EL PAíS › EL REPRESOR DE BRUKMAN DEJO LA METROPOLITANA
El ex comisario inspector Carlos Roncatti era director de Vigilancia Preventiva. Su renuncia coincidió con la publicación en Página/12 de su papel en la represión de la textil recuperada.
› Por Werner Pertot
El ex comisario inspector Carlos Roncatti se fue de la Dirección de Vigilancia Preventiva de la Policía Metropolitana. En la gestión PRO, aseguraron que renunció “por razones personales”, pero su salida del gobierno porteño coincidió con la publicación de Página/12 de su pasado: se trata del policía que comandó la represión a la textil recuperada Brukman, que terminó con cientos de detenidos y cincuenta manifestantes en los hospitales porteños por las balas de goma y los gases lacrimógenos. En su breve paso por la nueva policía, había tenido problemas con sus subalternos. Roncatti era una de las pocas incorporaciones de la etapa de Eugenio Burzaco frente a la fuerza. La mayoría de los oficiales provienen de la época de Jorge “Fino” Palacios.
Los voceros de la Metropolitana informaron que Roncatti presentó su renuncia el jueves de la semana pasada, aunque aquel día este diario se comunicó con autoridades del gobierno porteño, que indicaron que seguía en su cargo. Su renuncia habría sido esta semana. Según la versión oficial, la decisión de irse fue de él y Burzaco no lo echó. “Se fue en buenos términos”, juraron, aunque no supieron explicar cuáles fueron las causas. Todavía no está decidido quién lo reemplazará.
Otras fuentes del PRO, en cambio, indicaron que la renuncia se debió a que Roncatti venía causándole problemas a Burzaco en el manejo de la tropa. “Era muy resistido por sus subalternos, que se quejaban permanentemente de que no los dejaba parar ni para ir al baño, ni para tomar agua. Era muy maltratador”, detallaron. Incluso se comentaba en los pasillos del gobierno porteño que tuvo un principio de rebeldía de sus subordinados. “Lo querían cagar a trompadas”, graficaron.
Macri mantuvo en su cargo a los altos mandos de la época de Palacios, pese a que hubo voces en su gabinete que le sugirieron que hiciera una revisión integral de la cúpula. En su puesto quedaron el ex agente de inteligencia de la Federal Alejandro Parodi, que dirige el área de Información Delictual, y el director de Investigaciones Carlos Kervokian, que tiene un sumario en la Federal por la muerte de un hincha de River.
Roncatti, en cambio, fue incorporado luego de que asumiera Burzaco, quien llegó para conceder un reclamo a la oposición porteña –que un civil dirigiese la policía– y para terminar con la sangría de jefes de la Metropolitana: Palacios renunció poco antes de que lo procesaran por el encubrimiento de la causa AMIA y luego terminó preso por el de espionaje de Ciro James. Su sucesor, Osvaldo Chamorro, se vio implicado en el caso de espionaje cuando la Justicia descubrió que en su computadora había investigaciones a dirigentes opositores y gremiales, y debió renunciar.
Además de los problemas internos, Roncatti trajo consigo un curriculum para la polémica: fue quien desalojó el Congreso cuando un grupo de manifestantes pedía la expulsión de Luis Barrionuevo en 2002 y también condujo la represión contra Brukman. El ex comisario se acercó a las vallas momentos antes de que empezaran a reprimir y les dijo a las trabajadoras: “No tenemos nada que negociar”.
En abril de 2003, la policía reprimió el intento de reingresar a la fábrica con balas de goma, gases y golpes. La crónica de ese día de Página/12 indicó que la Facultad de Psicología de la UBA terminó con todos los vidrios rotos y las calles dejaron postales como la de un auto en llamas. Algunas de las instantáneas de ese día: a un hombre joven lo taclearon cinco uniformados, y lo golpearon con bastones, para luego llevárselo detenido. Un grupo de manifestantes, entre los que había mujeres y niños, fue encerrado en una estación de servicio, donde los mantuvieron en el suelo y con las luces apagadas por varias horas. Allí estuvieron también el actual legislador por el MST Marcelo Parrilli y el diputado Miguel Bonasso. “Fuimos privados ilegítimamente de nuestra libertad por los efectivos de la Federal al mando de Roncatti. El comisario Roncatti se apersonó y me dijo que me podía ir. Entonces, efectuaron otro procedimiento ilegal: hicieron formar a las víctimas en fila y les anotaron nombres y número de documento. Algunos fueron golpeados dentro de los camiones y a las mujeres les decían, en voz baja, `putas’”, relató Bonasso. El reingreso de Roncatti en la Metropolitana fue breve, aunque no logró superar el record en la gestión PRO del fugaz paso de Abel Posse por el Ministerio de Educación.
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