El gobernador de Corrientes, Arturo Colombi, firmó ayer el decreto convocando al ballottage el 4 de octubre próximo. Sin embargo, desde el PJ salieron a cuestionar la medida por considerar que la Justicia todavía no determinó fehacientemente el resultado de la primera vuelta. Según el escrutinio provisorio, Arturo y su primo Ricardo Colombi deberán competir en segunda vuelta, pero debido a la escasa diferencia entre el gobernador y el tercer candidato –el senador kirchnerista Fabián Ríos– quedaron dudas sobre el resultado de la votación. La fórmula de Ríos obtuvo el 30,79 por ciento de los votos, mientras que Arturo sacó el 31,64. El 0,85 de diferencia representa poco más de 3800 votos. Fuera de discusión está el primer puesto de Ricardo Colombi, con el 36,24 por ciento.

Con el antecedente de la escandalosa campaña electoral que duró hasta el 13 de septiembre, la segunda vuelta no podía ser de otra manera. Ahora la polémica no sólo gira en torno de las acusaciones cruzadas de corrupción, sino también involucra la veracidad de los resultados de los comicios y la fecha de la convocatoria al ballottage. Medios locales aseguran que el Superior Tribunal de Justicia de Corrientes desestimó las cinco demandas del PJ, en las que denunciaban irregularidades en el escrutinio y exigían el recuento voto por voto de las boletas.

El vicegobernador y titular del peronismo, Rubén Pruyas, sostenía ayer que la Justicia aún no había tomado una decisión y argumentaba que la convocatoria del gobernador no era válida, ya que la Asamblea legislativa provincial debía convalidar el proceso electoral de septiembre. Hasta ayer se había especulado con la posibilidad de que Arturo postergue hasta el 11 de octubre la fecha del ballottage con el objetivo de ganar tiempo para revertir su derrota. Pero finalmente firmó ayer el decreto convocando a los comicios para el 4 de octubre.

A ese caótico escenario hay que sumarle las sospechas que deslizan desde el gobierno local y la oposición sobre la independencia del Poder Judicial, supuestamente vinculado con Ricardo Colombi.

Mientras tanto, la pelea entre los primos Arturo y Ricardo Colombi amenaza con subir todavía más el tono de la escandalosa campaña por la gobernación que protagonizaron hasta ahora. “No voy a apañar la corrupción del gobernador, que como responsable de esta gestión forma parte ineludible de esta trama de corrupción”, sentenció Ricardo, candidato del radicalismo orgánico, que conduce Gerardo Morales. Del otro lado, el mandatario provincial, respaldado por el vicepresidente Julio Cobos, dijo que su primo “anda rodeado de testaferros y tenía un jefe de Seguridad que liberaba traficantes”.

Más allá de la discusión sobre quién quedó en tercer lugar, la primera vuelta arrojó un resultado duro para Arturo, sobre todo porque aseguraba que saldría primero y sería reelecto sin necesidad de una segunda vuelta. La detención del secretario privado de Arturo, Diego Mosquera, unas semanas antes de la elección, habría influido en ese resultado. Mosquera está acusado de enriquecimiento ilícito, luego de que se le encontrara en el Banco de Corrientes una cuenta por más de dos millones de pesos y otra a su mujer por 1,4 millón.

En el Comité de Campaña del Frente de Todos, Arturo Colombi les dijo a sus seguidores que en esta campaña se van a encargar de demostrar “quién es realmente el corrupto y quién está rodeado de corruptos”. El mandatario agregó que no van a tolerar más que los señalen a ellos “desviando el centro de atención de los grandes temas de la provincia para hacer foco, por ejemplo, en los gastos de publicidad”. Fue en respuesta a Ricardo Colombi, que había dicho públicamente que su primo pagó 12 millones de pesos en publicidad para que los medios locales lo favorecieran durante la campaña.

Por el momento, el PJ insiste en que existen irregularidades y que deberían recontarse los votos. En ese contexto, ni el vicegobernador, Pruyas, ni el senador Ríos se manifestaron por alguno de los dos candidatos.