Agentes de Interpol apresaron ayer en el puerto de Buenos Aires a un tratante de blancas de nacionalidad uruguaya, con pedido de captura internacional por estar acusado de montar una red dedicada a llevar engañadas a cientos de chicas latinoamericanas a Italia, donde eran obligadas a ejercer la prostitución. Según consta en el expediente, más de 500 mujeres jóvenes fueron víctimas de la organización a lo largo de una década. El detenido, identificado como Adelmar Vásquez, aguarda ahora la resolución de la jueza federal María Servini de Cubría, para ser extraditado a Italia, donde fue juzgado en ausencia y condenado a 16 años de prisión.
Vásquez llegó apurado al puerto momentos antes de que zarpara el buque hacia Montevideo. Sin embargo, nunca partió con él. Cuando presentó sus documentos para comprar los boletos, los agentes de Interpol lo rodearon y se lo llevaron detenido. No opuso resistencia. Sabía que lo seguían y que en algún momento lo iban a atrapar. “Esto de llegar sobre la hora es una práctica común entre aquellos que tiene problemas con la ley. Intentan comprar los pasajes a último momento para no figurar en la lista de pasajeros que chequean nuestros agentes. Pero en este caso no tuvo suerte y lo atrapamos”, dijo a Página/12 el comisario Luis Fuensalida, de Interpol.
El detenido, de 57 años de edad, es miembro de una organización de tratantes de blancas del norte de Italia, que en el continente americano tiene su base de operaciones en Uruguay. Hasta ayer, su función era reclutar jóvenes en América latina y trasladarlas a Italia, bajo la promesa de brindarles un contrato de trabajo en Europa.
Para ello montó, al parecer con la protección de algunos oficiales de la policía uruguaya, diversas fachadas, como agencias de modelos y empresas de búsqueda de trabajo, desde donde ofrecía contratos de trabajo en ciudades italianas. A veces se trataba de un contrato para trabajar como modelos, a veces como empleadas administrativas, a veces como mucamas. Todo variaba según la demanda y el target de las chicas a las que apuntaba.
Según informaron desde Interpol, Vásquez alquilaba habitaciones en hoteles de lujo y realizaba una especie de casting. Las seleccionadas eran tentadas con un contrato en Italia, con pasaje y alojamiento incluido. De esta forma, más de 500 chicas partieron con sus ilusiones a Europa y nunca volvieron. Cuando llegaban allí, “se las amenazaba con armas de fuego y las obligaban a atender clientes que les eran presentados en lugares donde las alojaban y de los cuales no podían salir”, informó una fuente policial.
Vásquez reclutaba sobre todo chicas uruguayas, pero también consta en el expediente que partieron hacia Italia desde comienzos de los noventa, brasileñas, peruanas y colombianas de bella figura. Hasta el momento no figura en la lista ninguna chica argentina pues no se ha denunciado ningún caso. Sin embargo, los investigadores sospechan que su presencia en el país tenga que ver con un intento de extender sus operaciones en la Argentina.
La organización fue descubierta en 1997, cuando oficiales italianos detuvieron a Alberto Martínez Coppola, capo de la red en Italia, quien actualmente está preso. En esa ocasión Vásquez, quien se encontraba prófugo, fue condenado en ausencia a 16 años de prisión. Ahora, la jueza Servini de Cubría debe decidir si concede la extradición que pedirá la Justicia italiana, para que cumpla su condena.