciento de las unidades será imposible de detectar. Según dos fuentes consultadas por Página/12 en la Policía Federal y en la Bonaerense, ese número está muy por encima de registros semejantes en esas fuerzas. “El 15 o 17 por ciento de nuestro parque automotor, que tiene unos 10 mil coches en total, no son identificables”, aseguran en el Ministerio de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires. Un comisario de la Federal que pidió reserva de su nombre, consideró que “son muchos” los vehículos de esas características cuya incorporación anunció el gobierno porteño, y que están incluidos en su nuevo equipamiento. El Plan lo ideó el renunciante Jorge “Fino” Palacios con la venia del Ministerio de Justicia y Seguridad de la ciudad. Su herencia, simbolizada en los autos sin insignias, tiene un pasado y un presente que no requieren explicar su significado.
La edición del Plan Trienal, publicada en papel ilustración y distribuida en la Legislatura porteña entre algunos diputados, describe la puesta en ejecución y desarrollo de la Policía Metropolitana que por ahora conduce el comisario mayor retirado Osvaldo Horacio Chamorro, el sucesor de Palacios. Los cinco aspectos que despliega son Operaciones, Personal, Instrucción Policial, Legales y Reglamentarios, y Logística. En el último ítem se menciona que está prevista “una importante inversión en equipamiento, armamento, uniformes y móviles durante el año 2009 que proseguirá en 2010 y 2011, para acompañar el incremento programado de la planta de personal...”
En uno de los apartados de Logística, el rubro equipamiento, están especificadas qué adquisiciones se harán durante 2009: 900 uniformes, 900 chalecos antibalas, 1200 pistolas automáticas 9 milímetros, 50 patrulleros (móviles identificables), totalmente equipados con GPS y sensores inteligentes, 36 vehículos no identificables, 50 motos identificables, 10 Hyundai para brigadas de respuestas rápidas, 5 carros de asalto, un hidrante, un ómnibus de transporte de personal (40 personas), mas municiones y equipos de comunicaciones.
De esta lista se desprende con nitidez la escasa diferencia que existe –un 58 por ciento contra un 42– entre la cantidad de automóviles identificables (patrulleros) y los que saldrán a recorrer Buenos Aires sin marca, como los viejos Falcon verdes de Coordinación Federal (ver aparte).
“En la bonaerense hay 1500 o 1700 móviles sin identificación, son el 15 o 17 por ciento de todo el parque automotor y están destinados a Investigaciones y Narcotráfico”, completó la fuente del Ministerio que conduce Carlos Stornelli. La coincidencia con la Federal es que al gobierno porteño se le fue la mano con la cantidad. “Debe rondar el 20 por ciento”, aportó el comisario la cifra de autos no identificables en su propia fuerza, que tiene unos 40 mil hombres. De esta nómina salió el 90 por ciento de los efectivos que se pasaron a la Policía Metropolitana, entre 600 y 700 que abandonaron el uniforme azul.
La logística contempla además del armamento, comunicaciones y transporte, la finalización de las obras en los predios y edificios donde funcionará la Policía votada por la Legislatura porteña el 28 de octubre de 2008. Este año se puso en marcha el Centro de Incorporaciones y Evaluación del Personal en Emilio Mitre 981, dentro del Parque Chacabuco; el Instituto Superior de Seguridad Pública, con aulas para 540 cadetes en las instalaciones del club Social Español, sucedáneo del Deportivo Español que quebró en mayo de 1999; y la Jefatura de Policía y sus superintendencias en avenida Patricios 1142. Faltan asignarles sedes a la Guardia de Infantería y al Cuerpo de Policía de Tránsito y que se construyan las primeras cuatro comisarías comunales en lugares a determinar, hechos que se concretarían en 2010.
La obra pública destinada al uso de la Policía Metropolitana también conlleva el levantamiento de quince edificios integrales, un centro de alojamiento de menores en situación de riesgo y otro para la contención de adicciones en hospitales de la ciudad. En los dos últimos casos, la oposición cuestiona que no pueden quedar bajo el control del comisario Chamorro.
Lo que ya tiene a su disposición la ciudad es un centro de detención de contraventores que funciona en una dependencia del club Atlanta, dentro del estadio. A sus celdas ya fueron a parar condenados por levantar juego clandestino y barrabravas que cometieron actos violentos en el fútbol, como ocurrió con el líder de la Doce, Mauro Martín, quien estuvo alojado allí. La custodia de esos detenidos se le asignó al Servicio Penitenciario Federal, pero cuando empiece a funcionar la Policía de Mauricio Macri se descuenta que será reemplazado. En el acondicionamiento de esas instalaciones deportivas su gobierno había invertido 40 mil pesos.
El Plan Trienal señala en el apartado de Personal que, desde los primeros días de noviembre, caminarán las calles porteñas unos 850 efectivos con experiencia. A ellos se agregarán 180 empleados sin estado policial para tareas administrativas, todos en 2009. El año que viene serán 1500 los uniformados con trayectoria provenientes de otras fuerzas y 540 los cadetes de la primera promoción que egresará en diciembre de 2010 y que iniciará su año de instrucción el próximo 1 de octubre. El personal civil ascenderá para entonces a 380 según las estimaciones del Ministerio de Justicia y Seguridad. En 2011, la Metropolitana tiene previsto finalizar el trienio con 2500 policías (500 serán de la primera promoción), otros 540 cadetes y 600 sin estado policial.
Todos pertenecerán a una Policía porteña donde los formados en las academias de la ciudad serán sólo el 25 por ciento del cuerpo. El resto provendrán de la Federal, otras policías del interior y hasta efectivos de las fuerzas armadas que podrían integrar el cuerpo de elite de la Metropolitana, tentados todos por los sueldos más altos que paga el Gobierno de la ciudad. En la base de la pirámide salarial, un miembro de la nueva Policía percibirá 3500 pesos mensuales, mientras que en la Federal cobra 2100 pesos.
Pero es en los haberes más altos, entre la oficialidad, donde la diferencia salarial se estira. En 2001, el decreto 1123 estableció que ningún funcionario con rango de director general o superior podía percibir en simultáneo con su sueldo un haber previsional (jubilación o pensión). Ocho años después, este doble ingreso resulta posible. Quienes se sumen a la Policía Metropolitana en calidad de retirados de otras fuerzas deben agradecerles a las disposiciones complementarias del decreto 210/09 que reglamenta la ley 2894.
Asimismo, gracias al decreto 380/09, se establece la posibilidad de enganche con los sueldos del Poder Judicial de la ciudad. Un juez de Cámara, por ejemplo, percibe 13.273 pesos, el equivalente a lo que hubiera cobrado Palacios como ingreso básico si continuaba al frente de la Policía. Con una puntualización insoslayable. Si aquella suma recibe el suplemento de la función jerárquica, asciende en 6636 pesos más. A lo que debería agregarse la jubilación de la Federal, posiblemente unos 8000 pesos. La cifra trepa así a casi 28 mil. Dos veces más de lo que cobra un comisario general de la Policía Federal que con muchos años de servicio llega a 10 mil pesos.
En el presupuesto porteño de 2009 había destinados 205 millones de pesos a la Policía porteña, el ministro que la tiene a su cargo, Guillermo Montenegro, divulgó el jueves por la noche en un programa de América TV que son 650 millones y están circulando cifras aún más altas. Estos números divulgados al voleo puede que digan mucho o no digan nada. Pero si se los compara con el presupuesto que tiene la ciudad para 2010 en obra pública (unos 247 millones), expresan una forma de hacer política que toma como meridiano la seguridad con parámetros de un Estado encauzado hacia la represión institucional.
Están ahí para certificarlo los autos no identificables, los carros de asalto, los grandes desembolsos de dinero, la superposición de áreas como la que provocará la creación de la División Cuerpo Policía de Tránsito Urbano cuando ya existe el Cuerpo de Agentes de Control de Tránsito, la Policía Metropolitana como auxiliar de la Justicia porteña que, con su cuerpo de fiscales, interviene con apuro ante cualquier protesta callejera o desalojo y la designación malograda de Palacios. En definitiva, el monopolio de la fuerza que está preocupado por ejercer el gobierno PRO durante su mandato, tendrá 51 dependencias en la estructura orgánica de su flamante fuerza y sumará a fines de 2012, 15 comisarías propias a las 53 que ya tiene la Federal en la ciudad.
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