Lincoln es parte de la pampa húmeda bonaerense, corazón del conflicto agropecuario y uno de esos pocos lugares del interior de la provincia donde el kirchnerismo ganó las últimas elecciones. Su intendente, Jorge Abel Fernández, un ex almacenero, empezó a militar en el peronismo de la Renovación entre los que ahora son compañeros políticos del ministro del Interior, Florencio Randazzo. De ese núcleo también salió Ariel Franetovich, su vecino, el ahora ex intendente de Chivilcoy que acaba de asumir como ministro de Asuntos Agrarios de la Provincia. Pese a estar en la pampa sojera, es uno de los intendentes que avalan la aplicación de retenciones: “Yo estoy de acuerdo con las retenciones por una cuestión filosófica. Si yo estoy pidiendo que levantemos las banderas del peronismo, la plata tiene que salir de algún lugar, y aquellos que tienen oportunidad de generar recursos son los que tienen que aportarlos”.

–¿Lo conocía a Emilio Monzó?

–Somos todos de la misma sección electoral, llevamos en la acción pública más de seis años y mantuvimos una relación afectuosa. La decisión me sorprendió, porque pensé que él venía generando una relación sólida entre el Gobierno y las entidades agropecuarias, pero lo que sí me pareció un exabrupto fueron las declaraciones de la Federación Agraria sobre Scioli.

–Franetovich fue uno de los pocos intendentes kirchneristas que ganaron en el interior bonaerense. ¿Se conocían?

–Como con Randazzo somos de la misma generación, nos conocemos hace como quince años y somos de los que ahora tienen 40 o 42 años, y hemos tenido salpicones, algunas diferencias, pero nos reconocemos como parte de una misma generación.

–¿Cuál es su conclusión de este nuevo paro agropecuario?

–El paro en mi distrito fue una medida inocua. Otras veces recibí puteadas o improperios; pero ahora se detuvo un poco la comercialización, pero no hubo movilizaciones, no hubo tampoco piquetes, un día solo se hizo una asamblea de la Federación Agraria en el pueblo.

–¿El agro es la actividad más importante de Lincoln?

–Lincoln tiene la calidez de una ciudad romana, con las casas cuadradas, con gente que ha cuidado la estética durante muchos años. Tiene 3700 kilómetros de caminos cuidados por la comuna y otros 500 kilómetros provinciales. Cuando se fundó, hace 144 años, era un partido más ganadero que agrícola, una comunidad con bastantes ondulaciones en el terreno, pero con el tiempo se convirtió en una planicie. La agricultura le fue ganando a la ganadería: ahora está en un setenta-treinta. Y tiene una cuenca lechera importante.

–¿Qué impacto tiene la producción de soja?

–Históricamente, la actividad más importante derivaba de la vaca. Ahora todo es distinto y tenemos que asociarnos para pensar alternativas, y la Mesa de Enlace tampoco las plantea.

–¿Por qué lo dice?

–Convengamos en que el productor agropecuario tiene un carácter individualista. Hace un año y medio que escucho que la Mesa de Enlace hace tres reclamos, pero no escucho ni una sola idea. Cuando los escucho decir que cada día se cierran tres tambos, digo: “Quizá tengan razón, pero lo que no dicen es la verdad”. Le voy a explicar por qué: se cierran tres tambos porque la gente decide en vez de tener un negocio menos rentable pasar a un negocio que sea mucho más rentable como la soja, que es cuatro veces más rentable que la leche.

–¿Fueron a verlo?

–Cuando la Secretaría de Comercio Exterior otorgaba subsidios por forraje le pedí a una de las entidades, la Federación Agraria de Lincoln, que me pasara la lista de productores con más problemas y todavía la estoy esperando.

–Usted empezó a reunirse con algunos intendentes del PJ de su sección.

–Empezamos a reunirnos después del 28 de junio. Entendemos que desde el interior deberíamos tener más participación, porque hay falta de diálogo entre el Consejo del partido, intendentes y otros actores. Si no nos juntamos nos convertimos en actores individuales, que vamos ventanilla por ventanilla a ver las que están abiertas sin darnos cuenta a lo mejor de que deberíamos juntarnos, armar un punteo y sentarnos con el gobernador, porque las necesidades que tiene el intendente de Carmen de Patagones, de Villegas o de Lincoln son las mismas. Podrán cambiar un poco las viviendas, las cloacas, pero hay temas que nos competen a todos, como el agua, que es serio: porque requiere de una inversión millonaria.

–¿Existe el fantasma de que no llegue la plata de Nación?

–Pareciera que perder las elecciones es como perder la vida y no es así. Yo creo que cuando uno pierde algo, tiene que refundar la vida. Ahora, si todos salimos a hacer cundir el pánico y los intendentes vamos a instalar lo que está instalado en el interior, que es como que ganamos pero no ganamos, en vez de protagonismo entramos en una etapa de ciclotimia. Y en vez de salir a hacer, nos ponemos a esperar qué pasa.

–¿Le pidió a Scioli que apoye la emergencia que eliminaba las retenciones en varios distritos?

–No, porque estoy de acuerdo con las retenciones. Me parece que es una cuestión filosófica desde el punto de vista de la interpretación política: si yo estoy pidiendo que levantemos las banderas del peronismo, que demos energía, que demos luz en verano, que demos gas en el invierno, que demos educación y salud, de algún lugar tiene que salir el recurso. Evidentemente si aquellos que tienen oportunidad de generar recursos no los aportan, ése es el problema histórico de la humanidad.

–¿Su posición tiene consenso entre los intendentes?

–No creo. Si uno se pone a ver caso por caso, nota que a lo mejor los intendentes creen que con eso consiguen terminar con el conflicto entre el agro y el Gobierno. Muchos van a decir que sí porque quieren descomprimir el conflicto, pero yo digo: si las retenciones están desde hace 170 años, alguna razón tuvieron que tener.