EL PAíS › EL FRACASO DE LA SESIóN EN LA CáMARA DE DIPUTADOS EXPUSO LAS DIFERENCIAS DENTRO DEL CONGLOMERADO OPOSITOR
Elisa Carrió acusó a los demás opositores de “cómplices del Gobierno” y advirtió que les “falta coraje” para enfrentar al oficialismo. Los radicales y los macristas trataron de no entrar en polémicas. Desde el PJ disidente responsabilizaron al radicalismo.
› Por Miguel Jorquera
El anunciado fracaso de la sesión especial en Diputados no frenó el ímpetu antikirchnerista de Elisa Carrió, que desnudó las grietas dentro del conglomerado opositor con un vendaval de críticas a sus socios del “Grupo A” por no haber aportado el quórum para sesionar y hasta por boicotear la sesión en la que aspiraban a rechazar el DNU presidencial 298 que destina reservas del Banco Central para pagar deuda. Frente a las cámaras y grabadores, Lilita los acusó de “cómplices del Gobierno” y que les “falta coraje” para enfrentar al oficialismo. Por separado y cada uno a su turno respondió a las acusaciones por los mismos medios. El radical Oscar Aguad intentó bajarle el tono a la confrontación afirmando que “estamos frente a un error” y evitó contestarle a Carrió “porque la adoro”. El macrista Federico Pinedo siguió el mismo derrotero: “Los distintos partidos políticos se expresan como quieren, pero estamos juntos”, dijo para negar una ruptura en el frente parlamentario anti K. En cambio, Felipe Solá responsabilizó del fracaso al jefe de los senadores de la UCR. “No reunirnos es el resultado de que la Bicameral no se juntó, porque hubo dilaciones en el Senado. Esas dilaciones tienen una cara, la del senador (Gerardo) Morales”, afirmó el peronista disidente.
Minutos antes de las tres de la tarde, la hora fijada para sesionar, Carrió llegó junto a los 18 legisladores de su bloque hasta el Salón de los Pasos Perdidos, pero no ingresaron al recinto. Flanqueada por Adrián Pérez y Patricia Bullrich, Lilita se sentó frente a los periodistas que esperaban el comienzo de la sesión. “No vamos a entrar para no permitir que (el presidente de la Cámara, Eduardo) Fellner levante la sesión, porque sería muy triste que sólo haya 20 de los 144 votados como oposición”, abrió el fuego en la improvisada rueda de prensa.
Luego responsabilizó al jefe del bloque radical de Diputados del fracaso de la sesión especial que había solicitado la oposición. “El (Fellner) arregló con algunos bloques que esta sesión no se hiciera. Hasta ayer no la había convocado porque Aguad le había pedido que no la cite.” Adentro, sonaba la chicharra convocando a sesionar y Fellner era el único diputado frente a un recinto vacío. El tablero electrónico marcaba 256 ausentes.
“Lamentamos esta diferencia con el resto de la oposición, pero cuando se ve una, dos, cinco, diez veces caer en la trampa del oficialismo, uno se pregunta si hay ingenuidad o complicidad”, remarcó Carrió.
Después de deslizar las sospechas sobre el resto del arco opositor, Lilita insistió en que la decisión de no sesionar “le es funcional al Gobierno”. “Dialogamos todos los días con la oposición, pero estamos cansados de un diálogo que no llega al recinto”, volvió a la carga Carrió antes de amenazar con abandonar la mesa chica del armado de la estrategia opositora: “Cuando ellos (por el resto de la oposición) decidan bajar al recinto, nosotros vamos a estar. Pero ya no vamos a ser parte de la toma de decisiones”.
Aguad, que siguió las duras palabras de Lilita por TV, bajó –acompañado de Silvana Giúdici– desde su despacho del segundo piso del Palacio Legislativo hasta el Salón de Pasos Perdidos para responder a través de los mismos medios. “Estamos frente a un error. La sesión estaba convocada, pero la Coalición Cívica y el resto de la oposición hicimos diferentes interpretaciones sobre la sesión especial”, explicó el dirigente de la UCR para fundamentar que para el resto del arco opositor no tenía sentido bajar al recinto si todavía no había dictamen de la Comisión Bicameral contra el DNU 298 y que el decreto tampoco había llegado el Congreso. Pero Aguad no quiso confrontar con Lilita: “No le contesto nada a Carrió porque la adoro. Esto es un error, a ella la pueden haber informado mal.”
Luego siguieron las declaraciones de los macristas Pinedo y Michetti, que aguardaron su turno detrás de las cámaras de TV apostadas en Pasos Perdidos. “El Congreso está funcionando, pero nos gustaría que se convocara a ordinarias”, aseguró Michetti, y prefirió “no hablar” sobre las declaraciones de Carrió. “La Coalición Cívica tomó la decisión de hablar por separado”, agregó Pinedo y aseguró que los bloques opositores “trabajan juntos todos los días”.
Ambos intentaron desmentir la ruptura de la oposición, pero no pudieron explicar los sucesivos fracasos opositores para sesionar después de que le arrebataran la mayoría al kirchnerismo en la Cámara baja.
El último en la fila para fijar postura frente a las cámaras fue Felipe Solá. El peronista disidente avaló la decisión de no bajar al recinto ante la falta de dictamen de la Bicameral de DNU, pero responsabilizó del retraso a la UCR. “Hubo dilaciones en el Senado. Esas dilaciones tienen una cara, la del senador Morales”, afirmó Solá y en sintonía con las críticas de los senadores del PJ disidente ante la postura de Morales de acordar con el bloque K una salida para destrabar el funcionamiento de la Bicameral.
Los socialistas eligieron otra vía para ratificar su postura. “Para rechazar el DNU es necesario el dictamen de la Bicameral”, afirmó la jefa de bancada del PS, Mónica Fein, a través de un comunicado.
A pesar de los intentos de poner paños fríos al enfrentamiento y evitar el quiebre del frente opositor en Diputados, la decisión de Carrió de avanzar sola con la Coalición Cívica, hizo crujir el delicado equilibrio que los mantiene unidos.
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