Oficialistas y opositores continuaron ayer la polémica ante la falta de acuerdo por la composición de la Bicameral de Trámite Legislativo y se acusaron mutuamente por el fracaso de las negociaciones. El jefe del bloque kirchnerista de diputados, Agustín Rossi, instó a sus pares opositores a “ponerse los pantalones largos” frente a la actitud de Elisa Carrió, que insistió en rechazar –de forma simbólica– el DNU que creó el Fondo del Bicentenario que ya había sido derogado por el Gobierno. Rossi afirmó que Carrió “lleva de las narices” a los opositores y “actúa como elemento extorsionador”. “Carrió dinamita toda posibilidad de acuerdo, de que en la política argentina haya un diálogo racional”, lanzó el santafesino. Mientras tanto, el senador radical Juan Carlos Marino expresó su apoyo al vicepresidente Julio Cobos, que el viernes había apelado un fallo contra la composición de la Comisión con mayoría opositora. Para Marino, el mendocino “no debe renunciar” dado que en Senadores existe “una paridad importante donde el desempate puede ser fundamental”. El peronista disidente Felipe Solá admitió que la apelación de Cobos “dilata” el funcionamiento de la Bicameral, pero evitó pronunciarse y habló de una “situación compleja”. Luego de la reunión K en Olivos, Elisa Carrió salió al cruce del kirchnerismo y opinó que “están enojados por el éxito opositor”. “Si están tan enojados es porque recién se dieron cuenta del triunfo opositor del miércoles”, dijo la líder de la Coalición Cívica y luego agregó: “Cuando la oposición tiene estrategia, el oficialismo grita, buena señal”.