Sáb 27.02.2010

EL PAíS  › CARLOS MENEM SE QUEJó DE HABER SIDO “NINGUNEADO” POR EL PERONISMO FEDERAL Y ASEGURó QUE EL MIéRCOLES DARá QUóRUM

“Mi voto será el que considere conveniente”

Después de jugar al golf, el senador riojano mostró su malestar con sus aliados. “No soy una cosa, sino un sujeto pensante. Mucho más que casi todos los que integran el Senado”, dijo y criticó también al kirchnerismo. Anunció que en agosto lanza su candidatura.

› Por Werner Pertot

El bloque del Peronismo Federal sufrió otro día de lamento riojano. Carlos Menem aseguró que su ausencia en la sesión en la que la oposición buscaba tomar control del Senado “es una prueba terminante y acabada de que no soy una cosa, sino un sujeto pensante. Mucho más que casi todos los que integran el Senado. Por algo fui Presidente por dos períodos consecutivos”. Con un discurso por momentos de despechado, planteó: “El miércoles voy al Senado, con toda seguridad. Y mi voto será el que considere conveniente en el momento”. Luego dejó más en claro que votará en contra del oficialismo, aunque no será sin recibir algo más de espacio y protagonismo por parte de sus aliados. Los peronistas disidentes buscarán juntarse con el senador la semana próxima.

“Soy antikirchnerista. No le hice un favor a nadie”, se ocupó de aclarar de entrada el riojano, dado que su faltazo benefició en los hechos al bloque oficialista. El ex presidente aseguró que actuó “teniendo en cuenta el trato que se me dio en los últimos meses. No fue un acto de venganza ni mucho menos, sino un acto de conciencia”. Luego se quejó largamente del ninguneo de sus aliados, a los que les pasó factura tras factura. “Nadie me consultó, todos daban por descontada mi presencia, pero ninguno de los colegas me dijo que tenía que concurrir a una votación donde ya daban por descontados mi presencia y mi voto”, se lamentó amargamente.

Menem consideró que ese trato fue “una especie de olvido o ninguneo” y recordó que está, una vez más, “en carrera por la presidencia”. Aprovechó su súbita oleada mediática para anunciar que su lanzamiento será el 20 de agosto. “Las elecciones Kirchner las va a perder, puede ser en manos de Duhalde, en manos de Menem, de cualquiera”, se envalentonó. Y recordó que “Felipe Solá, Daniel Scioli, Carlos Reutemann y Palito Ortega se hicieron al lado mío”. El senador se acordó especialmente del día en que se presentaron los bloques de diputados y de senadores del Peronismo Federal, con Felipe Solá a la cabeza. En ese acto, Menem tuvo su lugar entre los concurrentes y no en la mesa con las principales figuras del espacio. “No se me dio buen trato, no se me permitió sentarme en la mesa principal como me correspondía. Eso fue un desconocimiento a mis cualidades y capacidades”, insistió Menem.

Solá le contestó que no existió tal desconocimiento: “Es absolutamente falso”. “Hubo una conferencia de prensa en la que yo estuve y Menem también. Lo saludé a Menem, fui secretario de Agricultura durante su gobierno, y lo saludé con la máxima cordialidad posible”, indicó el diputado, quien consideró que la ausencia del riojano es “algo circunstancial, un problema de número”. En el entorno de Solá, recordaron que al día siguiente de esa conferencia de prensa Menem ya había hecho público su malestar. De cualquier manera, señalaron que Solá no participa de las negociaciones: “Es un problema de los senadores”.

Los senadores del Peronismo Federal decidieron guardar silencio. “La idea es volver al clima de que somos 37”, detallaron cerca de Adolfo Rodríguez Saá, quien mantenía el vínculo con Menem, junto con el salteño Juan Carlos Romero. Desde ese espacio, señalaron que durante todo enero Rodríguez Saá llamó incontables veces a Menem, pero que el ex presidente no le devolvía los llamados. También indicaron que, unos veinte días antes de la votación, Rodríguez Saá y Romero fueron a verlo a su oficina a Eduardo Menem, que les dijo que le iba a transmitir la inquietud a su hermano. Y que se confiaron de que con eso era suficiente.

En el entorno de Romero aclararon que la relación con Menem es distante desde la fórmula que compartieron en 2003, “aunque lo llama para los cumpleaños y ese tipo de cosas”. Cerca de Rodríguez Saá indicaron que, después del desplante, no piensa hablar con Menem hasta que se vean “cara a cara”, cuando el riojano viaje a Buenos Aires la semana que viene. No habrá –aseguraron– ninguna comitiva que se traslade a La Rioja a pedirle por favor que vote con los otros 36 opositores. “No sabemos para qué quiere la presidencia de algunas comisiones, si después ni va”, se quejaban en el peronismo disidente. “Menem se enoja porque lo ningunean Solá o De Narváez, que entienden que una foto con él no les conviene. Eso va a seguir pasando y él lo sabe”, se sinceraron.

En tanto, Eduardo Menem aventuró que su hermano “nunca podría votar a favor del gobierno. Hay tres posibilidades: que vote por un lado, que vote por el otro o que se abstenga. Yo creo que no va a votar con el Gobierno”. Lo que dejó en claro es que, para no abstenerse, puede “pedir algún cambio en el acuerdo que firmaron los senadores de la oposición, porque él no participó en ese acuerdo”. Luego Carlos Menem sostuvo que no se abstendrá.

“La abstención es como si no estuviese”, afirmó. Aseguró que estará en el Senado el miércoles (“y no el lunes”, cuando Cristina Fernández de Kirchner se dirigirá a la Asamblea Legislativa). Por la tarde, tras tener en vilo a sus aliados, Menem empezó el último capítulo de su propia telenovela: dio algunas muestras de que terminará votando contra el Gobierno. “Voy a votar lo que más le convenga a la patria y lo que más le conviene es derrotar al kirchnerismo”, declamó. Queda claro, de todas formas, que espera algo a cambio.

En tanto, desde el kirchnerismo insistieron en reclamar mayoría en las comisiones que consideran “de gobierno”. El ministro del Interior, Florencio Randazzo, se quejó del “doble estándar” de algunas coberturas periodísticas. “Como Carlos Menem no asistió a la sesión, y esto terminó siendo funcional a la estrategia del oficialismo, aparece como el demonio”, advirtió el funcionario, quien planteó que la oposición “conformó una Unión Transitoria de Interés, donde no los une el amor, sino el espanto”. “Lo importante acá es ver también el doble estándar que tienen algunos medios de comunicación en relación con evaluar el comportamiento de determinados hombres. Nadie hubiera dicho ‘la oposición se consagró en el Senado con el voto de Carlos Menem’”, estimó.

Por su parte, el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, destacó que está “de acuerdo en que mi partido se haya levantado, porque los que dijeron tener 37 votos para llevar adelante esta locura, que es la oposición, no los tenían”. “Históricamente lo fustigaron y ahora lo están buscando desesperadamente porque le falta la mano que levante”, remarcó. De paso, aprovechó para apuntarle a la líder de la Coalición Cívica: “A mí me hace daño en mi salud mental hablar de Carrió. Porque como Carrió no tiene toda la ropa adentro del bolso, dice cualquier cosa durante todo el día”.

Como el show de Menem de estos últimos días da para todas las conclusiones, también se sumó la dirigente del MST, Vilma Ripoll, quien argumentó: “Que el Senado dependa de Carlos Menem confirma la necesidad de disolverlo. Con una Cámara de Diputados basta y sobra”.

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