La discusión sobre cómo financiar una universalización de los programas de asistencia social –la famosa asignación universal por hijo– viene recorriendo los bloques legislativos desde hace tiempo. La gran pregunta siempre fue cómo solventar la ampliación del universo de menores de 18 años que reciben un aporte mensual del Estado. Según información proporcionada por la propia Presidenta, nunca desmentida por la oposición, en la Argentina hay 2.860.713 menores de 18 años que no reciben ningún tipo de cobertura estatal. Si se quisiera destinar a esa población un subsidio mensual de 135 pesos, el Estado debería desembolsar un mínimo de 6900 millones de pesos al año. ¿Cuáles son las alternativas de financiamiento que circulan entre las bancadas del Congreso, sobre todo de centroizquierda? Las propuestas que despiertan más apoyos se podrían resumir en tres rubros: impuesto a las Ganancias, renta financiera y juego. Estas alternativas vienen siendo fogoneadas por los bloques de Proyecto Sur, SI, Encuentro Popular y Social, Partido Socialista. ¿Será una simple casualidad que el Gobierno esté pensando consensuar una agenda común para explorar coincidencias con el espacio progresista no K?

En la batería de medidas que se barajan figura centralmente modificar el impuesto a las Ganancias –se propone subir el monto de las alícuotas más altas y crear una nueva categoría–; gravar el juego; fijar un tributo del uno por ciento para la compraventa de acciones, bonos y títulos públicos, o establecer un impuesto que permita al Estado obtener mayores recursos de la extracción de petróleo. Cada una de estas propuestas tiene sus ideólogos en el Congreso: algunas iniciativas son postuladas por varios bloques legislativos, otras son impulsadas por algún diputado en particular.

Integrantes de la bancada de Encuentro Popular y Social, las dos diputadas de Libres del Sur, Cecilia Merchán y Victoria Donda, proponen fijar la alícuota más alta de Ganancias en 39 por ciento, en lugar del 35 por ciento actual. Merchán y Donda también proponen cobrar un impuesto del uno por ciento a la venta de acciones, bonos y títulos públicos en el mercado de valores. La idea de modificar Ganancias tiene asimismo el respaldo del diputado Claudio Lozano (Proyecto Sur).

Economista de la CTA, Lozano plantea que se debe terminar con la deducción por hijo del impuesto a las Ganancias. Este beneficio está vigente en la actualidad; permite que los empleados en relación de dependencia que cobran más de 4800 pesos puedan descontar del impuesto el monto equivalente al salario familiar por cada hijo. De todos los espacios de centroizquierda que proponen avanzar hacia la universalización, Proyecto Sur es el que plantea medidas más audaces para financiar el costo fiscal: considera que el Estado debe fijar un tributo mayor para que las petroleras privadas dejen en el fisco una parte de la tasa de ganancia que obtienen en la Argentina. Según Lozano, la renta actual de las petroleras orilla el 700 por ciento. “Es una renta descomunal”, sostiene el principal aliado de Pino Solanas.

El bloque socialista de Diputados, que encabeza Silvia Augsburger, ya tiene su caballito de batalla. Se trata de gravar uno de los rubros de la economía más dinámicos de los últimos tiempos: el juego. El PS también propone que se redireccione una buena parte del presupuesto que está asignado al Ministerio de Desarrollo Social. Salvo las pensiones no contributivas y el Plan Manos a la Obra, el socialismo pretende que todos los demás programas se destinen a la implementación de la asignación universal por hijo.

El cambio más drástico es el que impulsa el partido de Elisa Carrió. El ambicioso Ingreso Ciudadano a la Niñez, creado en su momento por el economista Rubén Lo Vuolo, prevé terminar con el cobro del salario familiar a través del haber mensual. Eso permitiría que todos los trabajadores –registrados, en negro y desocupados– puedan recibir por mes un ingreso mensual de 200 pesos por hijo.