EL PAíS › SIGUEN LOS CRUCES ENTRE LOS OPOSITORES POR EL FRACASO EN DIPUTADOS
› Por Miguel Jorquera
Ayer también siguieron las réplicas que sacuden al “Grupo A” después del temblor que desató el fracaso de la sesión especial del miércoles en Diputados, donde el conglomerado opositor se proponía rechazar el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 298 para pagar vencimientos de deuda durante 2010 con reservas del Banco Central. El peronista disidente Felipe Solá volvió a cargar las culpas sobre las “negociaciones” que la UCR entabló con el kirchnerismo en el Senado para revisar la conformación de la Comisión Bicameral de Seguimiento de los DNU. El radicalismo “pisó el palito”, dijo el bonaerense y reclamó un “pedido de disculpas” de Gerardo Morales. La respuesta al bonaerense llegó a través del diputado de la UCR, Miguel Angel Giubergia: dijo que “Solá fue funcionario en los ’90 y gobernador kirchnerista” y recordó que el peronista “sostuvo que para pasarla bien en política había que hacerse el boludo”.
“Lamentamos esta diferencia con el resto de la oposición, pero cuando se ve una, dos, cinco, diez veces caer en la trampa del oficialismo, uno se pregunta si hay ingenuidad o complicidad”, soltó Elisa Carrió el miércoles en rueda de prensa. La referencia al resto de los diputados opositores que desistieron de la convocatoria que habían pactado hizo crujir al conglomerado opositor.
La líder de la Coalición Cívica prefirió ayer arremeter contra el kirchnerismo por intentar frenar la actividad en el Congreso. Aunque evitó sacudir la interna opositora, Lilita justificó la postura de su espacio político con el único objetivo de “hacer funcionar ya” el Parlamento.
Desde la mayoría del arco opositor evitaron confrontar con Lilita y la puja se trasladó a reproches y acusaciones entre peronistas disidentes y radicales. Solá insistió en echar culpas a los senadores radicales y a su jefe, el jujeño Morales.
“Creo que el radicalismo en el Senado metió la pata, el martes tenía que tratarse el DNU, producir un dictamen, y así ayer nosotros (los diputados opositores) sesionábamos y derogábamos el DNU, teníamos mayoría”, dijo el peronista bonaerense para despegarse del fracaso opositor en la Cámara baja. “Entre el viernes y el lunes hubo una negociación en la que el radicalismo pisó el palito continuó Solá. Creo que Morales, más allá de que pienso bien de él y que no pienso que tenga una segunda intención, tiene que poner la cara y decir ‘yo me equivoqué, discúlpenme’”. El ex gobernador está convencido, al igual que los senadores del Peronismo Federal, de que no hay que darle tregua al oficialismo.
Esta vez los radicales no soportaron las críticas y recogieron el guante que les arrojó Solá. Aunque la respuesta surgió desde el bloque de diputados de la UCR y no de sus senadores ni de Morales. Giubergia recurrió al curriculum del bonaerense para desacreditar sus cuestionamientos: “Fue funcionario en los ’90 y gobernador kirchnerista, ¿No es Solá el que tendría que dar explicaciones?”.
Para Giubergia, Solá no “puede entender el diálogo y el respeto por las instituciones porque nunca tuvo un partido, sino que siguió al que estaba cerca del poder”. El radical también defendió la actuación de su partido recordando una vieja frase de Solá sobre su continuidad en la vida política: “Si el radicalismo metió la pata lo deberá juzgar la sociedad, no alguien que sostuvo que para pasarla bien en política había que hacerse el boludo.”
El macrista Federico Pinedo recordó la escena incómoda que vivió ayer la oposición en Diputados y evaluó que las acusaciones que lanzó Carrió contra el resto de los antikirchneristas fueron “un poco fuertes e innecesarias”. Pero enseguida le bajó el tono a la disputa y reivindicó al acuerdo opositor. “Es más espuma que otra cosa. La oposición tiene un objetivo común, tiene un trabajo de reunión conjunta permanente, tiene una estrategia común”, sostuvo Pinedo.
El “Grupo A” postergó para la semana que viene la posibilidad de un nuevo encuentro y evaluará la situación de acuerdo con lo que pase en la Bicameral de DNU, después que el bloque de senadores K recurrió a la Justicia para reclamar que “se respete la proporcionalidad de las fuerzas políticas” para la conformación de esa comisión.
La bancada peronista que armó la también disidente Graciela Camaño quiso dejar en claro su postura. “No se podía bajar a la sesión especial sin dictamen de la Bicameral. No podíamos hacerlo aparecer como una derrota de la oposición”, señaló el jefe del bloque, Marcelo López Arias. Luego aseguró que para revertir la situación lo mejor que puede hacer el arco opositor es “no hacer declaraciones y trabajar en serio”, además de reconocer las limitaciones del espacio anti K en la Cámara alta: “En el Senado hacen lo que pueden.”
Por ahora los temblores no cesan de sacudir al entramado político que le arrebató al kirchnerismo el control del Congreso.
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