“El gobierno nacional es el más fascista que hubo en años”, dijo Mauricio Macri y la frase le volvió como un boomerang de críticas. “Macri puede ser opositor al actual gobierno nacional, pero no puede cometer la grosería de decir que éste es fascista. Fascista fue la dictadura que desapareció a 30 mil personas”, le respondió el ex jefe de Gobierno Aníbal Ibarra. El jefe del bloque K de Senadores, Miguel Pichetto, consideró que era una afirmación “muy ligera” y el titular del PC, Patricio Echegaray, directamente lo tildó de “caradura”.

En un encuentro con los ex presidentes neoconservadores José María Aznar, Jorge “Tuto” Quiroga, el presidenciable Sebastián Piñera y el hijo del escritor Alvaro Vargas Llosa, Macri les advirtió a los senadores que “todos están mirando” cómo van a votar la Ley de Servicios Audiovisuales y les exigió que no “convaliden al gobierno más fascista que hubo en años”.

“El Gobierno de Macri también tiene componentes fuertemente autoritarios en la toma de decisiones, hasta hace poco tenía un jefe de Policía sometido a una investigación judicial”, recordó Pichetto. “Me parece que es una aseveración muy ligera y esta calificación que hace Macri es injusta”, remarcó. “Antes de hacer afirmaciones como la suya debería mantener la calma y pensar si lo que está diciendo tiene alguna relación con la realidad”, dijo Esteban Bullrich, pero sobre las declaraciones de Pichetto y no de su jefe político.

“Es una verdadera expresión de caradurismo”, resumió Echegaray, quien cuestionó que Macri haya hablado rodeado por “los principales exponentes de la derecha iberoamericana, como el falangista confeso Aznar, el admirador de Pinochet, Piñera”. “Referirse al fascismo es hablar de la Alemania nazi, del Chile de Pinochet, de la España de Franco y de la Argentina de Videla. El jefe de Gobierno no se tiene que olvidar que él designó varios funcionarios que defendieron la dictadura públicamente”, advirtió Ibarra, en referencia al ex funcionario macrista Federico Young, quien compartió más de una conferencia con la activista pro represores Cecilia Pando.