EL PAíS › LA PRESIDENTA SE REUNIó CON JOSEPH STIGLITZ, QUE REITERó SUS CRíTICAS AL FMI
En su gira por EE.UU., Cristina Fernández propone reformar el FMI y el Banco Mundial. Stiglitz, en cambio, promueve armar una entidad financiera nueva para países emergentes. El Premio Nobel elogió la reacción de la economía argentina ante la crisis.
› Por Fernando Cibeira
Desde Nueva York
“Ni le preguntamos a Stiglitz qué pensaba del Fondo, eso ya lo sabemos”, bromeaba un integrante de la comitiva argentina. En su primera actividad en Nueva York, la presidenta Cristina Kirchner recibió al Nobel de Economía Joseph Stiglitz, a quien si algo lo hizo popular fue su despiadado análisis de la tarea que cumplen el FMI y el Banco Mundial. La Presidenta insistirá en su paso por Estados Unidos con la necesidad de reformar estos organismos pero Stiglitz le planteó que con esa gente no había cambio posible: directamente, promueve armar una especie de nuevo Fondo para los países emergentes que enfoque sus políticas en cuestiones como el desarrollo y el empleo. “Hay que prestar atención a la economía real y no tanta al sistema financiero”, le dijo Stiglitz. La Presidenta, obviamente, coincidió. Como regalo de despedida, el Nobel le dejó un pronóstico optimista sobre el futuro de la economía argentina.
La Presidenta llegó al aeropuerto JFK a eso de las 11 y fue derecho a su alojamiento de siempre en Nueva York, el elegante hotel Four Seasons. Esta vez quedó allí sin la compañía habitual: Néstor Kirchner resolvió a último momento no viajar, lo mismo que el infaltable secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini. El canciller Jorge Taiana este año fue al mismo hotel que el resto de la comitiva de gobernadores y legisladores, el Jumeirah Essex, frente al Central Park.
Pese a que el verano neoyorquino se despidió ayer con una jornada a puro sol, Cristina Kirchner no salió de la habitación. Allí mismo recibió a Stiglitz para un encuentro de una hora del que también participaron la esposa del economista y el embajador argentino en Washington, Héctor Timerman. “Hablamos de la crisis global y de cómo algunos de estos cambios pueden afectar a la Argentina”, explicó luego Stiglitz.
El Nobel, en verdad, se dedicó a detallar su punto de vista sobre la crisis mundial cuyo fin, como es sabido, no ve tan cercano como otros colegas suyos. Stiglitz se ubica entre quienes sostienen que se debe seguir adelante con las medidas de estímulo y que los Estados deben endurecer sus políticas de regulación a los grandes bancos. Asegura que las grandes instituciones bancarias siguen funcionando como si por aquí no hubiera pasado nada. Hasta sostiene que en la Argentina, dada la crisis de 2001, los bancos están más controlados que en Estados Unidos.
“Lo primero que dijo fue lo bien que había andado la Argentina durante la crisis”, remarcaban anoche en la comitiva presidencial. Desde hace tiempo Stiglitz mantiene una buena relación con el matrimonio Kirchner y eso pudo corroborarse en su análisis de la realidad nacional para la que sólo tuvo conceptos elogiosos y buenos augurios. Incluso, cuando le preguntaron cómo debía hacer Argentina para volver a los mercados de capitales, contestó que le había venido bien estar afuera de los mercados porque así había sufrido menos la crisis financiera.
Según Stiglitz, ahora se viene una gran oportunidad para los países emergentes como la Argentina de la mano de los precios de las commodities que China e India van a volver a consumir a manos llenas. En cambio, no ve el mismo futuro para Estados Unidos, al que le auguró un crecimiento “neutro”, del 2 o 3 por ciento, para los próximos años, algo que entiende va a generar descontento social. “Los que causaron la crisis no pueden ser los que mejor salgan”, fue su explicación.
El canciller Taiana confirmó que la reforma de los organismos internacionales será el caballito de batalla de la Presidenta en su paso por Estados Unidos, donde cada día tendrá alguna oportunidad para dar a conocer su punto de vista sobre esta cuestión en los encuentros que mantendrá hasta el viernes, cuando se reúna el G-20 en Pittsburgh. Cristina Kirchner y Stiglitz tienen un concepto parecido sobre el organismo. “Los que llevaron al mundo a la crisis son los mismos que quedaron al frente del Fondo. Son fundamentalistas del mercado. Con ellos no se puede hacer nada”, le dijo el Nobel a la Presidenta antes de insistir en armar un organismo paralelo pero que se enfoque a políticas productivas para los países en vías de desarrollo. Los argentinos se quejaron de que el Fondo siguiera imponiendo las mismas condiciones de siempre para dar los créditos y que sólo a países notoriamente aliados de Estados Unidos, como Polonia, México y Colombia, se los exima de ese control. “Es importante que cuando el FMI promueva su dinero no lo haga con las condicionalidades que impuso en Europa del Este y en Latinoamérica, porque fue contraproducente”, sostuvo luego del encuentro el economista, pero lo podría haber dicho la Presidenta.
En la agenda de hoy de Cristina Kirchner está en primer lugar la reunión que mantendrá con el titular del BID, Luis Alberto Moreno. Uno de los puntos en los que vienen machacando los presidentes latinoamericanos es en la necesidad de dotar de fondos al BID de manera que pueda ofrecer créditos productivos, para que el continente le responda a la crisis mundial con obras de infraestructura. Pero Estados Unidos, que en definitiva es el que debe abrir la billetera, se resiste.
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