Jue 05.12.2002

EL PAíS

La SIDE sabía que iban a volar la AMIA, fue la teoría de Ribelli

El ex comisario de la Bonaerense cargó ayer contra Galeano.Dijo que la SIDE había intervenido los teléfonos de las embajadas de Irán y Cuba y de Carlos Telleldín antes del ataque.

› Por Raúl Kollmann

El ex comisario Juan José Ribelli denunció ayer que el juez Juan José Galeano falsificó un escrito clave de la causa AMIA y ordenó de manera inexplicable la intervención de teléfonos vinculados con el imputado Carlos Telleldín, antes de que se hubiera encontrado oficialmente el motor que relacionaba a Telleldín con el coche-bomba. También Ribelli sostuvo que la SIDE tenía intervenidos –sin orden judicial– los teléfonos de las embajadas de Irán y Cuba desde mucho antes del ataque contra la AMIA y que hasta el día de hoy nunca entregó copias de las desgrabaciones de esas escuchas. La teoría de Ribelli es que la SIDE sabía que se iba a producir el atentado, tenía datos bastante precisos y como el atentado se produjo delante de sus narices, después, para salvarse del escándalo, inventó una pista falsa en la que involucró a los policías bonaerenses. Ribelli sostuvo que justamente la SIDE esconde los casetes de las escuchas telefónicas anteriores al atentado para tapar su gravísimo fracaso en evitar el atentado.
Junto a su abogado, José Manuel Ubeira, el otrora poderoso comisario denunció a Galeano y a la SIDE por graves irregularidades en la causa, empezando por un manejo arbitrario de las pruebas. Ello lo podría ubicar mejor judicialmente y habrá que ver qué derivaciones tiene respecto de las acusaciones contra el juez y la central de espías.
En concreto, lo que Ribelli denunció fue lo siguiente:
- Que el 26 de julio de 1994, Galeano envió un oficio a la SIDE ordenándole que intervenga varios teléfonos relacionados con Telleldín y con un extraño ciudadano argentino-sirio-libanés, Alberto Kanoore Edul, sospechado de tener vinculaciones con el atentado. Una copia del oficio quedó en el expediente y tiene grande la palabra COPIA.
- Ese oficio era –supuestamente– consecuencia del hallazgo del motor entre los escombros de la AMIA. El motor se encontró el día anterior, 25 de julio, a las 17, y el motor era propiedad de Telleldín.
- Sin embargo, ayer Ribelli exhibió el oficio original, el que llegó a la SIDE. La escritura es completamente distinta, no tiene nada que ver con el que figura en la causa y, lo más importante, aparece ingresado en la SIDE antes del hallazgo del motor, a las 10 de la mañana del 25 de julio.
- O sea que hay falsedad en la prueba: un oficio no es copia del otro.
- Ribelli sostiene que esto demuestra que la SIDE ya tenía datos de quienes tuvieron relación con el atentado antes de que se produzca y por ello no necesitó el motor para sugerir las intervenciones de teléfonos.
- Aquí entra otro elemento: el ex comisario demostró ayer que los teléfonos de las embajadas de Irán y de Cuba estaban intervenidos desde junio de 1994, 40 días antes del atentado. Otra demostración de que había indicios.
- Lo más grave es que no están los casetes de esas escuchas y ni siquiera una transcripción, lo cual indica que la SIDE quiso tapar esa investigación porque mostraría que ellos tenían evidencias sobre los posibles autores del atentado.
El ex comisario quiso demostrar ayer que hubo pruebas falseadas, pruebas escondidas y que el gobierno argentino sabía que se venía el atentado, no logró abortarlo y después –siempre según Ribelli– inventó una pista falsa –la de la Bonaerense– para tener algún culpable.
Desde el punto de vista de los hechos mismos, no faltan quienes dicen que el motor se encontró mucho antes de lo que se dice y que la SIDE y los servicios de inteligencia extranjeros usaron uno o dos días para investigar sin “blanquear” el motor. Eso explica por qué se intervinieron los teléfonos el 25, cuando supuestamente no se había encontrado el motor. También está claro que había un seguimiento de los iraníes desde el atentado contra la Embajada de Israel y seguramente también se interveníanlos teléfonos de los cubanos, en esencia por el carácter anticomunista de la administración Menem. Todo eso se hacía sin orden judicial y es muy probable que se hayan destruido los casetes justamente por eso, porque eran escuchas ilegales.
Lo concreto es que ayer la defensa de Ribelli demostró que hubo graves maniobras con las pruebas y por ello denunciaron la complicidad del juez, la SIDE y los fiscales de instrucción.

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