EL PAíS › OMAR DE MARCHI, DIPUTADO DEL PARTIDO DEMOCRATA DE MENDOZA
› Por Sebastian Abrevaya
Por un relajo de verano, Omar De Marchi dejó de afeitarse la barba un par de días. Pero la prolijidad de su camisa, su corte de pelo y sus anteojos cuadrados ratifican que no es común ver al diputado del Partido Demócrata de Mendoza alejarse un centímetro de su corrección habitual. Crítico al extremo de Julio Cobos, a quien conoce incluso desde sus tiempos previos a la gobernación de Mendoza, De Marchi asegura que el vice “subsidió el bronce de su estatua con la provincia”. Como parte del bloque de PRO en el Congreso, asegura que Mauricio Macri “debería ser el próximo presidente” y vaticina la conformación de tres grandes espacios en 2011. Uno de centroderecha con el PRO, el PJ disidente y Francisco de Narváez; otro de centroizquierda con la UCR, el socialismo y la Coalición Cívica y por último el kirchnerismo “en su ocaso”.
–¿Qué le pareció el consejo de la Comisión sobre la remoción de Martín Redrado del Banco Central?
–La posición de Prat Gay me pareció razonable y acorde con lo que se había venido planteando. La decisión de Cobos no estuvo a la altura de las expectativas. Actuó como lo que es, funcional a los intereses del Gobierno. Su respuesta fue un ni propio de un hombre eternamente dudoso.
–El argumentó que actuó en su rol de vicepresidente...
–El problema es que no está cumpliendo un rol definitivo. Cobos sabe que si deja de ser vice desaparece automáticamente de la escena. No está sostenido en un proyecto político concreto, con equipos, con sostén territorial. Lo que tiene es su actuación diaria frente a las cámaras.
–El asegura que siempre fue radical y que el que cambió fue el Gobierno...
–Cobos llevaba a Mendoza a Cristina y a Néstor y les levantaba las dos manos frente a todos los mendocinos. Nosotros decíamos que estaba entregando a la UCR y a su provincia. Está subsidiando el bronce de su estatua con la provincia de Mendoza.
–¿Qué posición tiene frente al Fondo del Bicentenario?
–No estoy de acuerdo. No tanto por una cuestión de política económica, sino por una cuestión de oportunismo que creo ha habido en el Ejecutivo. Este Gobierno siempre utiliza atajos y allí es donde se equivoca. El Presupuesto 2010 se aprobó en noviembre sin debate, por la ventana. Las cosas no han variado tanto para que este planteo que hacen hoy no lo hubieran planteado en el Presupuesto.
–¿Qué opina de los gobernadores que salieron a apoyarlo a cambio de una ayuda financiera para sus provincias?
–No me sorprende. Cuando vemos que Fabiana Ríos, Schiaretti, que ha estado fuertemente enemistado con el Gobierno, se manifiestan a favor, no hay duda de que hay caja. Y como al Gobierno se le han acabado las cajas, entonces ha ido a la madre de las cajas, que es el Central.
–¿Acompaña la postulación de Macri a la presidencia?
–Macri debería ser el próximo presidente de este país. Estoy confiado de que representa un concepto moderno de la política. Creo que realmente tiene la capacidad y las ganas. De todos modos, estoy convencido de que es necesario que Argentina se normalice desde lo político: deben existir dos grandes espacios, ambos moderados, de centroizquierda y de centroderecha. En el mundo la izquierda no es tan revolucionaria y la derecha no es tan reaccionaria. Uno de esos espacios lo debería representar, con todos los matices que pueda haber, Mauricio Macri.
–¿Qué pasó con la sociedad del PRO con De Narváez?
–Es fundamental que Macri y De Narváez sigan consolidando el camino que iniciaron juntos en su momento. No es bueno para la construcción de un espacio alternativo al Gobierno, mostrarse tan alejados. Me queda la tranquilidad de que no hay diferencias en el plano de pensamiento.
–¿Las diferencias vienen por el lado del PJ?
–El PRO significa novedad, frescura, modernidad. El PJ tal cual lo hemos conocido ya no existe. Creo que en la próxima elección va a haber tres espacios. Un centroizquierda con la UCR, la Coalición Cívica y el socialismo; un centroderecha moderado con el PRO, De Narváez y el PJ denominado disidente; y el kirchnerismo en su ocaso.
–¿Y Reutemann dónde entra?
–Reutemann ni hablar, me pone nervioso. Hay que decirle: “Flaco, decidite, ¿qué querés hacer?”. El país no es una fiesta a la cual uno va o no va. Reutemann ha demostrado que no tiene madera para esto.
–¿En ese esquema dónde lo ubicaría a Cobos?
–El problema de Cobos es que estamos en presencia de alguien que no sabe a dónde va. Es un hombre que se levanta todas las mañanas a agradar a la gente. Pero a la hora de decisiones importantes, nada. Fue un muy mal gobernador de Mendoza en términos de la cantidad de plata que manejó.
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