A cinco meses de los asesinatos de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán, piqueteros, vecinos, organizaciones políticas y defensoras de los derechos humanos marcharán este mediodía desde la estación de trenes de Avellaneda hacia Plaza de Mayo. Los piqueteros anticiparon que no aceptarán ser cacheados por la policía en su ingreso a la Capital Federal.
La movilización será el inicio de una jornada de protesta que incluirá además la actuación de bandas que vienen tocando en los piquetes y terminará por la noche con un acampe en el Congreso y otro frente a la Casa Rosada. Las actividades tienen como objetivo central denunciar la represión y fueron coordinadas por más de 30 organizaciones sociales.
El itinerario del día tiene como punto de inicio la concentración, a las once de la mañana, frente a la estación de Avellaneda. Desde allí se marchará al centro; sobre la Avenida 9 de Julio esperarán los grupos llegados desde el oeste y norte del conurbano. La idea es que los manifestantes estén en la Plaza de Mayo cerca de las tres de la tarde, para leer un documento redactado de manera conjunta por los convocantes, abrir un espacio para la actuación de los artistas y dar un respaldo público a las trabajadoras de Brukman, que el domingo tuvieron un intento de desalojo.
La Asociación de Ex Detenidos instalará en el lugar una radio y una mesa donde recibir denuncias sobre las amenazas y secuestros que vienen sufriendo los militantes sociales. Finalizada la concentración, un sector piquetero acampará en la Plaza del Congreso y otro se quedará en la de Mayo.
En la protesta participarán desocupados de la Coordinadora Aníbal Verón, el Bloque Piquetero, Barrios de Pie, el Movimiento Teresa Vive, integrantes de la Correpi, la Asociación de Ex Detenidos-Desaparecidos, la Liga por los Derechos del Hombre, el Ceprodh, junto a familiares de las víctimas del gatillo fácil, asambleas barriales, universitarios y partidos de izquierda.
Los piqueteros anticiparon que no aceptarán ser cacheados por la policía en su ingreso a la Capital Federal, “actitud que pretende poner bajo sospecha a las organizaciones sociales”, señaló en un comunicado de prensa la Coordinadora Aníbal Verón. El mecanismo de cachear a los manifestantes se instaló en los últimos dos meses, en cada marcha de desocupados desde el conurbano a la Ciudad de Buenos Aires.
La represión del 26 de junio en Avellaneda, de la que hoy se cumplen 5 meses, tuvo como saldo dos muertos y centenares de heridos. En la causa judicial hay sólo dos detenidos, el comisario Alfredo Fanchiotti y su chofer, el cabo Alejandro Acosta, acusados por los homicidios de Santillán y Kosteki. La Cámara de Apelaciones tiene para decidir una apelación del comisario. La investigación no ha avanzado sobre las responsabilidades políticas del caso.