EL PAíS › CON EL VOTO DEL EX PRESIDENTE, QUEDARON EN MAYORíA EN TODAS LAS COMISIONES Y AHORA LES APUNTAN AL DNU DE LAS RESERVAS Y A MARCó DEL PONT
En apenas 35 minutos, la oposición le arrebató el control de la Cámara alta al oficialismo. Tiene mayoría en las veinticinco comisiones y preside trece de ellas. Ahora quieren tratar cinco proyectos propios en la próxima sesión.
› Por Miguel Jorquera
Con el kirchnerismo sin Plan B para enfrentar la embestida, al conglomerado opositor le bastaron 35 minutos para arrebatarle el control del Senado al oficialismo. Con la presencia decisiva de Carlos Menem, el acuerdo pactado por la UCR, el peronismo disidente, la Coalición Cívica, el socialismo y Luis Juez se quedó con la mayoría en las 25 comisiones y la presidencia de 13 de ellas. De paso, se quedaron con cinco de los ocho asientos que los senadores tienen asignados en la estratégica comisión bicameral de revisión de los decretos de necesidad y urgencia (DNU). Una decisión resistida por el bloque K, donde advirtieron por escrito a Julio Cobos que recurrirán a la Justicia si no hace respetar la proporcionalidad de las fuerzas políticas en las comisiones y que no debe aceptar modificaciones en la bicameral de DNU que el propio vicepresidente aprobó en enero. Envalentonada, la oposición promete llevar al recinto en la próxima sesión de la Cámara alta su rechazo a la designación de Mercedes Marcó del Pont como presidenta del Banco Central, la interpelación al ministro de Economía, Amado Boudou, y un proyecto para coparticipar la totalidad de la recaudación del impuesto al cheque.
“Ganamos por goleada”, fue la primera expresión que soltó el jefe de la UCR, Ernesto Sanz, al salir del recinto tras la corta sesión. Ninguno de los senadores que conforman el conglomerado opositor ocultó su satisfacción por haber derrotado al kirchnerismo y quedarse con el control del Senado. Radicales, peronistas díscolos y disidentes, los juecistas cordobeses, los cívicos de Elisa Carrió y socialistas se quedaron con mayoría en las 25 comisiones permanentes del Senado (ocho sobre un total de 15 integrantes) y la presidencia de 13 de ellas. Las otras 12 quedaron en manos del oficialismo, pero en minoría numérica.
Incluso la oposición modificó en el recinto la composición en tres comisiones claves –Presupuesto, Asuntos Constitucionales y Acuerdos– calificadas como “de gestión” por el oficialismo. Allí le hicieron lugar a Menem, después de que el riojano reclamara mayor protagonismo para acompañar la propuesta opositora, que lo contaba entre los propios pero relegándolo a comisiones de menor importancia. La inclusión del ex presidente se hizo desplazando a otros miembros del oficialismo, por lo que la oposición se quedó en esas comisiones con nueve de los quince lugares.
La propuesta opositora también incluyó el cambio en la composición en la comisión bicameral de DNU, donde se quedó con cinco de los ocho lugares reservados para los senadores. El quinto asiento opositor en la bicameral fue para el cordobés Luis Juez. La decisión desató un enérgico reclamo del jefe del bloque kirchnerista, Miguel Angel Pichetto, al vicepresidente: “Esta decisión vulnera el principio de proporcionalidad de la Cámara y es su responsabilidad hacerla respetar”, dijo el rionegrino.
Con la mayoría garantizada, el conglomerado opositor fue por más. El radical Gerardo Morales, que llevó la voz cantante en el recinto, pidió que se votara la preferencia para su tratamiento en la próxima sesión del Senado de cinco proyectos que apuntan al corazón de la política económica del Gobierno: el pliego de Marcó del Pont para asumir la presidencia del Central, que rechazarán; el DNU 298 de la Presidenta; la modificación de la coparticipación del impuesto al cheque; la interpelación a Boudou y la investigación de todo el directorio del Banco Central. Todas ellas fueron votadas a mano alzada, donde la oposición cosechó los justos 37 votos.
A renglón seguido, Morales le solicitó a Cobos que convocara para ayer mismo a primera hora de la tarde a las comisiones de Acuerdo para citar a Marcó del Pont y al plenario de las comisiones de Presupuesto, Economía y Coparticipación para sacar las modificaciones al impuesto al cheque. Pichetto puso el grito en el cielo, cuestionó la convocatoria sin las 48 horas que requiere el reglamento de la Cámara alta y afirmó que el oficialismo las desconocería y no asistiría a las reuniones.
Cobos, en sintonía con las decisiones adoptadas por la oposición, no dio lugar al reclamo y ordenó votar la propuesta del radical jujeño. “¿Senador Menem?”, preguntó Cobos en voz alta al advertir que el riojano no había levantado la mano para adherir a la propuesta opositora. Menem, distraído, ya no seguía al detalle el debate, pero igual reaccionó ante la pregunta del vice y estiró su brazo a modo de aprobación. La situación provocó sonrisas entre los opositores y la bronca del oficialismo. Menem terminaba de aportar su decisivo voto para derrotar al kirchnerismo en el Senado.
Media hora antes, Menem había vuelto a cobrar protagonismo con un nuevo susto al conglomerado opositor. Poco minutos después de las 14, la hora fijada para el comienzo de la sesión, la oposición había sentado 35 senadores en sus bancas y el oficialismo bajaba al recinto para dar pelea. Pero Pichetto se dio cuenta de que a los opositores les faltaban dos senadores para alcanzar el quórum y retiró su tropa. En ese preciso instante Menem ingresaba al recinto acompañado por un sonriente Adolfo Rodríguez Saá. Esta vez el puntano cumplió su palabra de garantizar la presencia del ex presidente, algo que no pudo hacer una semana atrás.
Un rato más tarde la oposición quiso disfrutar de su triunfo en una rueda de prensa para mostrarse juntos ante las cámaras. La primera fila la ocuparon los presidentes de los distintos bloques, donde predominaron los radicales y peronistas disidentes: por la UCR estuvieron Sanz, Morales, Pablo Verani y Juan Carlos Marino, el socialista Rubén Giustiniani, la cívica María Eugenia Estenssoro, la juecista Norma Morandini y los peronistas Rodríguez Saá, Hilda “Chiche” Duhalde, Sonia Escudero y Roberto Basualdo.
“¿Dónde está el goleador?”, le preguntó un cronista a Sanz por la ausencia de Menem en la conferencia. Pero la respuesta llegó a través de Marino: “Entra en el segundo tiempo”, le contestó con la única aclaración de que “estaba invitado”, desechando las versiones que ya circulaban de que habían buscado evitar la incómoda presencia en la foto ganadora.
“Estamos ante una nueva realidad política, cada semana habrá que trabajar los consensos”, arrancó Morales. “Le estamos poniendo límites a un gobierno que no respeta la división de poderes”, sumó Rodríguez Saá. “Hoy se terminó la mayoría automática”, dijo Giustiniani. “Estamos cumpliendo el sueño de sacarles la mordaza al Senado y al Congreso. Se terminaron los poderes absolutos”, afirmó Estenssoro, que igual se encargó de intervenir ante distintas preguntas para “que les quedaran claro a los televidentes” los alcances del acuerdo alcanzado por el variopinto abanico opositor. “Es un día muy feliz”, se sinceró Chiche Duhalde. “No puedo disimular la alegría”, agregó Morandini, cerrando el coro de felicidad.
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