La impunidad garantizada por las leyes de obediencia debida y punto final durante casi veinte años sigue rindiendo frutos. Los problemas de salud del dictador tucumano Antonio Domingo Bussi, condenado a prisión perpetua simbólica en su country de Yerba Buena, derivaron ayer en una nueva postergación del juicio oral y público a un grupo de represores que actuaron durante la dictadura en la jefatura de policía de Tucumán. El Tribunal Oral Federal local volvió a suspender el proceso durante dos semanas, hasta el martes 30 de marzo, luego de que un perito del Cuerpo Médico Forense de la Corte Suprema de Justicia aconsejara la internación del militar de 84 años por problemas cardíacos. Ayer a la tarde, Bussi fue internado en el Instituto de Cardiología de la capital tucumana.

El informe, que derivó en la postergación del juicio, fue elaborado por el médico forense Cristian Rando, que revisó a Bussi el lunes por la noche en la casa donde cumple arresto domiciliario. El profesional evaluó los estudios cardíacos que le practicaron a Bussi el viernes y concluyó que, dadas las dolencias que afectan al represor, entre ellas una infección urinaria, resultaba conveniente su internación, máxime teniendo en cuenta la descompensación que sufrió el 25 de febrero.

La exposición de Rando sobre la salud de Bussi derivó en una larga discusión entre peritos, incluidos el cardiólogo personal del represor, Ramiro Castellanos, y los médicos que representan a los querellantes, José Luis Barrionuevo y Ricardo Lacroix (por H.I.J.O.S. y Familiares de Tucumán, Fadetuc) y Alfredo Neme Sheij (por la abogada Laura Figueroa). Los abogados de las víctimas plantearon la posibilidad de que Bussi fuera apartado del juicio, para que continuara con el resto de los imputados, pero los vocales del Tribunal Oral que preside Carlos Jiménez Montilla siguieron la recomendación de Rendo y optaron por una nueva postergación. La decisión implica suspender las audiencias durante ocho días hábiles, ordenar la internación de Bussi y también que el médico Raúl Asial, forense de la Justicia federal tucumana, coordine las acciones necesarias para controlar diariamente el estado de salud del represor.

El segundo juicio por crímenes de lesa humanidad ya se había suspendido el 2 de marzo por los problemas de salud que presentaban Bussi y el ex jefe de la policía de la provincia, Albino Mario Zimmermann, que murió dos días después por un infarto intestinal agudo. El ex gobernador tucumano junto con Luciano Benjamín Menéndez, ex comandante del Tercer Cuerpo de Ejército, ya fueron condenados en agosto de 2008, por la desaparición del ex senador Guillermo Vargas Aignasse. La sentencia a perpetua fue confirmada el viernes por la Cámara Nacional de Casación Penal. En el presente juicio, además de Bussi y Menéndez, están imputados el general Alberto Cattáneo, Roberto Albornoz, Luis y Carlos De Cándido.