EL PAíS › LA ESPERA DE LA COALICIóN POR UNA RADIODIFUSIóN DEMOCRáTICA FRENTE AL CONGRESO
Varios diputados alternaron sus discursos en el recinto y en la plaza en favor del proyecto de Ley de Servicios Audiovisuales.
“Maldición, va a ser un día hermoso”, atronaba, profético, el Indio Solari desde los parlantes de la radio abierta que se instaló ayer a la tarde frente al Congreso, a la espera de la votación en la Cámara baja del proyecto de Ley de Servicios Audiovisuales. En la vereda se mezclaban adolescentes tomando mate, militantes de organizaciones sociales que no dejaban en paz el parche de sus bombos y diversas figuras que se acercaron para apoyar la iniciativa que se trataba enfrente, tras las rejas negras que un grupo de obreros reforzaba, por las dudas.
La radio abierta, organizada por la Coalición por una Radiodifusión Democrática, transmitía el clima optimista que reinaba en el lugar. Ubicado sobre la dársena para colectivos que hay justo enfrente del Parlamento, un centenar de personas escuchaba los testimonios de los periodistas, representantes de las comunidades originarias, políticos y docentes que expusieron sus argumentos a favor de la nueva normativa sobre medios. Entre orador y orador, la cumbia y el rock compartían bloques musicales, con los Redonditos de Ricota, Gilda, Intoxicados y Rodrigo como abanderados.
“Hoy es un día histórico no sólo para este país sino por todo lo que está pasando en América latina, donde los medios masivos fueron el principal sostén del golpe de Estado en Honduras”, advertía Francisco “Tito” Nenna, el legislador porteño electo, que estuvo allí desde temprano con la gente del comedor popular Los Pibes. “Queda claro que quienes voten en contra son no ya mercenarios, sino directamente voceros de los grupos monopólicos”, desafió Nenna, consultado por Página/12.
Mientras bajaba el sol, la gente iba llegando y pronto las columnas de la Federación Juvenil Comunista y el Movimiento Evita bajaron el cordón para ocupar dos carriles de la avenida Entre Ríos. La radio comenzaba a salir en cadena por transmisoras de “todo el país y el continente”, y en un momento, para saciar la curiosidad de los manifestantes sobre lo que sucedía adentro del recinto, reprodujeron en parte el discurso del diputado Claudio Lozano, tomando el audio de la señal de TN. “El que le roba a un ladrón tiene cien años de perdón”, justificaron los locutores en alusión a la repetición del audio.
Otros dirigentes populares, como Luis D’Elía, Emilio Pérsico y Edgardo Depetris, fueron llegando a lo largo de la tarde. También el secretario general de la CTA, Hugo Yasky, que festejaba la noticia de que el bloque socialista apoyaría el proyecto. “Esto abre una perspectiva impensada hace unos meses, de recomposición del campo popular –analizaba el sindicalista–. Hoy se acomoda lo que quedó desacomodado tras el debate por la 125.”
A medida que la sesión se estiraba, algunos diputados dejaban el recinto y cruzaban hasta el escenario para formar parte de la radio abierta, como el socialista K Ariel Basteiro, emocionado porque todo su partido se encolumnó detrás del proyecto, o la kirchnerista Adriana Puiggrós, que calificó a esta ley como “la más importante que haya votado jamás”. Consultada por este diario, explicó que “es porque fue construida por la gente y porque es el primer paso para una transformación profunda del sistema educativo argentino, porque la comunicación es una forma de educación”.
También hubo tiempo para recordar a las víctimas de La Noche de los Lápices, a 33 años de su secuestro, y a Jorge Julio López, de cuya desaparición se cumplirán tres años mañana. Entre las banderas, el toque de color lo daba un grupo bolivariano, que le ponía azul, amarillo y rojo al celeste y blanco imperante. Con la llegada de la noche, las botellas de cerveza reemplazaron a los termos de agua caliente, y comenzaron a circular cajas de cartón con pizzas y empanadas. Ya estaban todos sobre aviso: la sesión no concluiría antes de medianoche y probablemente se estiraría hasta la madrugada. Sin embargo nadie quería abandonar la guardia, mientras las noticias que llegaban desde adentro del recinto eran cada vez mejores.
Finalmente, cerca de las nueve de la noche concluyó la transmisión de la radio y muchos de los que estaban allí desde primera hora de la tarde se desconcentraron de a poco. Otros eligieron quedarse en vigilia, a la espera de la votación. Por los parlantes seguía sonando la música y había quienes incluso se animaban a ensayar unos pases de baile. En las caras de todos era difícil ocultar la alegría. Para ellos fue, al fin y al cabo, un día hermoso.
Informe: Nicolás Lantos.
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