Mar 01.09.2009

EL PAíS  › LA DIVISIóN DEL FRENTE PARA LA VICTORIA EN LA LEGISLATURA PORTEñA

Un librito para cada peronista

Juan Manuel Olmos, nuevo titular del PJ porteño y del bloque peronista, promueve el fortalecimiento del partido. Diego Kravetz, del bloque Identidad Porteña, se inclina por traspasar los límites del PJ. Juan Cabandié, del bloque Encuentro Popular para la Victoria, reivindica al kirchnerismo.

› Por Santiago Rodríguez

Diego Kravetz, presidente del bloque Identidad Porteña

“Buscaron cerrar un espacio plural”

–El martes, cuando se disolvió el bloque del Frente para la Victoria, usted dijo que era un día triste, ¿por qué? En su caso significó también el comienzo de una nueva etapa y eso siempre genera expectativas.

–Es que el campo popular siempre tiene esta cosa de que le cuesta mucho mantenerse y siempre vuelve a empezar, a diferencia de la derecha, que se abroquela rápido y se mantiene todo el tiempo que puede. Nosotros habíamos logrado armar un bloque con 17 diputados, el equivalente a sacar más del cuarenta por ciento de los votos, que contenía desde un trotskista hasta un peronista de derecha. Eso quiere decir que dirimíamos dentro del bloque todas las discusiones y la ruptura significa que eso ya no fue posible.

–¿Por qué se tornó imposible dirimir las discusiones dentro del bloque?

–Porque se hizo todo lo posible para cerrar un espacio que era plural; se lo cerró en función de los amigos de Filmus. Por ejemplo, tiene más porcentual en la alianza electoral para los fondos el Partido Humanista que el Justicialista.

–¿Usted dice que la responsabilidad es de Filmus?

–Claramente.

–Sin embargo, la estrategia electoral del kirchnerismo porteño se definió en Olivos entre Néstor Kirchner y Filmus.

–A mí me la transmitió Filmus y la discusión es local.

–Usted también señaló en estos días que el kirchnerismo ya no es lo mismo que en 2003.

–Y no, es evidente; estas cosas no pasaban porque teníamos mejores jefes.

–¿Se refiere a Alberto Fernández?

–Sí, y destaco su capacidad de armado. Por ejemplo, en el 2007 no tenía candidato y con su armado logró que una persona que tenía un desconocimiento del 80 por ciento y una intención de voto del 3 por ciento, como Filmus, entrara en la segunda vuelta. Hay diferencia entre aquello y el armado en torno de Carlos Heller, que terminó sacando el 11 por ciento.

–¿Cuánto de la decisión del grupo que usted encabeza de abandonar el bloque del Frente para la Victoria tiene que ver con el distanciamiento de Fernández del matrimonio Kirchner?

–Tiene que ver, pero no es lo prioritario porque Alberto se ubica dentro del kirchnerismo crítico y, por ende, puede convivir dentro de la amplia gama de dirigentes y partidos que estaban dentro del kirchnerismo.

–¿No le parece que a esta altura ya está más cerca de la oposición?

–Creo que todavía es un kirchnerista crítico.

–¿Usted y su bloque qué son?

–Seguimos apoyando al gobierno nacional, pero no tenemos ninguna relación con quienes conducen el kirchnerismo en el distrito.

–¿Dónde se imagina que estará una vez que se produzca el realineamiento político en función de las presidenciales de 2011?

–Hay que esperar, no me animo a hacer ese pronóstico.

–Hay un sector del peronismo que también dejó el bloque con argumentos similares a los de ustedes, pero no coincidieron en una misma bancada sino que armaron otra aparte.

–Un sector del peronismo se quedó con nosotros y otro, vinculado a Víctor Santa María, armó su propio bloque; ellos están rearmándose desde el partido y nosotros queremos hacer un armado más amplio.

–Hay quienes dicen que ustedes están buscando un nuevo destino para el 2011.

–No me interesa responderles. Lo que puedo decirles es que a los proyectos hay que cuidarlos todos los días, como si fuesen una plantita; ponerles todas las cosas que les hacen falta para que se mantengan y crezcan. Cuando uno no hace nada, la planta termina muriendo. Lo que armaron en Capital es una plantita chiquita que se va a morir pronto porque lo primero que hicieron después de las elecciones es ver si pueden cerrar con Pino Solanas.

–A ustedes les critican también ser mucho más proclives a acompañar las iniciativas del macrismo.

–La misma crítica le hacen a Juan Manuel Olmos o, incluso, a Sebastián Gramajo. Los mismos que hoy critican esto son los que se vieron beneficiados por la mayor cantidad de modificaciones del Estatuto Docente de la historia; hubo muchas más modificaciones a favor de los trabajadores de la educación presentadas por mí y sancionadas por ley, que cuando Filmus era ministro de Educación de la ciudad. Para sacar una ley hace falta consenso y así logré sancionar dos veces la ley de empresas recuperadas con 40 votos, entre ellos los del macrismo, también votamos la ley de Educación Sexual. Yo consensúo leyes porque estoy para legislar. Yo no pienso que me paguen ocho mil pesos simplemente para putear a Mauricio Macri; no soy de los legisladores que vienen, aprietan el botón cuando comienza la sesión, hacen una manifestación, se levantan y se van.


Juan M. Olmos, bloque peronista

“Fortalecer al PJ”

–Ustedes fueron los primeros en abandonar el ya disuelto bloque del Frente para la Victoria. ¿Por qué?

–Porque debíamos reflejar lo que estábamos haciendo en el PJ a nivel distrital, que es recuperarlo; recuperar una identidad peronista y que eso trascienda hacia la opinión pública en el trabajo partidario y también hacia la sociedad en el trabajo legislativo. Queríamos tener en la Legislatura el reflejo de esa decisión de reorganizar el Partido Justicialista.

–¿Si habla de recuperar la identidad peronista, quiere decir entonces que en este tiempo se perdió?

–Hasta ahora hubo una forma de ver el armado electoral que pasaba por esconder al justicialismo o llevarlo detrás de fuerzas progresistas o de candidatos independientes. Esa era tanto la visión que tenía Alberto Fernández, que en las últimas elecciones proponía una alianza detrás de Aníbal Ibarra, o la de Daniel Filmus, que terminó imponiéndose, de llevar de candidato a Carlos Heller. Nosotros sostenemos que en el frente electoral que integre, el justicialismo debe ser protagonista y para eso tiene que encabezar el proceso político y electoral.

–Ustedes cargan las tintas sobre Fernández y Filmus, pero detrás de ellos estuvo Néstor Kirchner.

–Kirchner no se ocupó personalmente, sino que delegó primero en Alberto y después en Filmus; en todo caso, Kirchner se equivocó en la elección de quien debía ser el armador: Filmus tuvo una visión electoral equivocada, porque Heller no pudo contener a la totalidad del electorado que siempre acompañó al Frente para la Victoria y sólo retuvo a la parte no peronista.

–¿No influyó también el cambio de humor político de los porteños?

–No. Todas las encuestas decían que en la ciudad el gobierno nacional tenía un apoyo superior al 20 por ciento, que fue lo que históricamente venía sacando el Frente para la Victoria en el distrito. Hubo un error de estrategia electoral; el peronismo no tuvo representación y el voto peronista terminó yéndose a Pino Solanas o a otras opciones.

–¿Llegó a su fin la experiencia de apertura del peronismo porteño hacia otras fuerzas progresistas?

–La experiencia concertadora está fracasada en todo el país. De hecho, esa experiencia fue tan errada que el mayor opositor con chances de ganarle hoy a un candidato justicialista es el propio vicepresidente de la fórmula de la Concertación. Por querer abarcar más de la base propia se terminó dando lugares de importancia a dirigentes como Cobos.

–Hay quienes sostienen, en cambio, que Kirchner perdió fuerza cuando decidió replegarse en el PJ.

–No fue justamente volver hacia el PJ lo que le hizo a Cobos votar en contra de la 125. Cobos es un oportunista que vio la posibilidad de ubicarse en una posición que reclamaba parte de la sociedad y la oposición; tuvo una actitud de traición y eso es consecuencia del error de haber hecho la concertación.

–¿Tiene la misma impresión que Kravetz en cuanto a que el kirchnerismo no es el mismo del 2003?

–Todo proceso político tiene un desgaste en el ejercicio del poder y más cuando las transformaciones son importantes y se tocan intereses. El problema es que el proyecto político no tenga posibilidad de recambio en 2011; esa es la discusión que tenemos que darnos como peronistas y no cerrarnos únicamente en la opción del kirchnerismo.

–¿Cuál es para usted la opción de recambio para 2011?

–Debe surgir de una interna abierta.

–¿Cómo define en términos políticos al bloque que usted conduce?

–Somos peronistas y como tales tenemos la obligación de acompañar a la Presidenta hasta el 2011, lo cual no quiere decir que no podamos seguir una línea interna que surja de la voluntad de todos los peronistas en una interna.

–¿Hacia dónde piensa conducir el PJ porteño?

–Hacia la recuperación de su identidad y de su piso electoral histórico.

–¿Ya pensó cómo hacerlo?

–Convocando a integrar el partido, con un debate abierto y un espíritu crítico, a todos los dirigentes que tengan representación social, académica, política y sindical. Hay que abrir el partido para que todos expresen cómo debe ser el justicialismo en el siglo XXI.

–¿A quiénes convocará?

–Me gustaría que estuvieran Rafael Bielsa, Jorge Telerman, Ginés González García, Roberto Lavagna y todas las otras figuras que tengan peso.

–¿Habría que buscar entre alguno de esos nombres al próximo candidato del PJ a jefe de Gobierno?

–Eso también habrá que definirlo en una interna, pero creo que cualquiera de ellos pueden tener la posibilidad.

–¿Macri podría ser otra opción?

–No creo. Debería cambiar su visión del Estado, la sociedad y el país y no creo que a esta altura lo haga; la gente de grande no cambia.


Cabandié, de Encuentro Popular

“Un bloque más amplio”

–¿El bloque que usted preside es la única representación kirchnerista que queda en la Legislatura?

–Lo que diría es que yo no creo en el kirchnerismo sin Kirchner; algo así como aquello que planteaba Vandor en tiempo de la proscripción, cuando quería construir el peronismo sin Perón. En el bloque Encuentro Popular para la Victoria vamos a sumar el 10 de diciembre a los nuevos legisladores y entendemos la política desde un lugar de amplitud. Desde los espacios nacionales y populares vamos a conformar un bloque más grande aún con los legisladores que acuerden con las acciones que está llevando a cabo el gobierno nacional. Hay muchos espacios que no están dentro del peronismo que acuerdan con la ley de servicios audiovisuales, con la nacionalización de los fondos jubilatorios y que están muy comprometidos con la política de derechos humanos; con ellos vamos a conformar un bloque que sea de fuerte oposición al macrismo y a construir una alternativa para llegar a la Jefatura de Gobierno en 2011.

–¿Diría que la principal diferencia suya con Juan Manuel Olmos y Diego Kravetz es eso de no concebir el kirchnerismo sin Kirchner?

–En relación con el bloque de Olmos, que está más vinculado con el Suterh, ellos tienen esta posición de construir el peronismo. No comparto esa idea en un ciento por ciento, pero entiendo que por parte del anterior jefe del distrito, que era Alberto Fernández, no ha habido en los últimos años una vocación de generar una dinámica de peronismo cercana a la gente, entendiendo que en el sur de la ciudad radica el mayor caudal de voto del peronismo. Desde la cabeza distrital nunca hubo vocación de trabajar en esa zona. Por el lado de Kravetz, su vínculo con Alberto Fernández ha hecho que hoy no se sienta representado por lo que expresa el kirchnerismo y el proyecto que en este momento lleva a cabo la presidenta Cristina. Eso no implica que nosotros no tengamos una relación normal; éste fue un divorcio sin pelea que se produjo por razones políticas.

–¿Qué análisis hace de lo que pasó en el último año y medio, desde que usted ingresó a la Legislatura, y que los llevó al divorcio?

–No ha habido la suficiente búsqueda de consenso y diálogo en lo que tiene que ver con la tarea legislativa y eso llevó a tener diferencias a la hora de votar algunos temas particulares. Por otro lado, el principal problema fue, como decía, que Alberto Fernández nunca tuvo la vocación de construir un proyecto en la ciudad y siempre pensó en un armado con un candidato prestado; eso dilapidó la vocación de poder del peronismo.

–Lo mismo dice el sector de Olmos...

–Yo creo que el partido tiene que darse una renovación y tener una vocación de poder que permita llevar adelante las ideas para que los sectores más postergados puedan tener un mejor pasar. Esa vocación de poder estuvo limitada por el hecho de mantener el statu quo de algunos actores y nunca se animaron a juntarse para ser una alternativa de gobierno en la ciudad. Hoy hay una doble tarea: dar una batalla ideológica dentro del peronismo y construir un proyecto, marcado por la fuerte oposición a Macri, que apunte al gobierno de la ciudad.

–A partir del desplazamiento de Alberto Fernández de la conducción del PJ porteño, las nuevas autoridades están convocando a una renovación partidaria. ¿Usted estaría dispuesto a sumarse a ese proceso?

–Soy afiliado al peronismo, de hecho soy secretario general de la Juventud Peronista nacional y, por lo tanto, entiendo la política desde el peronismo, pero también entiendo que con el peronismo solo en la ciudad no alcanza y que debemos vincularnos también con los espacios nacionales y populares. Yo no tengo nada que ver con aquel peronismo nostálgico del menemismo y del uno a uno, ni coincido con lo que se llama peronismo porteño; frente a ellos doy una batalla ideológica. No voy a apoyar al peronismo con cualquier candidato ni a cualquier precio con tal de ganar las elecciones.

–¿Quién sería para usted el mejor candidato peronista para las próximas elecciones a jefe de Gobierno porteño?

–Filmus es peronista, pero también entiende la política desde el nacionalismo popular que está por fuera del peronismo.

–¿Por qué cree que desde los bloques que conducen Kravetz y Olmos se cuestiona tanto a Filmus?

–Puede llegar a haber algunas cuestiones personales. No sabría decirlo, son cuestiones que deberían responder en esos bloques.

–Usted aludió a la aparición de diferencias dentro del bloque del Frente para la Victoria a la hora de votar proyectos en la Legislatura. ¿Dónde se hicieron más claras esas diferencias?

–En varios temas. Por ejemplo, en el contrato de higiene urbana o en el tema de las torres de Catalinas.

–¿Le parece que desde el bloque del Frente para la Victoria se tenía una actitud demasiado condescendiente con Macri?

–No sé si condescendiente, preferiría no adjetivar. Lo que digo es que realmente había posturas diferentes.

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