Con un discurso en el que ensayó una tibia autocrítica, pero terminó jactándose de haber hecho en dos años “más que en los últimos 10”, Mauricio Macri dio inicio a las sesiones de la Legislatura porteña. El jefe de Gobierno trazó la prioridad de su gestión en la niñez, la inseguridad y la red de transporte público, anunció que impulsará una reforma fiscal y una reforma de Estado, prometió para 2011 la inauguración de cuatro nuevas estaciones de subte, defendió la creación de la Policía Metropolitana y volvió a deslindar en las administraciones anteriores y en “los embates del cambio climático” los problemas que mostró la infraestructura de la Ciudad para soportar las lluvias el mes pasado. Desde la oposición, calificaron el mensaje como “falaz, pobre y mediocre”.

“Han pasado dos años de gestión y hemos demostrado con hechos que estamos haciendo una Buenos Aires para todos. Avanzamos mucho en todas las áreas y sin duda en estos dos años hicimos más que en los últimos diez.” Así arrancó, poco después de las nueve y media de la mañana, tras cumplir “un minuto de silencio en solidaridad con nuestro hermano pueblo chileno por la tragedia que ha sufrido”, el mensaje de Macri a la Asamblea Legislativa para dar inicio al período de sesiones ordinarias del Parlamento porteño. Entre los asistentes se contaba a los sesenta diputados, con asistencia perfecta, a casi todo el gabinete del jefe comunal, y a las autoridades del Poder Judicial de la Ciudad.

Aunque admitió que “hay cosas por mejorar” en la Ciudad, el titular del PRO se excusó: “En el camino del hacer y la necesidad de que las transformaciones sean tan profundas como rápidas, hemos cometido errores, los cuales fueron asumidos con dignidad y corregidos”. Además, cuando se refirió al problema de las inundaciones, recordó que “no son mágicas las soluciones”, y anticipó que “la Ciudad deberá enfrentarse a los embates del cambio climático en el futuro, y no hay certezas de las condiciones” que deban afrontarse. Al hacer una defensa de la nueva fuerza de seguridad, se refirió sin mencionarlas a las críticas que recibió la Policía Metropolitana por el escándalo de la red de escuchas ilegales en el que están involucrados sus primeros jefes, y aseguró que “la seguridad es una política de Estado y no puede quedar sujeta a prejuicios y especulaciones políticas”.

El jefe de Gobierno, además, anticipó que sus prioridades para este año girarán en torno de tres ejes: “los chicos, su salud, su educación, su crecimiento, su diversión”; “el combate a la inseguridad”, para el cual habrá un “plan integral” con vértice en la Policía Metropolitana; y “que la gente viaje mejor en la Ciudad”, para lo que presentó un proyecto que coordina “todas las políticas de tránsito, transporte y seguridad vial”. En este marco, anunció que se retomarán las obras de subterráneos “luego de haber resuelto el problema de financiamiento” y que, aunque lejos de los 10 kilómetros anuales que prometía en campaña, durante 2011 quedarán inauguradas cuatro nuevas estaciones en las líneas A y B.

“Estamos embarcados en una reforma del Estado –aseguró Macri– para lograr que sea más eficiente en su capacidad de resolverle los problemas a la gente.” En ese sentido, advirtió que tiene un “deber ético” de “ordenar los recursos humanos, para que aquel que trabaja y se capacita tenga el premio correspondiente y se diferencie de los ventajeros que no trabajan y estafan a los vecinos”, en un nuevo intento de reducir la planta de trabajadores estatales, un anhelo de sus primeros días en el cargo. Además dijo que impulsará “un debate sobre la reforma fiscal” para “mejorar la capacidad de inversión en infraestructura”.

Desde la oposición coincidieron en que el discurso fue “pobre” y se resaltó el divorcio entre la situación que planteó el jefe de Gobierno y la realidad percibida por los vecinos de la Ciudad. El vicepresidente tercero de la Legislatura, Sergio Abrevaya (Coalición Cívica), resaltó que Macri “insistió en licuar en los demás los conflictos que genera con sus decisiones unilaterales”, mientras que el titular de ese bloque, Fernando Sánchez, habló de “pocos logros y muchos problemas”. Gonzalo Ruanova (Nuevo Encuentro) evaluó que “dio un discurso como si estuviera en el inicio de su gestión y no en la mitad de su mandato”, mientras que el presidente de la bancada de Proyecto Sur, Fabio Basteiro, fue el más duro, al sostener que “el discurso de Macri fue falaz, pobre y mediocre, omite por completo las problemáticas que tienen los porteños y no reconoce los graves errores que tuvo su gestión”.