EL PAíS
› LULA LLEGA ESTA NOCHE, EN SU PRIMER VIAJE AL EXTERIOR
Desembarco en la Argentina
Con un equipo de fuerte componente partidario, el presidente electo de Brasil buscará dejar claro ante Duhalde y los dirigentes políticos que su estrategia es una fuerte sociedad con la Argentina para fortalecer la capacidad negociadora externa. Uno por uno, el perfil de la delegación.
› Por Martín Granovsky
Esta noche Luiz Inácio Lula da Silva, 57, sobreviviente del hambre en el nordeste brasileño, dirigente metalúrgico y líder del partido de izquierda más grande del mundo occidental, empezará a cumplir una promesa: el primer país que visita como presidente electo es la Argentina.
Lula hará casi de presidente. Mañana se verá con Eduardo Duhalde, tendrá una entrevista con Aníbal Ibarra, irá al Congreso y recibirá a políticos, intelectuales y empresarios en la embajada de Brasil, donde dormirá esta noche y la noche del lunes, antes de seguir el martes a Chile.
Empezar por la Argentina es más que una apuesta personal. Desde hace muchos años la estrategia internacional del Partido de los Trabajadores de Lula pasa por fortalecer primero la relación con la Argentina como base para consolidar luego el Mercosur y politizarlo como fuerza de negociación internacional.
“Los norteamericanos siempre jugaron duro, y ahora vamos a tener un gobierno que jugará duro como ellos”, es una de las frases preferidas del secretario de relaciones internacionales del PT, el senador electo por San Pablo Aloizio Mercadante. Economista e hijo de un general, Mercadante sacó más de diez millones de votos y suele utilizar su legitimidad popular bien fresca para plantear, por ejemplo, que si Washington quiere de verdad la integración americana debería pensar, al estilo europeo, en compensaciones para los países más pobres, como Brasil.
Lula aún no definió su gabinete, pero en todo caso armó la delegación que llega hoy pensando en un fuerte perfil petista, como para que no queden dudas de que la estrategia es no sólo la del próximo gobierno sino un compromiso personal del próximo presidente y de su partido. Mercadante vendrá en el avión privado que trae al PT, un aparato Made in Brasil que figura entre las prioridades de exportación de la administración que asume el 1 de enero. También Marco Aurelio García, su antecesor como jefe de las relaciones internacionales del PT y la persona que más trabajó entre los petistas la idea de que el vínculo con la Argentina no puede limitarse a discutir las cuotas del azúcar brasileño o las cajas de cambio fabricadas en Córdoba. Y Ana María Stuart, la rosarina que por la dictadura se exilió en Brasil, fue cofundadora del PT y hoy coordina la diplomacia petista. La delegación se completa con Ideli Salvatti, senadora electa por Santa Catarina (Estado de la antigua colonia argentina de Florianópolis) y ella misma otra figura típica del PT: 50 años, alfabetizadora social en el cinturón de San Pablo, militante de los cristianos de base, profesora de Física, fundadora de la Central Unica de Trabajadores. El vocero Andrés Singer, hijo de un legendario economista del PT, Paul Singer, y el influyente secretario general del partido, el ex dirigente sindical Luiz Dulci, integran el equipo de desembarco junto a Marisa, la mujer de Lula.
El perfil de la delegación permite prever que las discusiones serán sobre todo políticas. Dirigentes del PT dijeron a Página/12 que Lula buscará dejar clara la posición brasileña como política de Estado a Estado, gobierne quien gobierne en la Argentina. Al revés de su gesto de 1999, cuando apoyó públicamente a la Alianza antes de las elecciones, la decisión esta vez es no bendecir a nadie. Los candidatos elogiaron su triunfo en las elecciones de octubre y hasta Carlos Menem intentó una gestión de buenos oficios, a pesar de que Lula lo había puesto en el cuadro de honor de la corrupción junto con Carlos Salinas de Gortari y Fernando Collor de Mello. Pero la indefinición política argentina persuadió al PT de no mezclar diplomacia con amor aun cuando, como partido, mantiene relaciones excelentes con diputados del ARI, con los socialistas, con Ibarra y con la Central de Trabajadores Argentinos de Víctor De Gennaro.
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