Esta semana será por demás agitada en el Congreso. Luego de los 37 votos obtenidos por la oposición en la última sesión de la Cámara alta, que le permitieron quedar como mayoría en las 25 comisiones y con la presidencia en 13 de ellas, el variopinto entramado de senadores y diputados antikirchnerista intentará imponer una serie de proyectos que apuntan directo a la política económica del Gobierno.

En el Senado, la oposición irá por el rechazo a la designación de Mercedes Marcó del Pont como presidenta del Banco Central; el decreto de necesidad y urgencia (DNU) 298, con el que la Presidenta desdobló el fallido Fondo del Bicentenario para pagar deuda con reservas del Banco Central; la interpelación del ministro de Economía, Amado Boudou; un proyecto para coparticipar la totalidad de la recaudación del impuesto al cheque y la investigación de todo el directorio del Banco Central. El miércoles hay sesión y será un día clave.

Otro tema relevante de la agenda legislativa será el de la integración de la estratégica Comisión bicameral de Trámite Legislativo, el órgano parlamentario que analiza la legalidad de los DNU. El oficialismo exige que se respeten las designaciones de cuatro senadores por sector, realizadas hace tres meses, con un plazo previsto de dos años de duración. Pero los senadores de la oposición cambiaron la composición el miércoles pasado, al votar a favor de cinco miembros adversarios del Gobierno contra tres oficialistas. El bloque K le advirtió por escrito a Julio Cobos que recurrirán a la Justicia si no hace respetar la proporcionalidad de las fuerzas políticas en las comisiones y que no debe aceptar modificaciones en la bicameral que el propio vicepresidente aprobó en enero.

La bicameral, con su nueva composición, se reunirá el martes para elaborar un dictamen contra el DNU 298. Un día después la oposición planteará en la Cámara baja las propuestas que reunificaron al resquebrajado “Grupo A”: el dictamen mencionado, los proyectos para declarar la nulidad del mismo decreto presidencial, y los tres ítem propuestos por legisladores de centroizquierda: la conformación de una comisión bicameral que investigue la deuda externa, el pedido para que el Gobierno reenvíe al Congreso el Presupuesto 2010 modificado, y la conformación de un fondo de desarrollo para obras de infraestructura con las reservas del Banco Central.

Los diputados oficialistas ya pusieron en alerta a su tropa. Estarán el miércoles en el Congreso y bajarán al recinto para bloquear que la oposición consiga los dos tercios de los presentes para tratar los proyectos que no tienen dictámenes, en especial los que pretenden declarar la nulidad absoluta del DNU 298.

El miércoles pasado, el conglomerado de radicales, peronistas díscolos y disidentes, juecistas cordobeses, los cívicos de Elisa Carrió y los socialistas se quedaron con la mayoría en las 25 comisiones permanentes del Senado (ocho sobre un total de quince integrantes) y la presidencia en trece de ellas. Las otras doce quedaron en manos del oficialismo, pero en minoría numérica. El cambio de mayorías incluyó a tres comisiones clave –Presupuesto, Asuntos Constitucionales y Acuerdos– calificadas como “de gestión” por el oficialismo. Allí le hicieron lugar al ex presidente Carlos Menem, que había reclamado mayor protagonismo para acompañar la propuesta opositora, donde hasta entonces se contaba con su voto pero se lo relegaba a comisiones de menor importancia.