El dictador no se movió una coma de su habitual estrategia de silencio y apeló a sus argumentos de siempre. Jorge Rafael Videla pasó una vez más por Tribunales e invocó la “prescripción” y el principio de “cosa juzgada” para intentar defenderse de la acusación de delitos de lesa humanidad de los que está imputado en la causa por los crímenes cometidos en el Primer Cuerpo de Ejército. Videla se negó a declarar ante el juez federal Daniel Rafecas y “se remitió a lo que ya declaró ante el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas” en 1984, dijo su abogado defensor Luis Boffi al finalizar la audiencia.

Durante la media hora que pasó en el despacho que el magistrado tiene en el tercer piso de los Tribunales Federales de Retiro, tampoco accedió a responder preguntas. Videla, de 84 años, llegó esposado y luego fue trasladado de regreso a su lugar de detención en Campo de Mayo.

El ex presidente de facto y ex teniente general había sido citado ayer para ampliar su declaración indagatoria en la megacausa del Primer Cuerpo del Ejército por secuestros y desaparición de personas durante su gobierno. Para evitar eventuales planteos de nulidades, Rafecas impuso a Videla alrededor de medio centenar de casos de violaciones a los derechos humanos que se les suman a otros por los que ya había sido indagado. Entre otros casos, se lo acusa por el asesinato del joven de 20 años y doble nacionalidad (argentino-alemán) Rolf Nasim Stawowiok, alias “El Alemán”, egresado del colegio industrial Otto Krause, que militaba en la Juventud Peronista. Stawowiok fue secuestrado el 21 de febrero de 1978 a la salida de la fábrica donde trabajaba como técnico químico por un grupo de tareas. Según la causa, tras fusilarlo lo enterraron como NN junto a los restos de otras cuatro personas jóvenes, el 14 de marzo de 1978 en el cementerio de Lomas de Zamora. En 2004, el Equipo Argentino de Antropología Forense pudo exhumar los cinco cadáveres y en 2009 confirmó científicamente, mediante cotejo del ADN genético, que entre ellos estaba el de Stawowiok.

En Alemania, por esa causa el tribunal de Nuremberg, donde se juzgó y condenó a los jerarcas nazis del Tercer Reich, abrió en diciembre una causa contra Videla y en enero libró una orden de captura internacional. El mismo tribunal, a fines de los ’90, había abierto una investigación sobre las responsabilidades de la Junta Militar, pero las causas se paralizaron cuando tribunales argentinos rechazaron en 2005 la demanda alemana de extradición de Videla.

El dictador fue condenado a cadena perpetua en el Juicio a las Juntas Militares que en 1985 sustanció la Cámara Federal porteña, pero se benefició con el indulto del ex presidente Carlos Menem a los ex jefes de la dictadura. Tras la anulación de las leyes de impunidad, comenzaron a abrirse las causas por delitos de lesa humanidad. Primero se desarrollaron las de apropiación de los hijos de los secuestrados y luego las viejas causas archivadas. Aún falta que la Corte Suprema se pronuncie sobre el indulto dictado por Menem en el caso de Videla y del ex almirante Emilio Massera, pero ya dispuso la inconstitucionalidad de la medida en el caso del represor Santiago Riveros. En noviembre, el procurador general adjunto Luis González Warcalde dictaminó que se debería decretar la inconstitucionalidad de los decretos que favorecieron a Videla y a Massera, aunque para la Justicia argentina este último genocida no está “insano” para ser sometido a juicio.

Además de las nuevas imputaciones, Videla ya tiene tribunal oral asignado para ser juzgado por alrededor de 600 hechos, aunque sin fecha de inicio del debate. También está elevada a juicio el caso de la ciudadana de nacionalidad alemana, Elizabeth Kässeman, en el cual el gobierno de ese país solicitó la extradición de Videla.